Por qué es importante ser una persona humilde

Claro que pocas personas creen que son perfectas en todo, pero aun así se les dificulta el ser humilde, especialmente cuando vivimos en una sociedad en la que se fomenta la competencia y la individualidad. A pesar de esto la humildad es una virtud muy importante. Aprender a ser humilde es de primordial importancia en la mayoría de las religiones y también puede ayudarnos a nuestro desarrollo personal y a disfrutar mejores relaciones con los demás..

¿Por qué es importante ser una persona humilde?

El término humildad tiene como significado: Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades. Este por lo general se aplica a la persona que tiene la capacidad de restar importancia a los propios logros y virtudes, y de reconocer sus defectos y errores.

Bueno y, ¿Por qué está mal querer sentirnos superiores a los demás, humillándolos porque hay cosas que a ellos no les salen tan bien como a nosotros?

Así seamos los mejores del mundo haciendo algo, siempre habrá cosas que no podamos hacer y que tal vez nunca logremos hacerlas. Reconocer nuestras limitaciones no significa abandonar los sueños, ni tampoco dejar de aprender nuevas cosas o de perfeccionar nuestras habilidades. Gran parte de ser humilde consiste en aceptar que cometemos errores. Asimilando esto, así como el hecho de que todos lo hacemos, podríamos quitarnos un gran peso de encima y seriamos mejores personas.

También no es correcto que queramos lucirnos y recibir todo el crédito, y parecer la persona más grandiosa en la faz de la tierra sobre todo cuando todo te está saliendo a la perfección.

A nadie le agrada el niño arrogante que solo se sienta ahí y alardea de sus logros y presume de lo que hará en el futuro. La persona respetable y que es recordada es aquella que es humilde, la que nunca tuvo la necesidad de alardear.

Y en realidad, no importa que tan exitoso seas o lo que has logrado, solo somos un pequeño punto en el universo. Piensa en cuantas personas existen, han existido y existirán. Antes de nacer, nadie nos conocía. Nuestra única meta en la vida debería ser que nadie nos olvide una vez que estemos muertos.

Para ser humildes, necesitamos conocernos a nosotros mismos tal como somos. Siempre encontramos cosas en nuestra propia persona que no nos gustan, capacidades que no estamos aprovechando o cualidades que no estamos desarrollando. Lo importante es aceptar la situación e intentar luchar por superarse día a día. También ni aun siendo afortunados en la vida se necesita mucho para serlo. Sólo hace falta seguir siendo personas sencillas, con valores, que cuando llegan los éxitos no dejan de ser humilde… Seguro que con ello tenemos un trozo de cielo ganado, o al menos, tendremos los ojos de Dios cerca de nosotros…Aprendamos a vivir con lo que tenemos, y seamos buenos con quien tiene menos que nosotros. Seamos

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