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Lo primero que tengo que comentar es sobre la bitácora pasada, que dicen fue un “telegrama”. No lo creo, pero me pregunto qué falto por exponer en ella que no tuvo la abundancia que tuvieron las bitácoras de los compañeros


Enviado por   •  28 de Abril de 2017  •  Apuntes  •  1.744 Palabras (7 Páginas)  •  357 Visitas

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Juan Jorydel Grajales Cervantes.

Bitácora del martes, 14 de febrero.

Lo primero que tengo que comentar es sobre la bitácora pasada, que dicen fue un “telegrama”. No lo creo, pero me pregunto qué falto por exponer en ella que no tuvo la abundancia que tuvieron las bitácoras de los compañeros. Solo hubo un ejercicio en clase, así que supongo que fue que no comente la lectura de Esperando a Godot y Acto sin palabras.

En esta ocasión se me ha facilitado volver a leer Esperando a Godot, pues estoy un poco enterado de la dinámica de los personajes, cómo interactúan, cómo dicen una cosa y hacen lo contrario, la idea de la espera, la soledad y la necesidad de estar acompañado. También he puesto atención en las acotaciones, antes no lo había hecho, y me han parecido muy reveladoras de lo que sucede, de las personalidades de los cuatro personajes. Lo que sucede es lo único que hay y no parece haber antecedentes. Pues no saben qué día es, no saben si era ahí donde esperar, no saben si perdieron sus derechos o los vendieron, no saben qué hacer, más que esperar a Godot, es lo único que sucede durante toda la obra, la espera.

En la clase del martes, a pesar de que siempre voy con actitud, no siempre se puede tener la mejor disposición de trabajo pues mucho depende de cómo el cuerpo haya amanecido, hormonalmente hablando. En esta clase comenzamos moviéndonos, estirando, disponiéndonos para comenzar. Desde aquí note que no dejaba de pensar, medio soltaba al cuerpo pero mi mente seguía pensando en cosas innecesarias, me fui moviendo por el espacio hasta que me topé con la pared. Ésta me sirvió, pues al estar texturizada y entrar en contacto con mi piel, la estimulo de cierta manera que me apoyo a poner atención en mi cuerpo y dejar de pensar en otras cosas. Lo primero que teníamos que hacer era caminar por el espacio viendo a los demás, observar quienes nos acompañaban, ver lo que traían puesto, como venían peinados, su actitud. Con esto debíamos buscar impulsos de hacer algo con los compañeros, recuerdo que acomode algunos flecos, anude cordones, leí algunas frases en las playeras, toque a algunos compañeros. Ahora teníamos que hacer lo mismo pero detenidamente, había que poner atención en la sensación que surgía cuando hacíamos lo que teníamos ganas de hacer y también cuando nos hacían algo. Lo más interesante fue cuando una compañera más pequeña de estatura me cargo y a mí me dio entre emoción, miedo, sorpresa, pues no creí que me aguantara, pensé que se caería y no me lo esperaba.

Después debíamos ver algo que tuviésemos ganas de hacer pero teníamos que aguantarnos. Para este momento me seguía sintiendo un poco indispuesto en el trabajo y de repente veo a una compañera muy “intensa” moviéndose “veloz” y “ágil” y lo único que me provocaron ganas fue de detenerla, que ya no se moviera, así que tome eso como mi impulso por hacer. Teníamos que seguir alimentando ese deseo por hacerlo y a la par teníamos que detenernos a hacerlo, en una igualdad de fuerzas oponibles, querer hacerlo y no hacerlo. Yo mientras me aguantaba de hacerlo, trataba de escapar de mi compañera, no mirarla, pero necesitaba ver donde estaba para alejarme de ella, pero no la quería ver para no mirar su “intensidad”, pero debía verla para no mirarla. Continuamos en la progresión hasta que llegó el momento de hacerlo y cuando por fin la iba a detener ella misma se detuvo a hacer su impulso, se había detenido y mis ganas de detenerla se habían frustrado, lo que tenía ganas de hacer, ella mismo lo había hecho. Parece lo mismo, pero no lo es, yo quería detenerla o que lo hiciera ella misma. De repente también me toco recibir unos golpes en la espalda, lo que me frustro más, pues no tolero las agresiones físicas reales en la escena, eso me molesto aún más.

Ahora teníamos que percibir la sensación de lo sucedido, y de repente estaba solo en medio de la nada, esperando en un lugar que no me gustaba y con el deseo de irme. Esto fue fácil, pues para aquí ya estaba molesto, frustrado, con un poco de indisposición y ya quería que terminara, pero no podía irme. Estaba ahí la puerta, pero debía esperar solo en ese lugar. El lugar, o sea el salón, siempre se transforma, como la maleta de Newt Scamander. Entras a la maleta y a pesar de ser un lugar pequeño ves todo un mundo, o cómo Esperando a Godot que es un camino en el campo y un árbol, un lugar pequeño pero uno quiere creer o al menos esperas que haya más.

En ese lugar para distraerme un poco me puse a contar los tornillos de la duela, conté más de cuarenta en solo dos pliegos. Teníamos que observar a los demás y conectar con alguien. Mientras contaba los tornillos de nuevo, vi a alguien sentado y en sus manos tenía una pelusa. La trataba de una manera tan tierna que yo me quede conmovido por como lo hacía, parecía que era un bebe de pelusa. Me acerque y conectamos, compartimos el cuidar de la pelusa, y ya no estaba solo, ahora me acompañaba alguien más. Comenzamos a jugar con la pelusa y hacer otras cosas, cómo darle vida a nuestros pies. Jugábamos a que nuestros pies eran personas que discutían por entrar o salir de lugares como si estuvieran perdidos, pero discutían de una manera cómica. Me regalo una de sus ligas para el cabello como símbolo de nuestra amistad, la de color café que me gusta más que el color negro. Después vimos la puerta y sin que nadie nos viera, sé que estábamos solos pero había alguien observándonos, nos acercamos a ella y la abrimos, sentí el aire fresco que entraba, era el momento para escapar. Yo quería hacerlo pero mi compañero me detenía, cerrábamos y abríamos la puerta y yo sentía el fresco de afuera, de la libertad. Tomamos la decisión de soltar a la pelusita afuera, la arrojamos y fue libre, pero nosotros seguimos encerrados. Poco a poco nos aburrimos y nos empezamos a separar, no era lo mismo, quería que se fuera, que me dejara solo, hasta que sucedió.

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