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El Empresario


Enviado por   •  29 de Octubre de 2013  •  736 Palabras (3 Páginas)  •  295 Visitas

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DE MESERO A EMPRESARIO

Debido a sus limitaciones educativas, había podido conseguir solamente un trabajo de mesero en un restaurante del pueblo. Pero ¿Qué otra cosa podría hacer aquel hombre? De hecho, nunca había aprendido a leer y a escribir ni tenía un oficio.

Un día, se hizo carga del restaurante un joven con inquietudes, creativo y emprendedor, que decidió modernizar el negocio. Hizo cambios y cito al personal para darle nuevas instrucciones. Al mesero le dijo:

-a partir de hoy usted, además de atender a los clientes, va a preparar un reporte semanal done registrara la cantidad de personas que entran y sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio.

-Me encantaría satisfacerlo, señor –balbuceo- pero yo no sé ni leer ni escribir.

-¡Ah! ¡Cuánto lo siento!

-Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabaje en esto toda mi vida.

.Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Le vamos a dar una indemnización hasta que encuentre otra cosa. Lo siento, y que tenga suerte.

Sin más, se dio vuelta y se fue. El mesero sintió que el mundo se derrumbaba. ¿Qué hacer? Recordó que en el restaurante, cuando se rompía una silla o se arruinaba una mesa, él lograba hacer un arreglo sencillo y provisorio. Pensó que esta podría ser una ocupación transitoria hasta conseguir un empleo. Pero solo contaba con unos clavos oxidados y una tenaza deshecha. Usaría parte el dinero de la indemnización para comprar una caja de herramientas completa.

Como en el pueblo no había una ferretería, debía viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra. Y emprendió la marcha. A su regreso, su vecino llamo a su puerta:

-Vengo a preguntarle si tiene un martillo para prestarme.

-Sí, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar… como me quede sin empleo...

-Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano.

-Está bien.

A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino toco la puerta.

-Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende?

-No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería está a dos días en mula.

-Hagamos un trato-dijo el vecino. Yo le pagare los dos días de ida y de vuelta más el precio del partillo, total usted está sin trabajo. ¿Qué le parece?

Realmente, esto le daba trabajo por cuatro días… Acepto. Volvió a montar su mula. A su regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa…

-Hola vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?... Yo necesito unas herramientas,

...

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