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Cuentos De Extranormal


Enviado por   •  3 de Enero de 2013  •  1.934 Palabras (8 Páginas)  •  461 Visitas

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Cuentos de extraterrestres y humanos!

Nací como cualquier otro niño, viviendo en la ignorancia de toda aquella realidad. Pero lo cierto es que hacía tiempo que había comenzado a sospechar. Mi familia, padres, y demás, no eran más que monstruos con apariencia humana que ocultaban su horrible aspecto negro y viscoso detrás de aquellas estúpidas máscaras. Sus palabras hipócritas y desconcertantes nunca consiguieron engañarme.

Yo sin embargo les seguía el juego ,fingiendo no enterarme de nada, y lo cierto es que nunca me cayeron bien. Me los imaginaba allí, reunidos, y aprovechando mi ausencia, descubrían su verdadero aspecto riéndose a carcajadas. Traté de espiarles en múltiples ocasiones, pero lo cierto es que nunca llegué a descubrir como eran en realidad. Me bastaba con observar aquella mirada brillante y malintencionada y su sonrisa, incapaz de ver con mis propios ojos, pero que escondían detrás aquellas estúpidas máscaras.

Poco a poco fui dándome cuenta de la situación. El conserje del colegio, movía su manojo de llaves de manera nerviosa y estridente. Su mirada penetrante le delataba. Siempre supe que era una de ellos, desde el primer instante en que le vi.

Hablaban entre ellos, nunca supe que planes podían tener para mí y los demás y así, con esa agonía y sentimiento, fui pasando aquellos primeros años de mi vida.

Tal vez se me pueda acusar de desconfiado, pero es que jamás pudieron engañarme.

Estudié, como pude, crecía descubriendo cada vez más número de ellos.Estaban esparcidos por toda la población, mezclándose entre la gente como si tal cosa, nadie parecía sospechar, excepto yo.Pasó el tiempo. El número de aquellos se agrandaba por momentos y acabé sospechando de casi todo el mundo. Era difícil fiarse de la gente. Me hubiera gustado tener un método práctico para delatarles. Siempre observaba a la gente antes de hablar con ella. No podía confiar en nadie y mucho menos contarles mi secreto.

Mi imaginación infantil me llevó a pensar primeramente que no eran más que alienígenas controladores de la civilización y que querían colonizar la tierra. Lo cierto es que el número de ellos parecía incrementarse demanera alarmante hasta el punto de que llegué a dudar de casi todas las personas que me rodeaban.

Toda mi obsesión me llevó a continuar por el camino de las ciencias, intentando encontrar algún remedio a aquello que me perturbaba y de lo que estaba totalmente convencido.

Pensé que aquel masivo incremento en su especie podría tener un carácter contagioso, transformante. No descartaba ninguna de las posibilidades,y mientras mi cabeza se llenaba de más y más temores, me dediqué en cuerpo y alma a encontrar una explicación científica al problema aprovechandolas instalaciones de aquella base científica donde trabajaba. Mi obsesión crecía y crecía por momentos. Cada vez me parecía descubrir más sospechosos,todos estaban siendo cómplices de mí y llegué hasta el punto de no querer ningún contacto con personas ajenas por miedo a que pudieran estar infectadas.

Me aterraba pensar convertirme en uno de ellos, lo que me llevó incluso a desechar todo medicamento que me suministraban, aquellos médicoshipócritas.

Tal vez tuvieron conocimiento de mi sospecha y ahora querían acabar conmigo.

Caí enfermo, pero me negué a que me ingresaran. No quería que me tocaran con sus apestosas manos, e incluso me obligaron a la fuerza. No permití ningún tipo de transfusión de sangre, y llegaron a encerrarme, incluso con el consentimiento de algunos amigos míos. Paranoias, decían. Todo aquelloa lo que tanto tiempo temí, no eran más que simples consecuencias de mi locura.

¡Pobres ignorantes!, no se imaginaban el peligro que corrían y nunca me creerían si trataba de explicárselo.

Asi que allí me encontraba yo, atado por ambos brazos por una camisa defuerza que me retenía mientras sudores fríos brotaban por mi cuerpo por el miedo a lo que me iban a practicar.

Terapias, inyecciones, absurdas palabras falaces que no podían convencerme de mi más profundo presentimiento.

Aquel hospital, en aquella habitación, aterrado de lo que me pudierapasar.

Quizás había llegado el momento. Me iban a practicar una metamorfosis para convertirme en uno de ellos, no podía imaginarme las macabras intenciones de aquellos sujetos tan horrorosamente detestables que se hacían pasar por humanos.

Gritaba de agonía, lloraba de impotencia y sufrimiento. Escupía las pastillas que me diagnosticaban y con un tremendo esfuerzo de voluntad, salté de la cama y estrellé mi cuerpo contra los cristales de la ventana. Y con estos, que quedaron rotos y afilados conseguí nada menos que rasgar mi camisa de fuerza, y con sumo cuidado comencé mi escapada. Tenía que intentar mi último gran plan. Había utilizado las instalaciones de la base espacial en la que trabajaba y clandestinamente saboteado los programas para preparar la huida del planeta en una de las naves. Años de trabajo. Mi última opción por salvarme a mí y a los demás. Así que les llamé. Solo a unos cuantos, los que tenía la absoluta certeza de su personalidad, y con una buena excusa les cité a todos en aquel centro en donde yo trabajaba para la NASA.Eran conscientes de mis aparentes problemas mentales, por lo que les alertó mi repentina llamada y acudieron en gran medida a la cita. Tampoco la nave estaba prevista para muchos más. La había diseñado yo mismo, tenía todos los recursos suficientes para aquella furtiva escapada, pero no albergaba capacidad para más de cincuenta personas.

Seguí, con mis mentiras, de buena fe, por supuesto, tratando de acercarles a aquella base de lanzamiento. Muchos me preguntaron por mi degradante aspecto, mis vendas ensangrentadas, pero qué importaba eso ahora, era de noche allí pero los guardas no tardarían en perseguirnos.No me quedaba más remedio que contárselo. Cuál era mi propósito aunque estaba seguro que lo echaría todo a perder. Prometí explicarlo todo finalmente dentro de la sala espacial. Y dentro, en uno de los extremos estaba el ascensor, que nos acercaría a la plataforma de lanzamiento,donde poder coger la nave y escapar.

Abrí la puerta con mi código secreto de acceso pero de pronto todas las luces de seguridad empezaron a brillar con una parpadeante luz roja y un estridente sonido de alarma lo invadía todo por completo.

La puerta se abrió pero todos aquellos amigos, humanos al fin y

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