EL HOMBRE MAS RICO DE BABILONIA

EL HOMBRE MÁS RICO DEL MUNDO

1. El hombre que deseaba oro.

Una mezcla de suntuosidad y simplicidad, de cegadora riqueza y de terrible pobreza, así es la ciudad de Babilonia en donde los mendigos comerciantes y los esclavos se mezclan con las personas ricas en sus carros “lujosos”.

En esta ciudad se encuentra un señor que responde con el nombre de Bansir, un fabricante de carros desanimado y su esposa que lo único que quiere es que termine el carro que esta medio hecho en su taller para poder comprar comida (ya que a esta escasa) con el dinero que le dé el rico cliente.

Bansir estaba tan absorto en sus pensamientos que no logró darse cuenta de que su amigo Kobi se acercaba a él de no ser por el hermoso sonido de las cuerdas de la lira que su amigo estaba tocando.

Kobi llega saludando a Bansir y pidiéndole prestado dos shekeles ya que el tenia la idea de que Bansir tenía la “bolsa llena” porque no se encontraba trabajando en su taller y a lo que Bansir le respondió que no tenia siquiera un shekel y que si lo tuviera sería su única fortuna. Kobi se queda sorprendido ya que si su amigo esta en esas condiciones no se pone a trabajar en su taller para poder ganar algo de dinero a lo que Bansir le dice que no está trabajando porque se encuentra imaginando su propia utopía en donde él es un afortunado hombre de dinero, con una bolsa llena de shekeles, ropas caras y sin la preocupación y el alivio de poder darse un lujo al gastar algo que no es completamente necesario y con su esposa feliz y radiante colgada de su brazo sin ningún pendiente y rebosante de jovialidad.

Bansir le dice a su amigo músico que se ha dado cuenta que solo haciendo sus carros para vendérselos a la gente rica, realmente no lograra salir de su miseria, que él y su amigo aun cuando llevan todas sus vidas trabajando duro aun todavía se andan limitando y apenas logrando comer y que no quiere dejarle ese futuro a sus hijos, que él quiere riqueza y ganado, tener la bolsa llena y vestir ropas caras.

Y después Kobi le menciona a Bansir que tiene un amigo con el nombre de Arkad, que es considerado el hombre más rico de Babilonia y que pueden acudir a él por un consejo para saber cómo llegar a producir más riquezas.

Ya que Kobi menciona que la fortuna de un hombre no está en la bolsa que lleva consigo. Que una bolsa bien llena se vacía con rapidez sino hay una fuente de oro para alimentarla.

2. El hombre más rico de Babilonia.

En la antigua Babilonia había un hombre muy rico que se llamaba Arkad. Su inmensa fortuna lo hacía admirado por todos y también era conocido por su generosidad a los pobres, era esplendido con su familia gastaba en si mismo pero su fortuna se acrecentaba cada año más de lo podía gastar.

Unos amigos de Arkad fueron a verlo y a decirle que porque si todos ellos incluyéndolo a él había ido a la misma escuela, habían aprendido las mismas cosas, habían vivido en los mismo espacios y él que se esforzaba menos en el trabajo que ellos él podía vestir ropas finas, probas sofisticados platillos mientras ellos tenían que matarse trabajando para darle apenas a sus familias algo decente que comer y algo de vestir.

Arkad les responde que no es su culpa que ellos no hayan aprendido las reglas que permiten acceder a la riqueza, que la fortuna lleva a la ruina a casi todos los hombres sobre los que les ha dado oro sin esforzarse siquiera y que hace actuar de manera desordenada a los derrochadores irreflexivos que gastan todo lo que ganan al igual forma a lo que ganan y se vuelven unos avaros egoístas que hasta temen gastan de todo lo que tienen por miedo a no recuperarlo. Y que muy pocos que pueden usar el oro que han ganado sin esfuerzo, hacerlo rendir y continuar siendo hombres satisfechos.

Los amigos le piden a Arkad que les diga cuál es su secreto para que ellos también lleguen a ser hombres prósperos.

El les dice que en su juventud en se dio cuenta que las riquezas dan poder y que la riqueza hace posible muchas cosas, y él se prometió que nunca se iba a conformar y que iba a siempre aspirar a riqueza y a tener más que los demás. Que para poder lograrlo tenía que dedicarle tiempo y estudio. Trabajaba muy duro y que aún así lo que ganaba apenas y le ajustaba pero que aún así no se rendiría. Que un día, Algamish el prestamista fue a la casa del señor de la ciudad y encargo un trabajo a Arkad que no logro terminar por lo cual Algamish se disgusto mucho pero todavía con determinación Arkad le dijo al prestamista que si le decía como él se podía hacer rico él lograría completar en una noche el gran trabajo que no había logrado terminar, lo cual el prestamista acepto. Después de que Arkad trabajara duro y cumpliera su parte del trato el viejo y sabio prestamista le dijo, “Encontré el camino de la riqueza cuando decidí que una parte de todo lo que ganaba me tenía que pertenecer”. El señor Algamish le dice que todo lo que gana no lo puede guardar que siempre tiene gastos pero que como es posible que pague a todo mundo menos a él mismo. Que trabaja para los otros y que la única forma de ser rico es que sus ahorros le deben rendir y que a la vez esos mismos rendimientos rendirle a su vez. Una parte de lo que ganas es tuyo y puedes conservarlo y no debe ser menos de una decima parte de lo que ganes. Primero págate a ti y que la riqueza, como el árbol, nace de una semilla.

Posteriormente Arkad empezó a guardar 1 de cada 10 monedas que le pagaban y empezó a darse cuenta que si llegaba a tener más dinero pero por malas decisiones después de un año de ahorrar perdió todos sus ahorros lo que Algamish le dice que no debe de confiar en personas que no sepas de la materia de lo que quiere invertir. Después de 12 meses Algamish volvió con Arkad para ver cómo iba su progreso y le dijo que los intereses que ganaba se los gastaba en festines y cosas por el estilo a lo que Algamish solo se ríe y le dice que s come lo beneficios de su ahorros. Tras eso no se volvieron a ver después de dos años, Arkad se encontró con un Algamish más viejo y él se sintió mus satisfecha ya que le dijo a Arkad que ya había aprendido la lección: Primero aprendió a vivir con menos de lo que ganaba, después aprendió a pedir consejos a las personas competentes gracias a la experiencia adquirida, y que finalmente aprendió a hacer que su dinero trabajara para él. Había aprendido por si solo la manera de conseguir dinero, de conservarlo y usarlo y Algamish creyó que Arkad ya era una persona competente y que podía tener un puesto de responsabilidad por

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