ENSAYO SOBRE EL TAYLORISMO

APLICACIÓN MODERNA DEL TAYLORISMO

Hoy en día existe una fuerte discusión acerca la vigencia o no de los planteamientos del taylorismo teniendo en cuenta los nuevos enfoques de la gestión en las organizaciones modernas. En este sentido se debate si la aplicación de estas nuevas formas de administrar reemplazan los métodos propuestos en la administración científica de Taylor o sí de alguna manera afianzan la teoría. Si bien lo que hizo Taylor fue formular unos principios generales de la administración basándose en métodos de observación, y conllevando a un estudio científico del trabajo, con el cual se buscaba aumentar la productividad y la eficiencia en las industrias de la época y por lo cual aparece el factor de racionalidad en las organizaciones. Entonces podría decirse que la administración científica sirvió de pauta para el análisis de los mejores modelos de gestión y que en esencia sus postulados siguen vivos, pues si se analiza a fondo la realidad actual de las organizaciones, se puede evidenciar de forma implícita cada uno de sus principios.

Cuando se habla de taylorismo necesariamente se debe hacer alusión a una corriente de pensamiento administrativo que revolucionó, a inicios del siglo XX, los mecanismos de dirección y los sistemas de producción en el ámbito industrial. Dicha corriente, vista como doctrina, ha sido fuente de inspiración de muchos autores, habiendo hoy por hoy infinidad de escritos que hablan de sus atributos, pero también una gran cantidad que critican muchos aspectos, como por ejemplo el hecho de verlo como un método reduccionista que “deshumaniza” el trabajo humano; sin embargo esto no desconfirma su aplicación en el presente. Para el profesor Martínez Fajardo “el taylorismo constituye un sistema moderno de gestión que presenta una realidad coherente con el sistema socioeconómico capitalista y que por consiguiente han evolucionado simultáneamente” (Martinez, 1998, pág. 9), en este sentido el taylorismo simplemente ha sido transformado manteniendo aun sus raíces.

Cuando Taylor formula los cuatro principios de la administración científica en 1911 está completamente convencido de que estos “pueden aplicarse absolutamente a toda clase de trabajos, desde los más elementales a los más complicados” (Taylor, 1961, Tr. Ramón Palazón, pág. 41), con lo cual se evidencia el amplio alcance que pretendía lograr con la formulación de su teoría. En este sentido “la administración científica consiste fundamentalmente en ciertos principios generales amplios, una cierta filosofía que puede ser aplicada en muchas formas” (Taylor, 1977, pág. 24); por lo cual se puede deducir que las modernas técnicas de gestión no son más que mecanismos mejorados para la aplicación de estos principios generales. Si miramos la gestión en la mayoría de las organizaciones notamos que aun se realiza un estudio científico del trabajo, ya que se busca implementar el “mejor método” para realizar cada labor, sin

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