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Neorrealismo


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2013  •  3.282 Palabras (14 Páginas)  •  365 Visitas

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Es un movimiento bastante ecléctico, no hay una definición única, sino que tiene que ver con la aparición de unos determinados directores y determinadas películas. No será un movimiento que domine toda la producción italiana, también se harán otras películas. Pero aporta unas características con las que se identifica al cine italiano de esa época. Influirá a las demás artes y a las cinematografías internacionales. Quien usó por primera vez el término "neorrealismo" fue un intelectual llamado Norberto Barolo, y lo hizo no para referirse a un film italiano, sino a uno francés: El muelle de las brumas, de Marcel Carné. Dicho film, como mucho de esos años, estaba marcado por el talento del director Jacques Prévert. Es una película que propone algo parecido a un nuevo realismo, hace ver de una manera distinta el enfoque de la realidad, pues en él las cosas, los dramas, los hechos cotidianos, estaban descritos con la sensibilidad de la lírica. Posteriormente, y por eso mismo, comenzó a llamarse a esa corriente "realismo poético", y el término "neorrealismo" inventado por Barolo fue conservado.

Pero el primero que aplicó el término neorrealismo a la nueva corriente cinematográfica fue Umberto Barbaro, un director de cine que por entonces era profesor del Centro Experimental, y que recuperó el término de Barolo en un artículo de la revista Il Film (Roma). Las vinculaciones vienen porque en ese artículo Barbaro, en que se analiza el film El muelle de las brumas, nos dice que sería interesante que esa "corriente" o esa manera de tratar la realidad volviera a implantarse en Italia, y cita, a modo de ejemplo, "la necesidad de reanudar la antigua tradición italiana de Sperduti nel buio".

El neorrealismo italiano se llamó así no porque se tratara de un "nuevo " realismo italiano (en este sentido, Visconti rechazaba absolutamente el prefijo "neo"). Se lo llama así porque este realismo italiano es nuevo, por el contrario, en la historia del cine, sobre todo en lo que se refiere a sus análogos: el realismo mudo italiano (los films Assunta Spina, de Gustavo Serena, y Sperduti nel buio, de Nino Mortoglio), el realismo populista francés (Feydor, Renoir, Clair, Carné o Duvivier) o el realismo socialista soviético.

En efecto, si bien es cierto que toda una generación de directores de la nueva corriente se nutrió de Pudovkin, de Eisenstein y de los grandes directores rusos, como así también en mucha mayor medida del cine francés, el neorrealismo se separa de estas influencias.

La principal característica del Neorrealismo es que representa la vida de cada día, a mitad de camino entre relato y documental.

Una nueva mirada a la realidad, un cine marcado por la situación de Italia en esos años, lo que también condicionará su propio lenguaje.

Las películas surgen en un contexto de miseria y precariedad dentro de esa industria: fuera de los estudios, con pocos recursos, urgentes.

Nueva relación entre el artista y la sociedad. No sólo hay una meta de captar la Italia de posguerra, sino que también hay un compromiso moral entre los directores y la realidad: el cine puede cambiar las cosas, hay que ayudar a Italia. Es un cine que quiere dar testimonio y con una posición ética muy clara.

Alejado del formalismo y del simbolismo, con actores incluso desconocidos y escasos medios técnicos.

Un cine cercano al hombre contemporáneo y a los problemas de su medio social, alejado del concepto de “cine de evasión”, en cierto sentido es un “cine de protesta”.

Un cine de raíz cristiana que reclama un mundo mejor para el hombre.

El Neorrealismo no duda en utilizar diversos medios para acceder a la realidad social, como el humor, la sátira e incluso la poesía.

Otro rasgo sobresaliente es que el acento se desplaza del individuo a la colectividad, con visible predilección por una narración de tipo coral. Por último, aunque no menos importante, destaca el lúcido análisis de los hechos, con una crítica abierta a la crueldad o a la indiferencia de la autoridad constituida.

El cine neorrealista italiano forma parte de un amplio movimiento cinematográfico ocurrido en Italia reafirmándose años posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial (1945), y que se denomina genéricamente el "nuevo cine" italiano. Fue gestión de un conjunto de directores, autores y libretistas que, ya sea a través de acciones aisladas e individuales, o ya sea a través de emprendimientos colectivos, intentaron llevar la industria del cine italiano por caminos estéticos completamente diferentes a los transitados durante los años del fascismo.

De todas las corrientes surgidas entonces en Italia, cuyo denominador común es postular una poética cinematográfica de reacción a los lineamientos generales del cine de la propaganda del régimen, las más importantes son tres.

La primera (en la que podemos incluir la actividad de directores como Lattuada, Soldati, Castellani y Chiarini) es la corriente de los llamados calígrafos, grupo así denominado porque, rechazando la mediocridad comercial y la propaganda, se orientaron hacia la adaptación de obras literarias antiguas, frecuentemente del siglo XIX, y realizaron films inteligentes, como Giacomo el idealista, Pequeño mundo antiguo, Un tiro de pistola, La calle de las cinco lunas, etc.

La segunda es la línea de la llamada objetividad documental, nombre que tiene su origen paródico en el hecho de que llevan adelante una crítica a la objetividad oficial de entonces, marcada con la figura del héroe. Se trata de un grupo de activistas que estaba congregado entorno a la figura y el influjo de Grierson, así como al capitán de navío de Robertis, desde la enseñanza de su Uomini sul fondo y el Rossellini de El navío blanco.

Finalmente, la tercera gran línea que es posible identificar es la corriente llamada neorrealismo italiano. Sin embargo, el neorrealismo italiano no es apenas una corriente más entre otras del nuevo cine italiano de posguerra, sino que es la más importante de todas, y la que ha arrojado mejores resultados artísticos.

El neorrealismo fue un hecho estrictamente italiano, estuvo profundamente vinculado al alma italiana, no solo en el estilo de los directores, sino también en el retrato de los hechos sociales de la Italia que acababa de morir o la nueva que acababa de nacer: la oposición a las comparsas de propaganda oficiales, el horror y lo absurdo de la guerra, la toma de conciencia por la derrota del país, el viento de reconstrucción y de libertad que comienza a ganar la

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