Competitividad y Estrategia ¿Por qué todo esto debe ser importante para un CEO?

Estar en la cima y en la punta del Iceberg de una compañía sin duda no es tarea fácil. Hay infinidad de inquietudes, retos y desafíos que se ventilan con discreción y otras no tanto. Ser el Chief Executive Officer (CEO) de una empresa es equivalente como el tener en las palmas de tu mano el timón que dirige toda una embarcación. Este camino trae consigo certidumbres como estar navegando en profundidades, pero también ciertas incertidumbres tales como, la fuerza con la que los vientos y la marea golpearán. En otras palabras, estas representan cualquier crisis de mercado que puede provocar un desequilibrio de fuerza que acaba reordenando la dirección y la ficha de tu tablero que, si bien puede deteriorar la posición de unos, así también puede ser revitalizada la de otros y abrir rendijas por las que salen a relucir otras alternativas que aparentemente no pretendían ser una amenaza competitiva, pero súbitamente se convierte en ello. Todo esto y más es el ambiente que se vive en la silla por la cual un CEO se sienta, justo donde todo tu alrededor se transforma una reinvención constante, competencia, análisis y toma decisiones que deberán llevar a tu barco a un puerto seguro.

Para poder lograr este objetivo es necesario lograr una ventaja comparativa, es decir la capacidad que tiene la empresa para poder ser competitiva valorándose en la relación de su posibilidad de aumentar la rentabilidad de sus activos. La competitividad empresarial requiere de un equipo directivo que sea dinámico y esté actualizado a la vanguardia estando abierto a los posibles cambios y ajustes dentro de la organización y las obligatorias adaptaciones a la tecnología que vengan acompañadas de soluciones que sirvan para para lograr los objetivos organizacionales. Esta competitividad llevará a la organización mantenerse y permanecer en el mercado a largo plazo. Se debe buscar

dominar los elementos comunes como son la participación en el mercado, ser altamente productivo, alta calidad y bajos costos. Cuando se dominan estos conceptos claves, se habrá podido dominar el llamado océano rojo. Como un ejecutivo en la alta dirección, el interés debe estar enfocado en encontrar la oportunidad de navegar en un océano azul. Lograr que tu competencia sea irrelevante para ti, creando tú tu propia demanda y ofreciendo un servicio que pueda ser accesible al mercado que has escogido, pero con un valor que no lo encontrarán en otro lugar. Es decir, la ventaja que se debe de lograr, no es la que muchas empresas erróneamente pueden perseguir, la absoluta, sino siempre buscar la ventaja comparativa (imagen 1).

Imagen 1. Ventaja absoluta y ventaja comparativa.

En esta era, donde la inteligencia artificial comienza a tener el protagonismo, la digitalización es indispensable y el Internet de las cosas es parte del diario vivir, es obligatorio estarse reinventando porque los pasos son agigantados y la reinvención es la única vía que te mantendrá relevante. Mantenerse en un campo conglomerado, te llevará a tomar estrategias que deben ser contundentes para confrontar a tu oponente y sacarlo

de tu campo. Sin embargo, cuando escoges nadar en océanos azules, las estrategias tendrán que ser enfocadas en hacer negocio donde no hay competencia. Para lograr esto, el camino puede ser largo con ciertos altos y con bajos asegurados. Todas las compañías suben y bajan, pero sólo aquellas que logran ser consistentes con sus objetivos, llegan hacer perpetuos.

El ser competitivo no es sinónimo de solamente tener un factor diferenciador con el resto. Ser competitivo abraza la diferenciación aumentada y los costos disminuidos. Cuando el valor aumenta y los costos disminuyen es ahí donde se encontrará el nicho que pocas empresas logran encontrar, el océano azul. Una forma más dinámica e ilustrativa para esta referencia puede verse reflejada de la siguiente forma (ilustración 1):

Ilustración 1. Océano Azul.

COSTOS REDUCIDOS

Océano Azul

VALOR AUMENTADO

VALOR AL COMPRADOR

En la otra mano, hay una fuerza a la cual todos estamos sometidos y es imposible huir de ella. Esta fuerza se llama a la 4ta Revolución Industrial. Esta era ha puesto los cimientos para cambios transformativos en la manera en que debemos pensar, actuar y tomar

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