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COMPLEMENTARIO . PLANTACIONES


Enviado por   •  21 de Marzo de 2021  •  Apuntes  •  1.362 Palabras (6 Páginas)  •  66 Visitas

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TEMA 4 - COMPLEMENTARIO

                PLANTACIONES

  1. INTRODUCCIÓN

El conjunto de las labores que han de realizarse para conservar las plantaciones en perfecto estado técnico, funcional y ornamental son las siguientes:

  • Riegos.
  • Podas.
  • Escardas y binas.
  • Mantenimiento de alcorques.
  • Instalación de vientos y tutores.
  • Abonados.
  • Tratamientos fitosanitarios
  1. ESCARDAS Y BINAS

Con el fin de conservar al máximo la humedad existente en los suelos, conviene después de terminar la estación de lluvias romper la costra superficial del suelo para interrumpir los tubos capilares que directamente comunican con la atmósfera y favorecen la evaporación.

Esta operación recibe el nombre de bina y se puede realizar utilizando binadores, girocultores o gradas de discos o púas cuando se haga entre filas de plantas con espaciamientos suficientes para que puedan desplazarse estos equipos mecánicos.

La operación de bina conlleva generalmente la de escarda o eliminación de pequeñas plantas que conviene hacer desaparecer para evitar competencias entre vegetales.

La escarda en sí, se realiza con las mismas herramientas o equipos que se han descrito para la bina, si bien en caso de que la vegetación a eliminar no ocupe más que parcialmente la superficie del suelo, la labor se limita a dicha superficie.

  1. TIPOS DE PODAS

Una de las operaciones fundamentales en el mantenimiento de las plantaciones lo constituyen las podas y limpieza de las ramas de los árboles y arbustos con el fin de darles una forma determinada o de limitar su desarrollo.

Para mantener la salud y buen aspecto de los árboles y arbustos se han de podar en primer lugar las ramas enfermas, estropeadas o muertas, con el fin de impedir la infección de la planta por hongos xilófagos, que podrían entrar por esta vía.

La eliminación de ramas vivas y sanas sólo se justifica para aclarar la copa, permitiendo la entrada de luz y aire cuando es muy densa; para compensar la pérdida de raíces; para dar buena forma al árbol, eliminando las ramas cruzadas o mal dirigidas; para revitalizar árboles viejos o poco vigorosos.

En cambio, las podas drásticas, al reducir seriamente la superficie foliar, pueden debilitar al árbol y hacerlo más susceptible a las infecciones. Además la eliminación de una parte considerable de la copa expone bruscamente a los rayos directos del sol los delicados tejidos de la corteza de las ramas interiores que pueden sufrir quemaduras.

En determinados lugares es preciso podar los árboles para evitar interferencias: con carteles y señales, con los cables eléctricos y telefónicos, con el tráfico rodado, manteniendo la distancia de visibilidad, con las viviendas, etc., así como para impedir la caída espontánea de ramas con el posible riesgo de accidentes que ello supone.

En todos los casos es fundamental efectuar correctamente los cortes y tratar debidamente las heridas resultantes.

En un árbol normal es preferible eliminar todas las ramas pequeñas que estén mal dirigidas, cruzadas o demasiado juntas, tratando de mantener la forma natural del árbol. Además, las heridas pequeñas cicatrizan bien, incluso sin tratamiento, si tienen menos de cinco centímetros de diámetro, mientras que las grandes requieren un tratamiento preventivo y tardan tiempo en curar, con el consiguiente riesgo de infecciones.

Como norma general, en los árboles de hoja persistente (pinos, cipreses, cedros, abetos, etc.) deberá evitarse la poda y sólo se les eliminarán las ramas secas o enfermas o aquellas que por razones de seguridad sea preciso suprimir.

Poda de mantenimiento

La poda de mantenimiento se practica durante los años que siguen a la plantación para regular el crecimiento de los árboles y conseguir que adquieran porte y forma, natural o artificial, de la planta adulta.

Consiste en:

  • Cortar anualmente las ramas en 1/3 a 2/3 de su longitud para provocar nuevas.
  • Suprimir las ramas demasiado numerosas o mal colocadas.
  • Eliminar las ramificaciones inútiles, y
  • Conservar las ramas más vigorosas y mejor orientadas.

Este tipo de poda se realiza tanto para respetar la forma natural del árbol como para darle el aspecto que previamente se haya establecido, previendo que las nuevas ramificaciones y aquellas que se conservan han de constituir el porte del árbol adulto. El mantenimiento de la simetría del conjunto de la planta, la disposición alterna de las ramas a lo largo del tronco y su distribución por pisos en altura, son aspectos que conviene vigilar.

Estas operaciones se realizarán en las frondosas durante el período de reposo vegetativo. Las coníferas no se podarán, excepto en el caso de aquellas especies que se utilizan para la formación de setos y cuando deba efectuarse por razones de seguridad o para eliminar ramas secas y enfermas.

Las podas de mantenimiento comprenden dos tipos determinados de intervenciones:

  • La poda de elevación: Esta poda tiene por objeto suprimir las ramas más bajas del árbol a medida que va creciendo con el fin de obtener bajo la copa una altura libre suficiente para la edad adulta

Es importante realizar este tipo de poda en los árboles plantados en las proximidades de las vías de circulación, o en aquellos otros lugares en que la presencia de ramas bajas pueda causar molestias. Se efectúa de forma progresiva para evitar desequilibrios en el porte del árbol y no alterar el crecimiento de los árboles jóvenes, por lo que no deben suprimirse ramas demasiado gruesas.

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