REALIDADES DEL ESPACIO ARQUITECTÓNICO EN EL SEPTIMO ARTE: EL CINE

“La arquitectura debe de ser la expresión de nuestro tiempo y no un plagio de las culturas pasadas”

-Le Corbusier

Introducción

Desde principios del siglo XX hasta mediados del siglo XXI, pudimos ver una serie de cambios en el mundo del arte, de la arquitectura y en especial en el cine. Todos estos procesos como parte de una alegoría de la evolución, nos presenta cómo décadas tras décadas se puede replantear un marco teórico de un pasado que se desea ‘aplacar’, pero que con el tiempo regresa transformado a través de otra realidad modernista, ocupando un espacio predeterminado.

Épocas del arte barroco, renacentista o la llegada de la época modernista, muestran cómo ese desarrollo de transformar el espacio, de un orden perfecto, simétrico a una mirada que expresaba más libertad se pudo plasmar en el séptimo arte: el cine. Además, si partimos de una Roma Imperial de majestuosas edificaciones hasta finalizar la guerra francesa, se puede reflexionar sobre cómo todos elementos arquitectónicos comenzaron a fijar una nueva visión de lo que es el arte, mas como un medio de control, de establecer un orden burocrático. Parte de la aportación de la arquitectura deja plasmado que lo que en el pasado pudo haber sido un medio de exponer una ‘realidad’ fabricada para la autoridad, se puede ver que al pasar el tiempo todo esos esfuerzos por desencadenarse de ese fascismo, la llegada del capitalismo no cambió un pasado, sino que transformó esa dualidad de la arquitectura en un objeto o mercancía.

El cine y la arquitectura

“…Hay una relación intermedia entre las dos disciplinas: la estructural. Aquella que establece paralelismos en la forma en que se realizan el cine y la arquitectura”.

Los grandes arquitectos de la historia podemos verlos desde hace miles de años con edificaciones egipcias como las pirámides, la época greco-romana y sobre todo el periodo del Renacimiento hasta la era del post modernismo. La arquitectura que trabaja con el espacio, la simetría, el diseño, la creatividad, el movimiento, puede compartir parte de todas estas cualidades con la cinematografía. Antes del cine, el arte o la fotografía eran el medio de excelencia del expresionismo. Con la llega del mundo del cine en el siglo XX, se plasmó una realidad mucho más allá de una simple interpretación de imaginar una gran idea y llevarla a la pantalla. Asimismo, el cine buscaba una manera de presentar su esencia y en cierta manera abrió las puertas a la arquitectura. De esta manera esa utopía de dejar atrás la autoridad que en muchas ocasiones trataba de controlar un sistema y todo lo que en él había, a través de este nuevo medio de expresión del arte, se mostraba una cierta ‘esperanza’ de mostrar un espíritu de creación pura y que plasmaría su realidad desde su propia perspectiva. Así que se podría decir que tanto el cine como la arquitectura empezaron a compartir ‘propósitos similares’.

“Desde la primera década del siglo XX, sus intentos radicales por diseñar de acuerdo a las nuevas condiciones, de modo de poder crear una expresión espacial y visual diferente en los entornos arquitectónicos considerando el movimiento, llevó a los arquitectos modernos a reunirse con cineastas con propósitos similares. A través del diseño, ya fuera de cines a gran escala (debido al desarrollo de la industria cinematográfica) o de montajes fílmicos, la mayoría de los arquitectos se involucraron profundamente en la producción fílmica. Otra razón de esta sintonía era la apropiada atmósfera del cine, tanto para la innovación técnica como para las investigaciones estéticas y las nuevas formas de experimentar el espacio”.

Así que el siglo XX se convirtió en esa nuevo portal que transformaría esas ‘ruinas arquitectónicas’ en una nueva manera de edificar la realidad emergente. Se puede mencionar que igualmente pudo haber pasado con el cine. Lo que comenzó como un lenguaje cinematográfico, en que la arquitectura se convirtió en su aliado ya que se podría mostrar (si se pudiera decir de ese modo) una arquitectura más relevante y en su máxima expresión. Sin embargo, el cine (de la mano de su director) más bien dio paso a un marco teórico mucho más profundo y que daba testimonio de que nada estaba hecho por casualidad ni mucho menos alzar.

Jonh Ford, un reconocido director de cine estadounidense menciona que “Un filme no se "compone" en el decorado; se aplica al filme una composición predeterminada".3 Además, que un director se parece más a un arquitecto “si es creador”.

Cabe mencionar que películas como Metrópolis, Blade Runner, reflejan esa arquitectura modernista/futurista. Por su parte, observar también cómo la misma cinematografía muestra historias que reflejan lo que ha vivido la disciplina de la arquitectura a tenido que vivir un “doble oscuro” como por ejemplo fusionarse entre el pasado y presente, como en la película Rosemary’s Baby (1968) o simplemente vivir como mundos apartes (el verdadero arte y el resto de la ‘institución’) como es el caso de la película Edward Scissorhands (1990).

Marco teórico entre la arquitectura y el cine

En su trasfondo el cine muestra cómo la vida del hombre del siglo XXI va transformándose de la misma manera que se transforman comunidades o ciudades enteras con la arquitectura. De esta manera se puede observar que cada sistema político o de orden social, puede volverse cada vez más en un ente “controlador”, que mientras se busca más libertad en la construcción con espacios abiertos, pudiera parecer que tan sólo le abre paso a la ‘autoridad’ para que no pierda su mirada hacia un mundo en subdesarrollo.

Por tanto, con la llegada de un sistema capitalista y que en su momento fue una celebración al dejar atrás sistemas burgueses y antiguos, varios teóricos han expuesto su posición al respecto de este cambio que más bien

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