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Actividad de empresa. Sea proactivo

pepeman123 de Marzo de 2013

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Actividad de empresa

Sea proactivo

¿Alguna vez ha considerado lo ridículo que sería tratar de improvisar en una explotación agrícola? Por ejemplo, olvidarse de sembrar en primavera, haraganear todo el verano y darse prisa en otoño para recoger la cosecha. El campo es un sistema natural.

Centrar la atención en la técnica es como estudiar en el último momento, sólo para el examen. Uno a veces acaba arreglándoselas, o inclusos puede obtener buenas notas, pero si queremos lograr realmente el dominio de las materias o desarrollar una mente culta, lo que hay que hacer es esforzarse honestamente día tras día.

Uno hace el esfuerzo y el proceso sigue. Siempre se cosecha lo que se siembra; no hay ningún atajo. En última instancia, el principio es igualmente válido para la conducta y las relaciones humanas. En la mayoría de las interacciones humanas breves, se puede utilizar la ética de la personalidad para salir del paso y producir impresiones favorables mediante el encanto y la habilidad, fingiendo interesarse en las demás personas. Hay técnicas rápidas y fáciles que pueden dar resultado en situaciones a corto plazo. Pero los rasgos secundarios en sí mismos no tienen ningún valor permanente en relaciones a largo plazo. Finalmente, si no hay una integridad profunda y una fuerza fundamental del carácter, los desafíos de la vida sacan a la superficie los verdaderos motivos, y el fracaso de las relaciones humanas reemplazan al éxito a corto plazo.

En las manos de todo individuo está depositado un maravilloso poder para el bien o el mal, la silenciosa, inconsciente, invisible influencia de su vida. Ésta es simplemente la emanación constante de lo que el hombre es en realidad, no de lo que finge ser. La mayoría de nosotros conocemos la verdad acerca de lo que somos realmente por dentro.

Necesitamos un nuevo nivel, un nivel de pensamiento más profundo, centrado en principios, motivos y basado en el carácter, que describa con exactitud la efectividad del ser humano y sus interacciones, es decir empezar por la parte más interior de la persona.

Es decir que si uno quiere tener un matrimonio feliz, tiene que ser el tipo de persona que genera energía positiva y elude la energía negativa en lugar de fortalecerla. Si uno quiere tener un hijo adolescente más agradable y cooperativo, debe ser un padre más comprensivo, empático, coherente, cariñoso. Si uno quiere tener más libertad, más margen en el trabajo, debe ser un empleado más responsable, más útil, más colaborador. Si uno aspira a la grandeza secundaria del talento reconocido, debe centrarse primero en la grandeza primaria del carácter, las victorias privadas preceden a las públicas.

Para romper tendencias habituales profundamente enraizadas tales como la indecisión, impuntualidad, apatía, crítica, egoísmo, ignorancia, desgano, etc., que violan los principios básicos de la efectividad humana, se necesita algo más que un poco de fuerza de voluntad y algunos cambios menores en nuestra vida. El “despegue” exige un esfuerzo tremendo, pero en cuanto nos despegamos de la atracción gravitatoria, nuestra libertad adquiere una dimensión totalmente nueva.

En último término, nadie puede convencer a otro de que cambie, cada uno de nosotros custodia una puerta que solo puede abrirse desde adentro, no podemos abrir la puerta de otro, ni con argumentos ni con apelaciones emocionales.

La libertad de elegir incluye los privilegios que nos singularizan como seres humanos, tenemos voluntad independiente, nuestra conducta es una función de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Podemos subordinar los sentimientos a los valores. Tenemos la iniciativa y la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan; somos proactivos.

Si bien ahora, somos libres para elegir nuestras acciones, no lo somos para elegir las consecuencias de esas acciones. Podemos optar por ser deshonestos en nuestras relaciones comerciales. Si bien las consecuencias sociales de esa conducta dependerán mucho de que nos descubran o no, las consecuencias naturales para nuestro carácter básico serán un resultado determinado.

Nuestra conducta deberá ser gobernada por valores, principios, actitudes y carácter. Vivir en armonía con los principios tiene consecuencias positivas; violarlos determina consecuencias negativas. Somos libres para elegir nuestra respuesta en cualquier situación, pero al elegir también optamos por la consecuencia correspondiente, nuestras elecciones a veces tienen consecuencias que preferiríamos no padecer. Si pudiéramos elegir nuevamente, lo haríamos de un modo diferente. A esas elecciones las llamamos errores, y merecen una consideración más profunda.

El enfoque proactivo de un error consiste en reconocerlo instantáneamente, corregirlo y aprender de él. Esto literalmente convierte el fracaso en éxito.

Pero no reconocer un error, no corregirlo ni aprender de él, es un error de otro tipo. Por lo general sitúa a la persona en una senda de auto condena y auto justificación, que a menudo utiliza el uso de mentiras racionales para sí y para con los demás. Este segundo error, este encubrimiento, potencia el primero, le otorga una importancia desproporcionada, y causa en las personas un daño más profundo. No es lo que los otros hacen ni nuestros propios errores lo que más nos daña; es nuestra respuesta. Nuestra respuesta a cualquier error afecta a la calidad del momento siguiente.

Empezar con un fin en mente no es solo una frase es todo un concepto y una forma de vida.

Cada parte de su vida ( la conducta de hoy, la de mañana , la de la semana que viene, la del mes que viene) puede examinarse en el contexto del todo, de lo que realmente a usted le importe más. Teniendo claramente presente ese fin, usted puede asegurarse de que lo que haga cualquier día particular no viole los criterios que ha definido como de importancia suprema, y que cada día contribuya de un modo significativo a la visión que usted tiene de su vida como un todo.

Empezar con un fin en mente significa comenzar con una clara comprensión de su destino. Significa dónde está yendo, de modo que se pueda comprender dónde se está, y siempre dar los pasos adecuados en la dirección correcta.

Es posible estar muy atareado sin ser efectivo, es decir si la escalera no está apoyada en la pared correcta, cada paso que demos nos hará que nos acerquemos al lugar erróneo. Cuando uno empieza con un fin en mente, alcanza una perspectiva distinta.

El hábito de empezar con un fin en mente se basa en un principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay una creación mental y luego una física.

Piense por ejemplo en la construcción de su casa; el inicio es visualizar y la tarea es realizar.

En este punto es conveniente realizar un proceso del pensamiento, en su forma más simple.

El grado con el que uno comience con un fin en mente determinará si se puede o no tener éxito.

En grados diversos, las personas aplican este principio en muchas áreas de la vida. Antes de emprender un viaje, fijamos nuestro destino y planificamos la mejor ruta.

En la medida en que comprendamos al principio de las dos creaciones y aceptemos la responsabilidad de ambas, actuaremos dentro de nuestro propio círculo de influencia y lo ampliaremos. En la medida en que no operemos con armonía con este principio y nos hagamos cargo de la primera creación, reduciremos ese círculo.

En caso de realizar la creación en forma adecuada se correrá el riesgo de que otras personas o circunstancias lo hagan por nosotros. El verdadero líder es aquel que hace las cosas correctas, los demás (administradores) hacen las cosas bien. Tenemos mayor necesidad de una visión, una meta y una brújula, y menos necesidad de un mapa de ruta. Frecuentemente no sabemos cómo está el terreno que tenemos que atravesar, mucho dependerá del juicio que formulemos en ese momento, pero una brújula interna nos dirá el camino correcto.

Los dos privilegios humanos (adicionales) que nos permiten ampliar nuestra pro actividad y ejercer el liderazgo personal son la creatividad y la conciencia moral.

Realiza tu propia misión (de vida).

• Bien o servicio a comercializar

• Mercado a quien piensa dirigirse.

• Deseos o preferencias de los accionistas

• Prioridades de la organización.

• Aportaciones sociales que buscará la empresa.

Ahora proyecta en base a lo anterior tu propia misión de acuerdo a tus necesidades o deseos.

Recuerda que la clave de la capacidad para cambiar reside en la idea constante de lo que uno es, de lo que persigue y de lo que valora. La vida deber{a tener en todo momento finalidad y significado. Lo que haya en el centro de nuestra vida será nuestra fuente de seguridad, guía, sabiduría y poder.

• La seguridad representa nuestro sentido de valía, nuestra identidad, nuestra base emocional, nuestra autoestima, nuestra fuerza personal básica (o la ausencia de ella)

• Por guía se entiende la fuente de dirección de la vida, las normas, principios o criterios implícitos que día tras día gobiernan nuestras decisiones y acciones.

• La sabiduría es nuestra perspectiva de la vida, nuestro sentido de equilibrio, nuestra comprensión del modo en que se aplican los diversos principios y partes, y de las relaciones que establecen entre sí. Abarca el juicio, el discernimiento, la comprensión.

• El poder es la capacidad o facultad de actuar, la fuerza y potencia para realizar algo. Es la energía vital para elegir y decidir. Incluye la capacidad para superar hábitos profundamente enraizados y cultivar otros superiores y más efectivos.

Esos cuatro

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