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Ensayo Sobre El Silencio De Los Inocentes


Enviado por   •  23 de Febrero de 2013  •  1.704 Palabras (7 Páginas)  •  1.418 Visitas

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INTRODUCCIÓN

La historia trata sobre una joven agente del FBI en entrenamiento (interpretada por Foster) que tiene que entrevistar a "Hanibal", quien está en prisión, como parte de la investigación de una serie de asesinatos. Se cree que éste hombre, que fue siquiatra en sus tiempos, podría dar luces en el caso; el FBI incluso cree que el asesino, Buffalo Bill, fue uno de sus antiguos pacientes. Mientras tanto, Bill ha raptado a la hija de un senador y la tiene abandonada en un pozo vacío, en el sótano de su casa.

A medida que avanza la investigación, Hannibal conoce el terrible pasado de la joven agente y ambos comienzan una extraña amistad basada en la admiración mutua. Se sabe que la escena final de la película provoca gritos de advertencia en los espectadores que intentan prevenir a la heroína del peligro inminente.

RESUMEN

La tenaz Clarice ya nos anticipa todo este trance y tesis desde las primeras imágenes en las que atraviesa a la carrera este paisaje, mudo testigo de las atrocidades a las que dedica sus hojas secas cayendo. Es solo el preámbulo de una aventura encomendada casi como pequeña tarea pero que terminará por ponerla a prueba ante sus peores temores, acaso el encuentro final con esa entidad intangible destructora de la inocencia, de la suya propia, de la niñez. La convicción de estar conviviendo con esta cara oculta y latente dentro de su propia esencia de nación estará presente en todo momento y todo lugar. Acaso en cada fotografía

y columna sensacionalista de algún diario anunciado todos los detalles del último crimen, algún reportaje televisivo preparado para aterrorizar a la gente e inculcarle el miedo al otro. Hasta las instituciones más sólidas y sagradas guardarán en su interior la presencia de este submundo. El hospital-prisión donde Clarice se verá con Lecter es presentado como laberíntica ciudadela (acaso círculo de infiernos) a donde habrá de descender para conocer el estado puro de esta compleja constitución no escrita.

El representante de esta otra nación hace de la diplomacia su instrumento para alcanzar sus objetivos, nos hace conocer sus poderes de destrucción a través del uso de algo tan civilizado como la comunicación. Es la maldad adaptada a nuestros tiempos. La película, gracias a la extraordinaria actuación de Anthony Hopkins, hace de Lecter la expresión más lograda del mal que se haya visto en mucho tiempo. Con toda flema, acomete este duelo de inteligencia con Clarice (Jodie Foster notable, no dejándose apabullar por el siniestro personaje). En este intercambio es en donde radica lo más interesante de la cinta, toda una discusión por indagar la fuente misma de esta retorcida comunión que cobra cada vez más víctimas (tal vez no inocentes del todo).

Así la película se desarrolla entre este enfrentamiento intelectual y el enfrentamiento aún vano con el asesino que va dejando las huellas (capullos) a cada paso de su proyecto (transformación a flor de piel)

solo para dejar escandalizados y sin poder de respuesta a las fuerzas del orden al más alto nivel. La tensión creciente se debe a esta talentosa y comprometida introducción dentro de lo intangible, el horror y la vileza absoluta que apenas se manifiesta por imágenes escamoteadas de lo que alguna vez fue un ser humano, o su autopsia en la que las sensaciones de indignación o repulsión se manifiestan más en los rostros de sus testigos que en la contemplación de la corrupción total del ser.

Rápidamente, ante el desborde de la situación, no tardará el doctor Lecter en colocarse como vedette hasta regocijado de la transmisión a larga distancia del horror a quienes han sido sus generadores, y surgirá con la horrenda apariencia de un personaje de pesadilla (para escándalo de sus congéneres). Será acaso que colocado al nivel de estrella la bella Clarice no tendrá otra cosa que ofrecer que su absoluta intimidad en la mejor secuencia del film. Los primeros planos (expresión misma de estar dirigiéndonos todos sus dardos y requintes) utilizados a lo largo de la cinta se hacen más intensos y profundos en este instante introspectivo, regresión hasta la zona oscura en la que la heroína conducida por este inocuo maestro reconocerá el móvil de su obsesiva persecución. El temor a la destrucción cercana, como abriendo la puerta de un matadero. El llanto de los corderos a los que se refiere es toda la Norteamérica ante el contraste brutal de la convivencia de lo establecido,

la moral y la ética y su versión pervertida. La siniestra competencia y mutua voracidad entre una y otra. Voracidad que será liberada por Lecter (estupenda la espectacular secuencia de la fuga) para dejar a su alumna preparada a asumir el reto por sí sola.

Así se desatará el clímax de esta investigación, el rincón infernal estará ahí donde nadie lo hubiera imaginado, en una casita de suburbio rodeada de acogedora armonía, pero bajo la cual reside el mismo infierno. Clarice desciende a él como catacumbas de una prolongación moderna de la inquisición. Revestida por las imágenes emblemáticas de la nación (mapas y banderas) y bienvenida por las polillas mensajeras del averno. El enfrentamiento asumirá el reto absoluto a lo desconocido (la oscuridad total), quiebre total ante la amenaza del abandono, el desamparo, el dolor. Trance inimaginable para la feliz y opulenta

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