Los Coristas

Los coristas, la primera palabra que me viene a la mente es una orquesta un coro en el cual desarrollan y presentan ese gran talento que yo creo que mas que talento es un don que Dios regala, para que por medio de ella puedan tocar hasta el más duro corazón, ese corazón lleno de rencor, de odio y que al escuchar una melodiosa voz esos sentimientos cambian por arte de magia y se transforman en algo que da paz, tranquilidad. Sin embargo, son estos niños quienes tienen en su corazón lleno de rencor, de resentimiento y de cólera por la realidad que les toca vivir, pero la música los llena.

Esta película tiene una gran belleza y sobre todo llena de dulces intenciones, que nos ofrece una lección de vida humana; conocer la caridad y la compasión frente a la dura disciplina. Asimismo muestra cómo un acto aparentemente insignificante puede transformar la vida de tantos. Cuántas veces hemos dado por muerta a una persona diciendo no tiene solución, jamás cambiara, los juzgamos antes de tiempo y no les damos la oportunidad de demostrar que pueden ser otras personas, que pueden dejar todas esas cosas que los cambia totalmente. Yo quiero resaltar la gran labor de este profesor Clément Mathieu que sin conocerlos les dio la oportunidad de demostrarles a los demás que no solo están hechos de rebeldía, sino que dentro de ellos tienen a un hombre llenos de sueños, llenos de amor, de ganas de vivir, de salir de este reformatorio y decir ¡Sí! A la vida; y ¿Cómo lo hizo? ¿Cómo puedo cambiar a estos jóvenes que solo se les conocía malcriadeces? La respuesta es muy fácil poniendo en práctica su lema «la musique peut changer les gens» (la música puede cambiar a las personas). El siendo un desconocido, les dio la esperanza que necesitaban, mostrándoles cuán importantes pueden ser, igual sucede en nuestra realidad cuando nos damos por vencidos, ya no hay ganas de seguir llega alguien que te dice ¡Ánimo!, y que vez que es la gran misericordia de Dios que nos ama tanto que envía ángeles que nos rescatan, que nos salvan de esta realidad que es horripilante, que a veces sentimos ascos de nosotros mismos.

A mí en particular la música para mí es como el aire. Me envuelve. Me permite vivir. Hacer memoria de mi vida implicaría volver a escuchar toda la música que he sentido. Todo tiene música en la vida y cada momento, cada persona, cada lugar, tiene su propia melodía. Sólo hay que escuchar, prestar atención y hacer un poco de silencio y, como de forma mágica, poco a poco irá apareciendo el sonido. Al principio es un sonido muy leve, como lejano, pero enseguida el murmullo se convierte en sonido claramente audible y el ritmo se apodera de toda la cabeza. La música cambia, no siempre suena la misma en los mismos lugares o con las mismas personas. Cada persona tiene una música especial que si sabes descubrirla te conquista. Como dijo un compositor estadounidense Leonard Bernstein: “En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es

...