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Contabilidad Sustentable

raymundoantunez2 de Septiembre de 2014

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Universidad de Buenos Aires

Facultad de Ciencias Económicas

“Contabilidad y Auditoría”

Publicación del Instituto de Investigaciones Contables

Dirección, Dr. Mario Biondi

Coordinación, Dr. Mario Wainstein

Coordinación Técnica, Dra. María del Carmen Rodríguez de Ramírez

Diagramación y Armado, Sra. Beatriz N. Suárez

2. Orígenes de la Contabilidad

Vlaemminck, (1961, p.1), sostiene que: “La práctica contable data de la más remota antigüedad, puesto que se confunde con la historia de la economía” afirmando que el llevar libros o cuentas, al menos en sus aspectos elementales, es una práctica que es tan antigua como el propio comercio, permitiendo a los pueblos controlar y comprender las transacciones de sus operaciones comerciales. Debiendo igualmente su origen a la conformación de colectividades y Estados organizados, necesitados de una técnica idónea que les permita el análisis, y cotejo de los cálculos realizados sobre los gastos públicos y el recaudo fiscal.

De esta manera, gracias a las excavaciones realizadas por equipos de arqueólogos Franceses, Ingleses y Americanos en la zona de la Baja Mesopotamia, (Confluencia del Tigres y del Eufrates al Sur de Bagdad), han revelado al mundo toda la complejidad de está lejana civilización, El País de Sumer, “conoció 4.000 años A.C. una brillante prosperidad que poco a poco llego a extenderse por toda Asia anterior”, convirtiéndose los Sumerios en los iniciadores de la civilización Mesopotámica, hasta el punto de conservar sus raíces, en algunas ideas fundamentales de nuestro pensamiento actual.

Algunos documentos gráficos demuestran que en está lejana época, no solo se habrían sentado las bases de una civilización económica, sino que ciertas instituciones comerciales habrían alcanzado un grado tal de perfección, que las aproximaba singularmente a nuestras técnicas modernas. “De toda está vida económica y social hasta la destrucción del Imperio Babilónico, dan testimonio documentos escritos: textos contables, contratos, recibos, cartas particulares y comerciales, documentos legislativos e históricos”, (Vlaemminck, 1961, cita a Melis, 1.950), grabados en planchas o tablillas de arcilla cruda de dimensiones variadas, procedimiento que tendría la ventaja de ser indeleble, y que explica el gran número de documentos encontrados.

El código de Hammurabi es una de las más antiguas colecciones de leyes que hasta hoy se conocen, contiene información acerca de la organización de la sociedad babilónica en la época de su pleno desarrollo. “Hammurabi fue el más importante de los monarcas amorreos y sexto rey de la primera dinastía de Babilonia, cuyo reinado se situaría entre los años 2.002 y 1.960 a.J.C. quien hizo de Babilonia la capital de todos los países de Eufrates, a los que trato de unificar en un solo cuerpo político y quien en el cuadragésimo año de su reinado hizo grabar sus “decisiones de equidad”. (Vlaemminck, 1.961, p.2.) De esta manera, podemos notar que las iniciativas de unificación y pretensiones de equidad, no son para nada novedosas en la evolución humana.

En lo que se refiere a la técnica de las cuentas en esta época, las innumerables tablillas que se han conservado hasta nuestros días y el monumento jurídico de Hammurabi, dan testimonio de la existencia y registración de cuentas, como por ejemplo, el relativo al contrato de comisión que parece reconocer la obligación legal, el que a pesar de no llevar una verdadera contabilidad, por lo menos si registra en forma de cuentas ciertas operaciones. “Art.100.- El comisionista asentara los intereses del dinero que ha recibido del comitente y contara el número de días y pagara al negociante”, (Vlaemminck, 1961, cita a Brown, 1905).

Los comerciantes Babilonios utilizaban la carta de crédito, la cual entregaban al finalizar su etapa contra el cobro de los fondos, y además conocían, entre otros, el contrato de sociedad, en el que estaban rigurosamente estipulados el desembolso de capital y la distribución de los beneficios. De esta manera, “de las innumerables planchas de arcilla puede inferirse que mucho antes del reinado de Hammurabi se utilizaba no solo el llevar las cuentas, sino otros muchos aspectos de nuestras prácticas contables modernas, tales como las cuentas sintéticas o recapitulativas”, (Vlaemminck 1961, cita a Melis, 1.950, p.124).

Los resultados obtenidos en las excavaciones han permitido reconstruir, con cierta aproximación, el ambiente y el trabajo técnico que hace cinco o seis mil años se realizaba en la oficina de contabilidad de un gran templo Babilónico. “Podemos imaginarnos varias filas de escribas (o contadores) acurrucados ante el pequeño montón de arcilla necesaria para la confección de sus documentos. La mayor parte de su tiempo lo empleaban en hacer largas sumas y en comprobar luego los cálculos. Los totales mensuales y anuales se anotaban en grandes planchas de arcilla, con numerosas columnas de cifras.”, (Vlaemminck, 1.961, p.5).

Dichas planchas de arcilla muestran todos los elementos de la cuenta moderna, (saldo anterior, saldo positivo, saldo negativo y saldo final), las cuales permitían el balance de las cuentas, convirtiéndose de esta manera, en la base del nacimiento en la edad media a la contabilidad moderna. Confirmando igualmente, que los fenómenos sociales humanos se repiten a intervalos más o menos alejados, en las mismas circunstancias. Teniendo en cuenta que los contadores de la edad media no conocían la contabilidad sumeria, sin embargo ante la misma necesidad, han adoptado la misma práctica.

Posteriormente en Egipto, Grecia y Roma, hasta la caída del imperio romano y la invasión de los Bárbaros, se llevaron a cabo evoluciones principalmente con respecto a los medios de registro y calculo, pasando por los Papiros, las Placas de Mármol, el Ábaco y los diversos medios de pago, (dinero, cheques, contratos, etc), hasta lo referido a las estructuras sociales y organizativas, (Bancos, Comercios, etc.), adoptadas para la consolidación de sus imperios y el comercio internacional.

De esta manera, la invasión de los Bárbaros provocaron, si no la desaparición total de las instituciones comerciales, por lo menos si una lenta regresión, marcando el fin de una civilización y el nacimiento de un mundo nuevo, que obligaron a la práctica contable dar inicio nuevamente de la nada a pesar de los antecedentes sumerios, ya que la destrucción generada durante la caída del imperio romano fue tal, que impidieron relación alguna y mucho menos continuación de la evolución alcanzada, provocando la absoluta ruptura de la continuación del progreso, y generando un vacío de más de mil años, debiendo esperar hasta el siglo XII para encontrar nuevamente testimonios contable directos.

Es así, como de los tres mundos que coexistían con relaciones limitadas en la cuenca del Mediterráneo – bizantino, árabe y cristiano de occidente – en el mundo occidental cristiano fue donde la contabilidad se desarrolló hasta la expansión completa de la partida doble, debido a que fue allí donde el progreso de la civilización económica perduro hasta nuestros días.

Convirtiéndose así las cruzadas de 1.096 a 1270, en el hecho histórico que vuelve a dar vida al comercio desde la caída del imperio romano, encontrando el mundo mediterráneo cierta actividad que se extiende a Europa Occidental.

El empleo de cifras romanas en contabilidad explica la forma de las cuentas en ese tiempo, cuando los números estaban diseminados por el texto, lo que dificultaba la forma de representar números muy grandes, sin embargo, el uso de las cifras romanas no era incompatible con la rapidez del cálculo, y los errores en el mismo no eran más frecuentes que hoy. Todo este sistema de numeración cambio con la introducción a Europa de las cifras arábigas, desarrolladas por el matemático Mohamed-ben-Musa en el siglo IX, quien tuvo la idea de atribuir a cada signo numérico, desde nueve a cero, un valor determinado con un sistema de unidades, decenas y centenas, como el que prevalece en nuestros días. Así mismo, fue el primero en utilizar el cero.

3. Difusión y Evolución de los Métodos Contables

Influencias

Es importante resaltar que el fuerte impulso de la imprenta se debió a que en 1350 apareció la industria del papel.

De esta manera la aparición de la imprenta a mediados del Siglo XV, es sin duda el hecho más destacado y significativo en la difusión de la práctica contable, permitiendo la publicación de su primer Tratado escrito por Luca Paccioli, donde describe el método utilizado en Venecia, con la aplicación de la Partida Doble.

Todo esto por supuesto, una vez realizados los perfeccionamientos del Memorial, (donde se asentaban las transacciones comerciales en su forma más primitiva en orden cronológico), y superada la partida simple como sistema de contabilidad ordenado y metódico integrado por un mayor número de libros.

Es de resaltar un antecedente filosófico que consideramos fundamento relevante en la construcción del método de la Partida Doble y su aplicación en el viejo mundo, está relacionado con uno de los filósofos más importantes dentro de los presocráticos, Parmenides y su gran descubrimiento, el ente, el ser y no ser, atribuyéndole a las cosas, entes, una serie de predicados contradictorios al modo efectivo de comportarse. Estábleciendo por tanto una Dualidad, principio que fundamentaría el método de la partida doble quince siglos después, (el paso de lo blanco a lo negro, de lo caliente a lo frío, de lo seco a lo húmedo).

De esta manera

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