El espejo de los otros de Marcos Carnevale. Reseña
pepa08Reseña11 de Octubre de 2018
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20/10/2015
El espejo de los otros, Argentina 2015
La esencia del ser humano
Mientras miramos la película nos miramos a nosotros, atravesando todas las emociones de la existencia del hombre.
Tatiana Oruste
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Ficha técnica: El espejo de los otros (El espejo de los otros, Argentina 2015). Direccion: Marcos Carnevale. Guion: Marcos Carnevale. Fotografía: Horacio Maira. Intérpretes: Graciela Borges, Pepe Cibrián, Norma Aleandro, Leticia Brédice, Julieta Diaz, Oscar Martínez, Mauricio Dayub, Alfredo Casero, Luis Machín. Duración: 119 minutos. Calificación: Mayores de 13 años. Salas: Comerciales.
El nuevo film de Marcos Carnevale, “El espejo de los otros”, presenta una propuesta diferente a las anteriores, y además, una propuesta diferente a lo que estamos acostumbrados. Una combinación de la esencia del teatro y las particularidades del cine, permiten un juego entre la fantasía y la realidad.
La película de Carnevale gira en torno de cuatro historias que tienen en común el lugar donde ocurren. Detrás de un portón, donde pensamos encontrar un montón de escombros, se encuentran los restos de una catedral convertida en un lujoso restaurante exclusivo. Sin techo, sin puertas y con un estilo gótico, Cenáculo ofrece una sola mesa y, como su nombre lo indica, sus invitados vivencian la ultima cena. La vida de cada persona que pasa por Cenáculo da un giro importante. Sus dueños, dos hermanos, monitorean todo lo que ocurre en ellas, convirtiéndose en la quinta historia que presenta el film.
El minimalismo de la puesta en escena; una mesa que queda pequeña en el gigantesco lugar frente a un escenario, el altar; donde, la banda en ocasiones y la cantante en otras, tienen la entrada justa, contrasta con las realidades que se presentan en el mismo. Si bien el lugar es restringido y solo puede gozarlo la elite, las problemáticas que se plantean son pertenecientes a toda clase social. Problemas familiares por negocio y poder, la infidelidad, la aceptación de la homosexualidad y peleas por amor.
Por momentos se deja que los diálogos cuenten más que los planos, y en algunas ocasiones no se sostiene y hace decaer el film, sobre todo en la última historia. Las cuatro historias, que de por si es un reto que todas sucedan en el mismo espacio, detrás de una mesa, no se distinguen por sus encuadres y tamaños de planos. La imagen por sí sola carece de significado y encuentra su existencia en el respaldo del diálogo.
Pese a eso, es importante destacar que hay un gran trabajo en los diálogos, tanto de guion como de interpretación. Se caracterizan por su realismo y su lenguaje coloquial. Los actores, que a la mayoría usualmente vemos en televisión, se representan muy bien a sí mismos o a sus papeles a los cuales están acostumbrados a realizar.
Cuando los personajes van llegando a la cena, no sabemos de dónde vienen y a dónde quieren llegar, sus personalidades y qué relación tienen unos con otros. El gran manejo de la información nos permite crear relaciones entre los personajes, los cuales vamos construyendo a medida que transcurre la historia, haciendo creer algo que no es, para darnos un giro y resinificar las interpretaciones que cada espectador va creando de ellos.
Lo inesperado es ese final donde un hermano le hace creer a otro que lo ha envenenado para luego desmentirlo, genera una confusión difícil de asimilar. Aunque algo esperado por este director que siempre se propone dejar un mensaje positivo como vemos en sus anteriores films “Anita” y “Corazón de León”. Esa idea de final feliz se ve forzado en este caso, después de contar historias que reflejan el lado oscuro de los personajes (excepto por la última siendo la única que muestra un lado tierno), intentando sacarle el lado positivo a todo lo negativo que se cuenta anteriormente.
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