Repo Men

REPO MEN

Repo men, es una película situada en el futuro cercano la tecnología y la medicina, donde han llegado al punto en que la espera para conseguir donadores de órganos ha desaparecido. Órganos artificiales pueden conseguirse fácilmente y con facilidades de pago. Las prótesis y órganos artificiales son fabricados por una compañía llamada "The Union", misma que se encarga del desarrollo, producción y distribución de los mismos y que además maneja el sistema de crédito y cobranzas que representa el verdadero negocio para la empresa.

El sistema de cobranza es sencillo: recibes advertencias una vez que se empiezan a retrasar en los pagos, y unos cuantos días después de no haber cumplido con el pago, la empresa está legalmente autorizada a recuperar los órganos, sin que esto requiera la presencia de un cirujano o la necesidad de instalaciones y equipo para realizar la extracción. El grupo de recolectores de la empresa está formado por antiguos militares y mercenarios, quienes realizan su trabajo con gusto disfrutando de la violencia que este puede representar.

Uno de los mejores recolectores de The Union es Remy, un ex-militar. El mejor amigo de Remy desde la infancia, Jake, también trabaja como recolector, y ambos comparten una amistosa competencia respecto a sus índices de recuperación, incluso saliendo en ocasiones juntos a buscar nidos de evasores.

Tras un accidente sufrido, Remy despierta en una cama de hospital para hallar a su lado a Jake, y a Frank, su jefe. Ambos le explican que durante su última recuperación sufrió un accidente que lo dejó muy mal, pero que ya se hizo todo lo necesario para dejarlo como nuevo. Horrorizado, él descubre que en donde antes estaba su corazón ahora se encuentra el modelo de más reciente lanzamiento de The Union, lo que significa que ha contraído una gran deuda con la empresa.

Mientras, hay un problema que gira en torno a Remy, probablemente el hecho de verse reflejado en aquellos a quienes persigue le hace sentir dudas, dejando escapar a unos o simplemente ignorando su obligación de hacer algo que antes hacía con gusto y casi por instinto. Las semanas pasan y los avisos de retraso de pago empiezan a llegar sin que él de señas de poder volver a ser el mismo de antes. Finalmente decide que es hora de dejarlo todo y tratar de esconderse de sus antiguos compañeros. Así conoce a Beth, una ex-cantante de bar, llena de adicciones y con más partes sintéticas de las que pudieran ser mencionadas de memoria. Juntos intentan hallar el modo de evadir a los recolectores, y al mismo tiempobuscan la forma de eliminarse del sistema para poder dejar de huir, lo cual es un buen plan, al menos hasta que Jake es enviado a buscarlos.

La escena final que acontece la historia, donde se descubre que Remy está morando en una vida paralela totalmente artificial, donde sus más ínfimos sueños se muestran en aquella película elaborada para el beneficio del usuario, posiblemente sea la escena que tiene relación con la cuestión de la identidad: al ser sometido sin su consentimiento a vivir una vida que no le pertenece, están privando del derecho de elección de una existencia al protagonista, por lo cual se ve reflejada una pérdida de identidad, donde lo más pesaroso es que ni si quiera tiene la opción de ver entre cuál de las dos opciones escoger, y tener al mando de su destino una máquina que en cualquier momento pudiera ser desconectada.

La película me pareció por demás interesante; considero que puede ser recomendada para algunos fans de la ciencia ficción, en especial si son de los que extrañan el gore que adornaba al género hace un par décadas. Sin embargo, y dada la información, me agradaría mucho poder apreciar el filme que dio origen a tal remake, es decir la primer película que salió en los 80 con la misma temática pero con los toques de aquella época.

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