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Contabilidad


Enviado por   •  11 de Agosto de 2011  •  1.395 Palabras (6 Páginas)  •  540 Visitas

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¿Es posible el conocimiento de la contabilidad en los períodos del desarrollo de la sociedad? Para resolver esta cuestión se han emitido diversas soluciones, siendo las principales: el dogmatismo y el escepticismo.

Existió un segmento en el período de desarrollo de la sociedad, donde la contabilidad vislumbró su esencia y es en la edad media o en la sociedad feudalista, donde las ciencias por excelencia fueron la teología y la filosofía. Posterior a estos hechos o evidencias empíricas nos encontramos frente algunos aportes de nivel intelectual

En innumerables ocasiones hemos oído decir que la contabilidad es una ciencia eminentemente fáctica. Que es una actividad cuyo objetivo fundamental consiste en la registración de “hechos”. Como aquellos que se producen en el ámbito los entes socioeconómicos. Una sencilla ojeada a la historia de esta disciplina, nos permite descubrir que efectivamente quienes sostienen dichos argumentos no se equivocan en lo absoluto, toda vez que para dar cuenta y razón del patrimonio del ente, la contabilidad, todas maneras debe registrar todos aquellos “hechos”, que de una u otra forma afectan dicho patrimonio.

Los “hechos” de los cuales se ocupa la contabilidad se denominan “hechos contables”, y vienen a ser todos aquellos sucesos que afectan positiva o negativamente el patrimonio de los entes de naturaleza económica. Este aspecto, en correlato con el objeto de estudio de la contabilidad, define al “hecho contable” como aquella realidad omnipresente, que sirve de fuente fundamental y punto de partida de dicha ciencia.

No obstante la omnipresencia del “hecho contable”, los estudiosos de la contabilidad no se detienen en sus obras a fundamentar y explicar su naturaleza y trascendencia. La mayoría de autores obvian el concepto en sus tratados, y los operadores y académicos de la contabilidad (contadores) hacen otro tanto en su quehacer, lo que coadyuva junto a otras tantas omisiones existentes en la actual doctrina, para que legos y entendidos perciban a la contabilidad como una actividad carente de todo contenido filosófico.

Con el fin de contribuir al desarrollo de la filosofía de la contabilidad, esbozamos vía las siguientes líneas, la valía del “hecho contable” como unidad primordial de la contabilidad, no sin antes, obviamente, estacionarnos para explicar el “hecho” como realidad, su clasificación y las acepciones más conocidas del vocablo.

En la práctica común y corriente, los “hechos” a menudo son confundidos con los fenómenos, los acontecimientos, las acciones o los actos. Conviene aclarar, que tanto los actos, como las acciones, los acontecimientos y los fenómenos, son temporales, aislados e intrascendentes. El “hecho” en cambio es genérico, universal y omnipresente. Es el “hacer intemporal” por excelencia. Por cuya razón, “los hechos” son considerados los objetos primarios de la praxis, que a juicio de Germán Peinador Martín, “vienen a ser el punto de partida para la especulación, y el tratamiento empírico, científico o filosófico de la realidad.”

En el campo de la contabilidad, cualquier suceso puntual de carácter natural o cultural que haga variar positiva o negativamente el patrimonio de una determinada entidad, constituye un “hecho contable”. La venta de mercaderías, el pago de una factura, la compra de materiales, el descubrimiento de una mina, califican como “hechos contables”, siempre que se produzcan en el ámbito de una entidad socioeconómica y afecten su patrimonio.

Por lo expresado anteriormente, queda claro que el “hecho contable” se halla indefectiblemente ligado a la noción de propiedad (patrimonio) y a la existencia de la entidad socioeconómica. En consecuencia, nada que pueda ser medido en términos económicos y ser materia de reclamación por una entidad, como propiedad suya, deja de ser un “hecho contable”. Mas, todos aquellos “hechos” de carácter económico que no afectan el patrimonio de una entidad de este tipo, no representan “hechos contables” y quedan para ser calificados como “hechos económicos”, simplemente. Ejemplos de estos hechos son las diferentes transacciones que a diario realizan las personas físicas en procura de su propia subsistencia, hechos a los que no se les puede aplicar los principios de contabilidad por tratarse de consumos, quedando su control dentro del campo de las cuentas.

En este contexto, cabe afirmar que el “hecho contable” surge en el momento mismo, en el que al ámbito de la entidad socioeconómica, convergen afectando sus intereses, el “hecho económico”

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