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Fondo Financiero Privado


Enviado por   •  19 de Diciembre de 2013  •  8.385 Palabras (34 Páginas)  •  309 Visitas

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1.- ANTECEDENTES HISTORICOS

La historia de FIE comienza a mediados del año 1984 en una agencia social de atención a Refugiados políticos, en La Paz, Bolivia. Es en ese trabajo de servicio social que coinciden 5 mujeres profesionales en proponer mecanismos de atención a clientes en situaciones difíciles por carencia de empleo, ingresos y otros, que pudieran superar la tradicional práctica de la donación y la beneficencia. El contacto diario con sectores empobrecidos diversos las obligaba a cuestionar tanto las causas de ese empobrecimiento como las intervenciones tradicionales que buscaban “aliviar” la pobreza. Fue en el curso de estos cuestionamientos que conocieron de algunas experiencias de micro crédito que empezaban a dar que hablar en el mundo, concretamente la experiencia de SEWA (Self Employed Women’s Association) en India, Banco Grameen en Bangla Desh y de Acción Internacional en la República Dominicana.

Lo atractivo de estas experiencias, para las fundadoras de FIE, era el elemento de crédito en lugar de donación, para apoyar las actividades económicas de sectores que, precisamente por su condición de pobreza, no tienen acceso a fuentes formales de crédito. Esta modalidad introducía, en la relación agente social - “beneficiario/a” un elemento de respeto e igualdad, que siempre estuvo ausente en las acciones de donación y de beneficencia. Ofrecía, a ambas partes, partir de una relación de respeto mutuo y de confianza en la actividad económica a financiarse además, por supuesto, de la recuperación de los fondos prestados y los ingresos para la entidad crediticia, por el cobro de intereses.

La experiencia con micro créditos a sectores de escasos recursos era prácticamente inexistente en Bolivia. Los programas de préstamos de fomento de los bancos estatales (Gerencia de Desarrollo del Banco Central, Agrícola, del Estado y Minero), casi nunca llegaron a cumplir con el desarrollo de estos sectores y mucho menos en cuanto a apoyar a mujeres pobres. Es más, cuando las fundadoras de FIE iniciaron las averiguaciones necesarias para comenzar su trabajo, pensando que los primeros interesados serían los bancos comerciales, se encontraron con que esto en Bolivia sería abiertamente rechazado y su empeño tildado de “locura”.

Esta primera dificultad no las detuvo, sin embargo, y decididamente, a partir de 1985, continuaron buscando y conversando con diversos profesionales de las ramas económicas, así como con abogados con experiencia en la actividad bancaria del país. De estas conversaciones tomaron especial nota de algunas observaciones que les hicieran, las cuales fueron y son premisas fundamentales que las guiaron y afianzaron sus convicciones. A saber: ¤ La mayoría de los programas de crédito en Bolivia a pequeños campesinos han fracasado, no porque no hubiera la voluntad de devolver los préstamos por parte de los campesinos, sino por que las entidades de fomento no se tomaron el trabajo necesario de explicar los términos de los contratos de crédito, los cambios en las condiciones propias del período inflacionario que se vivía, ni lograr entender la lógica propia del productor campesino y sus necesidades específicas de estacionalidad, para dar un ejemplo.

¤ El cliente de pequeños préstamos está en una situación tan precaria que el crédito, para ser verdaderamente útil y efectivo, debe ser suficiente y oportuno. Muchos de los programas de crédito agrícola, por ejemplo, no tomaron en cuenta estas condiciones, ocasionando los perjuicios correspondientes cuando la cantidad otorgada no estaba de acuerdo a los requerimientos de la actividad en cuestión, o el crédito fue desembolsado muy tarde.

Las fundadoras de FIE fueron: María Eugenia Butrón, Pilar Ramírez, Victoria Rojas de Schulze, Helga Salinas y Pilar Velasco.

¤ La banca comercial moderna tiene sus orígenes en prácticas por muchos hoy consideradas “anticuadas”, donde lo que buscaba identificar cabalmente el banquero de antes, para la otorgación de un crédito era el carácter del prestatario/a, su honorabilidad, su compromiso en honrar deudas, paralelamente a cuantificar la capacidad de repago de la deuda, de acuerdo al análisis de la actividad económica. Los programas de micro crédito que han demostrado ser exitosos, siguen prácticas de análisis y evaluación de la clientela, basadas en estas prácticas de la banca de antaño, donde no pagar una deuda significaban una verdadera “deshonra” de la persona deudora. Tanto la clientela como la institución de crédito privilegian la relación que se forma.

Si la actividad económica sale adelante y la evaluación de la misma ha sido bien hecha, no hay motivo para que la deuda no se cumpla. Ambas partes entienden que la relación es esa: de respeto y confianza mutua, y el “éxito” de la actividad micro crediticio depende de ello.

¤ No otorgar créditos cuyos montos de repago, ya sea en forma semanal o mensual, sean mayores a la experiencia cotidiana del cliente con dinero en efectivo. El tener reunido esos montos para cumplir con cada pago puede llevar a utilizarlos en objetos suntuarios (una televisión a color, por ejemplo) o a pagar los gastos de alguna emergencia o acontecimiento inesperado (una enfermedad, el entierro de un familiar, etc.). Será muy difícil que la persona pueda nuevamente reunir esa misma cantidad, más la del pago atrasado, lo que puede hacer prácticamente imposible la recuperación de ese crédito.

Estas observaciones, más la información que las fundadoras pudieron recoger de lecturas o de cuanto consultor o consultora extranjeros que conociera el tema que llegaba al país, les dieron las primeras pautas para empezar la experiencia inicial de crédito con sectores en situación de pobreza: un préstamo a la sub.-central campesina de Ayo Ayo, en la provincia Aroma del departamento de La Paz.

Primera experiencia de crédito y capacitación

El primer crédito fue un préstamo para financiar un “taller de producción de prendas de vestir” para la venta en comunidades campesinas, que sería propiedad de la sub.-central Campesina de Ayo Ayo. Las fundadoras decidieron iniciar FIE con esta experiencia porque tenía dos elementos que consideraron eran esenciales para un buen desempeño:

1. El taller daría respuesta a una necesidad sentida de las comunidades que formaban la sub.-central: el ser propietarias de una fuente de ingresos complementarios para los jóvenes, hombres y mujeres, en épocas de baja actividad agrícola y así evitar su migración a las ciudades en busca de empleo.

2. La iniciativa que se veía era económicamente factible, partía de las propias comunidades.

Primera

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