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Música Del S. XXI


Enviado por   •  13 de Diciembre de 2011  •  1.500 Palabras (6 Páginas)  •  511 Visitas

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EL fundamento principal de la música del S.XX en general y como diría Nietzsche es que la Tonalidad ha Muerto.

Para ello el autor previamente nos habla de la tonalidad nos da ejemplos de las escalas, de los armónicos, de la sonata,… pero como dice él en su introducción este no es un libro para músicos de gran nivel de conocimientos, sino que está orientado para un público culto y desconocedor de aspectos musicales, dado que parte que las cosas que explica por no decir la gran mayoría al principio de su libro ya las hemos aprendido en un conservatorio.

II.1. Cambios Decisivos

Stuart Mill expresaba su temor en el hecho de que la música podía agotar las combinaciones posibles por el hecho de existir músicos eximios y un número finito de notas.

Las posibilidades de la música están lejos de agotarse, y en este apartado el autor realiza un breve repaso de algunas obras significativas de la música del S.XX, dejando entrever la riqueza de concepciones que caracterizan a este siglo.

El autor afirma que la mayoría de la población prefiere refugiarse en la música tonal inteligible de la música popular urbana o tradicional como los Rolling o Sting, en pasodobles, boleros o en Mozart y Brahms antes que Webern o Messiaen.

La mejor forma de asomarse a la música del S.XX es a través de Wagner.

El cromatismo, el uso de alteraciones en las notas de la escala diatónica, y la disonancia has supuesto siempre el recurso expresivo por excelencia en la música occidental

El autor nos da varios ejemplos de los cuales destaca la introducción del famoso “acorde de Tristán” (del preludio de Tristán e Isolda, 1857-1859), por ese comienzo de cuatro notas sin armonía, y a continuación el célebre acorde que en el que culmina dicho motivo.

Por otro lado también nos habla de Debussy, de cómo este autor crea impresiones, atmósferas espirituales sin argumento, donde el tiempo se ha detenido.

Para ello hablamos de La Catedral Sumergida, de su comienzo, de unos acordes que no tienen una función tonal, no son disonancias que esperan una cadencia. Son como una especie de telas de un mosaico, que por sí mismos ya son algo sin depender de otros.

II.2. La revolución Serial

Fue uno de los cambios más radicales, el período que siguió inmediatamente al final de la guerra de 1914-1918, fue un colosal desarrollo en la producción mecánica de la música.

Propugnando eliminar toda emoción y subjetivismo, prendían que la obra fuese una estructura coherente consigo misma, “una música cotidiana” afirma D.J.Grout.

Si aparecieron ciertos rasgos en la música de Debussy que iniciaban este proceso de cambio tendrá que ver con la obra de Schoenberg y sus seguidores.

Schoenberg pertenece a la Viena de Freud. Su mayor problema supone construir piezas de cierta extensión a partir de núcleos motívicos sin usar las relaciones tonales.

El DODECAFONISMO.

La música atonal carece de cetro. Sin repetir sus notas para no producir un punto de reposo y en igualdad de condiciones todas ellas, mediante la inversión, retrogradación,… existen en total 18 posibilidades no repetitivas de extensión. Una idea que parece sencilla pero que el proceso hasta dar con ella fue largo y doloroso para Schoenberg.

El ejemplo más claro no lo da la Suite para piano, Opus 25 de Schoenberg.

No es una elección al azar de 12 semitonos, al contrario, sino que al revés que está muy estudiada. Vamos como en la retrogradación aparece el nombre B-A-C-H (Si bemol-La-Do-Si) de quien el compositor toma el esquema general de una suite barroca. Además la serie comienza en Mi para terminar en Si bemol y producir el diabolus in música.

A lo largo de este tema podemos seguir apreciando más obras y ejemplos de Schoenberg , pero también de Alan Berg, Webern.

II.3.La Música Posterior a 1945.

El serialismo integral.

Podemos decir que este movimiento se inicia criticando a Schoenberg quien había sido un revolucionario musical años atrás, entre otras cosas por la contradicción de mantener dentro del universo serial las formas tradicionales.

El serialismo creará un universo de sonidos aislados, únicos en sus características.

Y como principal exponente se encontrará el organista francés Messiaen, un místico católico. “Una música que acuna y que canta, que es sangre nueva, gesto elocuente, un perfume desconocido, un pájaro sin sueño, un música en una vidriera, un remolino de colores complementarios, un arco iris teológico”. Así define el francés a su música.

Su gran atribución

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