Consultor

Buena fe: Es fundamental tener colmillo, pero no hay que usarlo. La buena fe, que nada tiene que ver con la simpleza o la ingenuidad, está íntimamente relacionada con un convencimiento profundo, sobre la bondad de la rectitud de intención en el actuar y el discernimiento del bien y del mal, y se soporta en el respeto al otro.

En este caso el otro es el cliente, el usuario o el beneficiario. Y, sin caer en la ingenuidad, el consultor debe respetar en el desarrollo de su trabajo a las personas con las que comparte la consulta.

Generosidad: Cualidad necesaria porque muchas veces estarás metiendo tiempo en asuntos tangenciales al core business de la consulta. En consultoría el tiempo dedicado a asuntos no estrictamente vinculados con el contenido puro de la consulta es mayor que en otras profesiones. La experiencia dice que ser generoso con el tiempo dedicado en estos momentos puede facilitar el desarrollo de la consulta y la venta posterior.

Humildad: La humildad para reconocer el error, corregirlo y asumir la responsabilidad derivada del mismo es lo que diferencia al consultor brillante del mediocre, al a personad de fiar de la que no lo es. Por muchas experiencias que tenga uno y muchas empresas vistas y asesoradas, siempre se aprende algo nuevo en cada empresa. De este modo, entre los objetivos personales de la consulta debe estar, sin duda, aprender nuevas cosas que permitan aumentar la experiencia e integrarla en tu actuación. Actitud que, sin duda, forma, ayuda y vende.

Jerarquía: Priorizar. Si la consulta que has vendido es básicamente metodológica y siempre y en cualquier caso habrá una parte relevante que lo sea, hagas lo que hagas, tu actuación deber ser ordenada y precisa, acorde con el plan que hayas marcado. En consultas de cierta complejidad, donde las fases de trabajo se pueden superponer y se deben coordinar equipos en diferentes disciplinas, es básico que la referencia que tiene la empresa tenga claro el esquema metodológico que se sigue, el momento en el que se esta y los pasos siguientes que se darán.

Memoria: O agenda, que es la memoria de los que tienen mala memoria. Para el resto de las relaciones humanas y profesionales es muy importante, porque, al igual que la historia se repite. También lo hacen en una misma vida situaciones de empresa y personas de las que se den guardar memoria de sus actos o de sus omisiones.

Naturalidad: El mundo de los negocios esta amenazado por una fuerte corriente mezcla de estupidez y prepotencia sin paragón en otras actividades/tiempos de la humanidad. Así es habitual encontrarse a ejecutivo/directivos que, sin saber hacerla. El dinero y/o poder sin formación ni cultura es letal. Y la convivencia o el trabajo con personas así es irritante. Contra esa corriente d estulticia bovina se debe corresponder con arrobas de naturalidad. La naturalidad es un modo social de comportarse, enmarcando por la buena educación y las buenas maneras,

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