Memorias Del Subdesarrollo Y Fresa Y Chocolate: Continuidades Y Rupturas

Memorias del subdesarrollo y Fresa y Chocolate: continuidades y rupturas

Tomás Gutiérrez Alea, apodado Titón, es considerado uno de los mejores directores de cine en Cuba. Las razones son obvias, y es que, entre sus creaciones cinematográficas, se encuentran dos de los más grandes clásicos del cine cubano: Memorias del subdesarrollo y Fresa y Chocolate.

A pesar de apoyar desde sus inicios al movimiento revolucionario cubano, sus creaciones no se convirtieron en simple panfleto moralizante. A través del cine ejerció la crítica a los diversos momentos por los que atravesó la Revolución Cubana, planteando múltiples interrogantes acerca de problemáticas internas que afectaban al país. El cuestionamiento crítico fue el medio que escogió para demostrar su apoyo al nuevo gobierno. El artista revolucionario lo es siempre el verdadero artista: el que con su arte penetra más aguda y profundamente la realidad, el que abre brecha en ella y la enriquece, el que nos la entrega más real, más compleja, más verdadera.1

Memorias del subdesarrollo, realizada en 1968 y Fresa y Chocolate, producida en el año 1993, abordan la realidad política y social de Cuba en dos periodos diferentes. La primera narra los inicios de la Revolución, marcada por dos acontecimientos esenciales, la invasión a Playa Girón, en abril de 1961, y la Crisis de los misiles, en octubre de 1962. Por su parte, Fresa y Chocolate aborda la cuba de los años setenta, durante el quinquenio gris, cuando se recrudeció la persecución a los homosexuales y a cualquiera que con sus actitudes no respondiera al ejemplo del llamado “hombre nuevo”.

Desde el punto de vista del lenguaje cinematográfico, en ambas películas se pueden apreciar diversas rupturas. En Memorias… Alea recurre a la voz en off del protagonista para transmitirnos sus sensaciones e ideas. Además se apropia de

1 Guevara, Alfredo. No es fácil la herejía. En Cine Cubano, Nos. 14-15, La Habana, 1963.

imágenes documentales, de archivo, al igual que utiliza fotos fijas para conformar su discurso. La historia no es lineal. Según Rufo Caballero, esta se concibe desde la discontinuidad y la ruptura2. A partir de cuatro relatos llamados Pablo, Noemí, Elena y Una aventura en el trópico, la película se organiza mínimamente.

Memorias… se apoya en múltiples recursos que contrastan entre sí para lograr su discurso. La subjetividad de Sergio, el personaje protagónico, es esencial para comprender la trama de la película, pero también las imágenes documentales son imprescindibles a la hora de adentrarnos en la historia narrada.

El protagonista recurre a su memoria, a la vez que reflexiona sobre todo lo que le sucede, transmitiéndonos una visión muy propia del proceso revolucionario. Sergio analiza detenidamente todo lo que está ocurriendo en el país, sin tomar ningún partido. Mantiene una postura escéptica y distante que despierta el sentido crítico en el espectador.

Por su parte, Fresa y Chocolate es narrada de manera cronológica. Los recursos tomados del documental desaparecen en esta nueva propuesta de Gutiérrez Alea, la cual asume la forma de un cuento tradicional. La historia de cada personaje evoluciona a lo largo de la película, atravesando por diversos conflictos que los conducirán a un resultado final.

En cuanto al tratamiento de los personajes, en ambas películas se evidencian varias continuidades y rupturas. Los protagonistas de las dos historias se sienten excluidos del proceso revolucionario cubano. En el caso de Sergio, la exclusión viene dada por sí mismo, no le interesa participar de la epopeya histórica de la revolución, aunque tampoco está en contra de ella. Por otro lado, Diego, uno de los protagonistas de Fresa y Chocolate, es totalmente excluido del proceso revolucionario cubano por su condición de homosexual. Diego no es ajeno a lo que sucede en Cuba, es el país, el propio gobierno quien le ha dado la espalda.

A mediados de los sesenta comenzó a crearse en el país una amplia situación de exclusión hacia los homosexuales. La condición de homosexual es presentada

2 Caballero, Rufo. Memorias del subdesarrollo. Lucidez de la cautela. Formato digital.

como una patología a la que se debe combatir arduamente. Diego deja claro que en un primer momento él apoyó a la revolución, cuando le confiesa a David que fue a alfabetizar porque quiso. Sin embargo, las palabras de Miguel, el compañero de clases de David dejan claro que Diego no puede formar parte del proceso cubano pues -¡La Revolución no entra por el culo!-

A partir de lo que David observa sobre la realidad de Diego, su personaje va

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