Reseña película Cd. de Dios

Adrián Carlo Campos López        A01129969

Reseña Crítica - Ciudad de Dios

Ciudad de Dios, película brasileña, está basada en situaciones y lugares reales. La película está basada en la novela con el mismo título escrita por Paolo Lins, dirigida por Fernando Meirelles. Galardonada en 2002 con 48 premios de cinematografía alrededor del mundo y con 21 nominaciones más.

Es una película que refleja el realismo del tercer mundo, desatando escenas sumamente violentas y mostrando lo que realmente es una ciudad pobre y peligrosa tal como la famosa “favela”, mostrando como a sangre fría se sobrevive en un barrio de este calibre, que se podría considerar como un infierno, en donde el elemento común entre las personas es la pobreza y la violencia que se genera alrededor de ella. La favela se crea en la década de los 60’s, cuando el gobierno junta a familias caídas en desgracia, caracterizadas principalmente por no tener hogar, trabajo y dinero, y cuando el gobierno tenía como objetivo concentrar a esta clase social y hacer que creciera, creo lo contrario con la favelas; como en la película se menciona “La Favela había sido un purgatorio. Se volvió un infierno” (Meirelles, 2002, min. 104).  El crimen es familiar y característico del lugar, el caos es tomado como un elemento que forma parte del orden natural de las cosas, hay muy poco aprecio por la vida propia y ajena. Lo mejor que le puede pasar a un chico del barrio es incursionar en el mundo del narcotráfico y cuanto más pronto lo haga mucho mejor.

La historia de la película es muy atractiva sobre todo porque muestra la otra cara de Brasil, la realidad cotidiana sobre una sociedad olvidada, un lugar tan cerca y tan diferente de a postal de Rio de Janeiro, una sociedad en donde el crimen, violencia, supervivencia, bondad, amistad y esperanza por salir de ahí se entrelazan. La trama de la película es narrada por Busca Pé, un chico que quiere ser fotógrafo y sobrevive en Ciudad de Dios. La película se presenta a partir de la historia de varios personajes dentro de la favela; los malos, matones y los sobrevivientes, entre otros. Todos conviviendo en un caos perfectamente instalado en Ciudad de Dios.

El ritmo acelerado, como la vida de los personajes, no terminan de asimilar una situación en la película cuando ya se te esta presentado otra. La película facilita la atención de un público joven con su ritmo acelerado, a pesar de su larga duración y la diversidad de personajes e historias entrecruzadas.

El filme se caracteriza por una puesta en escena exaltado que da vida a una historia agresiva e irregular, contiene una fuerte carga emocional e imágenes impactantes. A veces un poco falsa.

La fotografía de la película es de colores vivos y muchos elementos que caracterizan una vida típica en las favelas. La película nos muestra diversas situaciones que pueden provocar en el espectador diferentes emociones. La ambientación de la película es caracterizada por la nostalgia, donde se mitifica la pobreza y se genera empatía con los personajes, incluso con quienes realizan los crímenes.

La actuación de los personajes, a pesar de no ser actores no profesionales es increíble, pues el director tuvo la inteligente idea de suprimir gastos en actores de primera y utilizar a habitantes actuales de la favela. Pues quien mejor que ellos para representar lo que viven a diario y así darle más sabor a sus personajes, que incluso no han de haber requerido tanta preparación.

Ciudad de Dios refleja un cine que, “en lugar de denunciar, fascina y corre el riesgo de perpetuar tanto el modelo como la situación social que es la fuente de su discurso y su forma” (Paquet, 2004). Puede decirse que “Ciudad de Dios” interpreta la brutalidad de las favelas, las que tradicionalmente eran representadas como infiernos urbanos pero que ahora son resignificadas y transmitidas desprovistas de crítica social . Esto nos sugiere que tanto el reclamo de los pobladores de que los habían llevado demasiado lejos de las postales de Río, como el título de esta reseña pueden no ser correctos, ya que en un mundo desorientado como el nuestro incluso un infierno puede ser convertido en una postal turística.

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