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Conferencia Sobre La Adaptación


Enviado por   •  24 de Febrero de 2013  •  18.488 Palabras (74 Páginas)  •  269 Visitas

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Conferencia sobre la adaptación. 29 de marzo 2006

-También se puede empezar con preguntas o una pregunta al auditorio.

-Llevar tres elementos: el dvd, los dos libros de guiones y el libro de la novela.

-Halar sobre la adaptación su historia, sus problemas y su elaboración

-Volver a los tres elementos. Comparar las dos adaptaciones. Una pena que no podamos ver la de Erice.

-Comentarios tras la película

¿SON IMPORTANTES LAS ADAPTACIONES?

La importancia de las adaptaciones en el cine

Cerca de un cuarenta por ciento de las películas filmadas hasta hoy y casi un ochenta por ciento de las que han ganado el Oscar a la mejor película se han basado en un guión adaptado. De las 76 películas premiadas con el Oscar desde 1930 a 2005, un 76% se han basado en una adaptación y sólo 18 han tenido su origen en un guión original.

No obstante la rotundidad de estos datos, hay que hacer notar que en las últimas décadas ha disminuido el peso de los guiones adaptados. Así, mientras desde 1930 a 1969, el porcentaje de adaptaciones premiadas con la estatuilla fue del 92%, de 1970 a 2005 fue de alrededor del 60%. De las adaptaciones que han ganado un Oscar, cerca del 60% se han basado en una novela. En lo que respecta a España, desde los años 80 con películas como La colmena o Los santos inocentes, más adelante, el Bosque animado no ha parado de haber adaptaciones, no sólo de novelas sino de obras teatrales como Viaje a ninguna parte, Ay Carmela, El perro del hortelano, etc.

Si nos centramos en España, desde el nacimiento de los Goya, en 1986, en las cinco primeras ediciones hubo dos adaptaciones de novel y una de teatro, pero posteriormente han dominado , siguiendo una tendencia mundial, los guiones originales. No obstante hay que señalar un dato significativo: En los últimos años se han producido pocas adaptaciones, alrededor de un 20%, sin embargo han resultado ser el 50% de las más taquilleras.

Sólo estos datos bastan para demostrar la tremenda importancia de las adaptaciones, o lo que es lo mismo la gran unión o dependencia del cine de la literatura, tanto narrativa como dramática, a la hora de elegir sus historias.

¿A qué se debe esta clara relación de dependencia?

La respuesta es obvia: El cine, que desde sus principios quiso contar historias, recurrió al teatro y a la novela que ya tenían miles de años de experiencia a sus espaldas.

Este surgimiento del cine como medio narrativo se produjo hace un siglo y todavía circulan y son accesibles sus primeras producciones. Pocas generaciones de humanos han tenido la suerte, como la tenemos nosotros, de estar tan cerca, de haber vivido casi en directo el nacimiento de un nuevo arte.

Hoy, nos sentamos en nuestra butaca, miramos a la pantalla y todo fluye instantáneamente ante nosotros, vemos, oímos, incluso reímos y lloramos con esas imágenes sin tener que hacer el menos esfuerzo de coordinación de nuestros sentidos y sentimientos. Pero no fue así en un principio. En el libro de Gertrude Stein Autobiographie d´Alice Toklas (1933) nos cuenta que se mostró a unos indígenas del África occidental una foto del capitán de un barco que había arribado a sus costas y no lo reconocían, sólo veían unas manchas. La percepción se educa no es dada, a pesar de que cuando estamos acostumbrados a algo nos parece innata su condición.

La representación visual de la realidad siempre ha sido una aspiración principal del ser humano desde los albores de la Historia. Somos animales ópticos, hasta tal punto, que la pérdida del sentido de la vista siempre se ha considerado como la mayor pérdida sensorial, por encima del olfato, el tacto, incluso del oído. La arquitectura, la pintura y la escultura han sido manifestaciones artísticas de primer rango en todas las culturas y ninguna de ellas es pensable sin contar con el sentido de la vista.

El recurso a la imagen para narrar y para enseñar se evidencia claramente en las iglesias románicas, donde capiteles, frescos y retablos nos cuentan pasajes del Antiguo Testamento y de la vida de Jesús mediante escenas que, nunca mejor dicho, “entran por los ojos”.

Flaubert decía que basta con mirar algo con detenimiento para que se llene de interés. Es pues también para el escritor su principal fuente de información e inspiración.

Tres han sido en occidente los momentos principales en el camino de perfección de la representación visual de la realidad, un camino que va desde la pintura al cine:

1-La perspectiva y la cámara oscura.

A partir del siglo XV, la pintura occidental tomó como objetivo la reproducción lo más exacta posible del mundo exterior. El dominio de la perspectiva fue un hecho capital. La perspectiva lograba sustraer al cuadro de lo que era, un espacio bidimensional (alto y ancho), para conseguir una sensación tridimensional ( alto, ancho y profundo). De esa manera, seres y objetos podían colocarse en la superficie del cuadro como si estuvieran en el espacio real.

2-La fotografía.

Ya en el siglo XVII comenzó a utilizarse por los pintores la llamada cámara oscura. Mediante ella, el pintor proyectaba el fragmento de la realidad que quería pintar en un papel de dibujar. Este aparato, podría considerarse como un precedente de la fotografía, que en el siglo XIX, mediante un juego de luz y reacciones químicas, logró reproducir la realidad como nunca se había conseguido. Ya no se dependía de la maestría de un individuo, con lo que implicaba de subjetividad, sino que se lograba la representación mediante una máquina, es decir, se trataba de un procedimiento objetivo . A partir de ese momento, la pintura, como se ha demostrado a lo largo de todo el siglo XX, quedaba eximida de su papel de “reproductor” y podía centrarse más en su componente expresivo .

3-El cine.

A finales del siglo XIX, se inventó el cine, el máximo logro humano en la búsqueda de la imitación de la realidad. El cine no es sino la fotografía en movimiento y ese movimiento introdujo una dimensión desconocida hasta entonces en las artes visuales: el tiempo. Esta introducción, convertía al nuevo medio en un soporte ideal para todo lo narrativo. El filósofo Henri Bergson en el prólogo que escribió en 1911 para su obra Matière et mémoire (1896) , ubicaba el cine en un lugar

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