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Jack Jack Attack!


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2015  •  Síntesis  •  1.525 Palabras (7 Páginas)  •  467 Visitas

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¡Jack-Jack Attack!

No voy a decir que puedo recordar todo. O que en mi memoria se quedó grabada a la perfección aquel día 12 de Agosto hace 11 años atrás. Pero, yo sé exactamente todo lo que pasó aquél día. Aquél día en que cambié la vida de una chica, o al menos temporalmente antes de que el gobierno le borrara la memoria. De lo cual no sé nada porque el gobierno no borra memorias…

Todo tiene una historia detrás de la historia, por así decirlo. Hechos de los cuales si no hubieran ocurrido, otras historias jamás serían contadas. Ese fue mi caso. Si mi padre no hubiera rechazado a aquél niño, Buddy que años después de convertiría en Síndrome y comenzaría a crear robots para eliminar a todos los supers, probablemente no hubiera tenido que necesitar la ayuda de mi mamá, por lo que mis hermanos no hubieran ido de colados en aquél avión por lo que no hubieran tenido que llamar a la niñera, Kari McKeen. Mi familia tuvo su historia rescatando a mi padre de la isla de Síndrome, pero yo tuve la mía.

Todo comenzó por la mañana del 12 de Agosto hace 11 años. Mis hermanos se habían marchado de colados en el avión que conducía mi madre hacía mi padre y ellos habían contratado a una niñera. Kari, quien aceptó amablemente la idea habló con mi madre cuanto esta se enteró que mis hermanos me habían dejado solo, en teoría, en casa.

—Señora Parr, se controlar a todo lo que este bebé se le ocurra— Kari hablaba con mi madre por el teléfono mientras me hacía gestos raros y movía su dedo de un lado a otro. A lo que yo respondía con una tonta y dulce risa… ¡Era un bebé! ¿Qué esperaban que hiciera? Todos los bebés responden a estímulos así… en fin, ella no sabía lo equivocada que estaba. Luego la llamada se cortó.

— ¿Y quién está listo para obtener su estimulación? — Me dijo con ese tono amable, y molesto, con el que ella solía hablar.

Me colocó en el piso y frente a mi dejó un par de tarjetas, juguetes con cubos, instrumentos musicales para bebés. Pero entonces ella cometió el peor error de toda su vida, puso a Mozart. No sé realmente como fue que eso afectó en mí, pero lo hizo. Gracias a Mozart mis poderes despertaron.

— ¡La estimulación cognitiva va a empezar! — Se podía escuchar la emoción en su voz, la cual se borró cuando se giró y se dio cuenta que yo ya no estaba en el piso donde ella me dijo.

De inmediato me buscó por toda la habitación hasta que ella me logró visualizar en la mesa que hay en el comedor.

— ¡Aah! Me pareció ver un lindo bebito… — Su irritante voz se movió junto con ella por todo el camino hasta el comedor. Entonces yo me escondí detrás de un florero que había ahí, y cuando ella lo quitó yo ya no estaba.

Su mirada se giró al escuchar un ruido, era yo abriendo la puerta del refrigerador y sacando mi biberón con leche que se encontraba ahí y poder tomarla.

—Esto sí que está raro…— Murmuró mientras se aseguraba que yo no me moviera de su vida. —Quédate quietecito—- Me ordenó mientras tomaba el teléfono de la cocina para llamar a mi madre. —Hola señora Parr, soy Kari, tengo una pregunta sobre Jack-Jack, puede llamarme por favor— Murmuró en el teléfono pues le había mandado directo a buzón.

Solo un segundo en el que me perdió de vista bastó para que yo comenzara a levitar hasta quedar prácticamente sentado en el techo mientras jugaba con el biberón en mis manos.

Ella al darse cuenta que había desaparecido soltó un pequeño grito. Y comenzó a buscarme por todos lados.

—Jack-Jack… bebito…— Me llamó esperando una respuesta mía. La cual en parte tuvo, pero no fue la que esperaba. — ¿Dónde estás? —

Yo comencé a reírme en el techo y le quité la mamila al biberón haciendo que toda la leche le cayera en la cara. Entonces comenzó a volverse un poco loca e histérica. De alguna manera logró bajarme del techo y volteó mi corral para ponerme bajo él como si fuera una especie de prisión y evitar que escapara. Y como protección extra le pareció bien poner el sillón y un par de libros sobre el mueble de madera. No es como si el sillón pudiera romper la madera y aplastar al bebé ¿No?

De nuevo decidió llamar a mi mamá pero de nueva cuenta le mandaba directo al buzón de voz. — ¡Señora Parr yo otra vez! Jack-Jack está bien pero cosas raras están pasando, necesito hablar con usted porque yo…— Entonces guardó silencio.

Mientras ella hablaba por teléfono me miraba de reojo. Yo de alguna manera, y cosa que ningún bebé de mi edad puede hacer, me había agarrado de los bloques de madera y había logrado levantar mi cuerpo sobre mi cabeza dejando toda la fuerza en mis manos. Ella estaba horrorizada, seguro pensaba que estaba poseído por el demonio o algo así. De nuevo se giró para ver el teléfono pero cuando su vista regresó a la pequeña prisión de madera yo ya me había comido varios barrotes haciendo un agujero y ya no estaba, fue cuando guardó silencio y soltó un grito al ver que estaba en lo alto de un mueble.

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