Las Corporaciones

La corporación

Instituciones o psicópatas

Hace 150 años, la corporación era una institución insignificante. Hoy se ha expandido. Como la iglesia, la monarquía y el partido comunista de antes, la corporación es la institución dominante del presente (La corporación, 2004).

Ha pasado demasiado tiempo desde que estas “personas legales” han venido a establecer su poder en nuestras vidas en todos los ámbitos existentes, tanto en lo social, económico, político, etc. Explotando a sus trabajadores, a los recursos naturales y hasta a la ley misma; esperando tanto de este ciclo que pareciera no tener fin; claro sin devolver nada más a cambio, que solamente basura comercial sin significado alguno pero con un gran sentido de consumismo. Es así como se nos presenta ante nuestros ojos esta sociedad dominada por entes invisibles, legales, autónomos y tristemente con seguidores que logran hacer mediante distintas artimañas, al ocultar sus verdaderas intenciones dañinas hacia lo que representa la vida.

Estas grandes instituciones nacieron gracias al sistema, de la misma manera dominante: El capitalista, convirtiéndose en el símbolo que mejor lo ha representado hasta ahora. Consolidando su poder mediante la globalización, al dejarlos expandirse en cada rincón del mundo que estuviera/este a su paso, y dejándolo en las manos de unos cuantos. Pareciera que al convertirse en una persona legal tal cual, no siguiera su definición: “Conjunto de personas que se dirigen hacia una misma dirección, hacia un mismo fin en común (La corporación, 2004)”; ya que su evolución ha sido todo lo contrario a lo que se esperaría de una persona real, es decir, que sin una conciencia moral o siquiera una alma o cuerpo al cual encerrar (Thurlow, B), a pasos agigantados se ha ido deshumanizando, perdiendo el interés en lo humano y solamente preocupándose en sus accionistas (beneficios).

Al ponerles una cara y un nombre como tal es el caso de Ronald McDonalds, estamos siendo influenciados por un bombardeo masivo de publicidad en los distintos medios de comunicación que también se encuentran controlados por estos temibles entes. Y al momento de buscar el culpable de un acción, se encuentra que no existe nadie a quién se pueda castigar, ya que aunque se maneje por medio de un sistema jerárquico, el de más alto nivel al cual se le va a acusar, difícilmente será a la compañía en sí misma, si no que será a la persona que se encuentre en esos momentos supuestamente encargado de lo que habrá pasado, sin armas alguna con que defenderse pues el trabajará para ganar dinero y así poder comer o mantener una familia. Casos se presentaron, en los cuales corporaciones reconocidas a nivel mundial, han sido absueltos de sus delitos al librarse con multas tan bajas que comparadas con los efectos nocivos causados, se reducen a algo tan pequeño, siendo complicado el lograr establecer conciencia de las consecuencias del daño.

Y todo esto no sólo viene a afectar a gente adulta si no que al llegarse a catalogar como una máquina tal cual formadora de los incrédulos del mañana, los niños del hoy; tratan y logran vender tales productos, como juguetes, comida, etc. que simplemente perjudicaran al que lo consuma; Como el mensaje que en la actualidad ha estado muy presente: “Los niños fastidian, tienes que comprar tal cosa para que dejen de hacerlo”. Esto provoca que padres como madres vayan a comprar tal producto que hará que el niño o niña este entretenido para que dejen de molestarlos. Este aprovechamiento de la vulnerabilidad tanto de los padres como de los niños, se nos está fugando de las manos, ya que en lugar de que las viejas generaciones dejen un mundo mejor para las nuevas generaciones, se replanteen el dejar mejores niños para el mundo.

La marca DISNEY es tranquilidad, tradición y calidad; y eso se ve aquí, en esta comunidad (La corporación, 2004).

Un ejemplo muy latente es el imperio Disney, que si bien trata de dar mensajes que hagan reflexionar, no se limitará a dejar que otra compañía con el mismo tópico de venta le gane en ello. Comportándose como un monopolio que tratará y en muchas ocasiones logrará que el primer pensamiento que se venga a la mente del público en general (niños, jóvenes, adultos) al escuchar la palabra “magia” sea únicamente: DISNEY. Ocultando tras películas, comerciales, espectaculares, productos, en una sola palabra: En su marca; todo el daño provocado en la masa manipulada. Al fomentar el consumismo desmedido y el “no me importa” a montones. Por lo que el bombardeo masivo que vivimos día con día, de propaganda proveniente de este tipo de empresas, no tendrán nunca la intención de parar porque eso no están en sus planes.

Tan grande es la enfermedad actual, que con un diagnóstico sencillo se puede detectar signos/síntomas que tras una constante repetición de parte de estas instituciones se podrá conocer la hipocresía detrás de sus “buenas intenciones”, tales como la intimidación hacia los sindicatos, el despido a los trabajadores o hasta los incendios a las mismas fábricas; todo basado en una verticalidad de arriba hacia abajo y en la cual si uno no está de acuerdo, está de forma inmediata afuera; beneficiándose de la violencia del Estado para proteger y generar así más ganancias para ambas partes dominantes.

Pero como antes se mencionó los efectos de esta gran avaricia, no solamente se reflejaran en el daño directo ocasionado a las personas, si no que tendrá repercusiones en tierra y sus recursos. Tales casos como el de Monsanto y el maltrato provocado

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