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Generalidades Del Credito


Enviado por   •  30 de Octubre de 2013  •  2.897 Palabras (12 Páginas)  •  662 Visitas

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Introducción

Como parte integral de la licenciatura en Administración es importante resaltar la relevancia del tema de crédito para las empresas de hoy en día, en este capítulo solo nos enfocaremos a las generalidades de lo que corresponde al tema del crédito, haciendo énfasis en la existencia de éste desde tiempos muy antiguos en los que este fenómeno era parte de los quehaceres comerciales e industriales que como en todo fenómeno económico es tema de regulación y de debate, desde saber quiénes y cómo es que se va a llevar a cabo estas funciones, quien tiene más poder para hacerlo, o incluso a quien le corresponde, fue un tema que sin duda a través del tiempo ha llevado a la normalización de la figura jurídica para poder desarrollarlo.

Pareciera un tema sencillo en cuanto a la aplicación, sin embrago, considero que el estudio de esta materia nos lleva sin duda a la parte medular de toda empresa, la cual debe ser sumamente cuidada, vigilada, llamada las finanzas sanas.

En ella deberemos tener un sistema, métodos, técnicas y demás herramientas útiles para el desarrollo de una efectiva aplicación de los créditos, ya que de esta depende la funcionalidad y éxito de la empresa a la que nos encontremos a cargo.

Encontraremos también la importancia, ventajas y desventajas económicas y legales que se encuentran inmersas.

Sin duda un tema interesante y con mucho material a desarrollar.

Antecedentes del Crédito

Existen variadas opiniones respecto a la determinación de la fecha en que tuvo su origen el crédito; pues mientras algunos autores consideran, por razones lógicas, que el crédito no puede haber existido en la antigüedad otros si creen que se haya efectuado operaciones de crédito aún antes de la era cristiana.

En el código de Hamurabi, que según la Enciclopedia Barsa es aproximadamente del año 1700 A.C. y según Malet del siglo XXI A.C.; nos hablan de una civilización muy avanzada; y descubrimientos posteriores pero de época muy cercana a la de Hamurabi, nos muestran un comercio muy desarrollado, aun cuando las operaciones se efectuaban por medio de trueque; pero ya entonces los comerciantes compraban casas y terrenos para venderlos, y prestaban a interés. Cuando las operaciones eran en granos, el interés llegaba hasta el 33%; si eran en plata, el interés era del 20%.

La enciclopedia Universal ilustrada Europeo Americana, al referirse a este punto, toma como base la idea de que el crédito solamente puede existir mediante la confianza por parte de quien otorga en relación con la persona que recibe sus beneficios. Por tanto, estima que a medida que los pueblos fueron civilizándose, se fueron perfeccionando las opraciones de crédito; y fácil es suponer que dicho perfeccionamiento no pudo lograrse durante la Edad Antigua, y difícilmente durante la Edad Media. Sin embargo, se habla de que en Grecia y roma surgió el Crédito Privado, en el cual el acreedor entregaba al deudor un bien para su uso y si el segundo no se cumpla con su obligación, quedaba en manos del primero. Era tal el derecho que tenia el acreedor sobre el deudor, que raramente se recurría al crédito.

Según Alberto María, al hablarnos de la esclavitud dice que el deudor llegaba a convertirse en esclavo de su acreedor.

En esta época no se conoce aún el Crédito Público.

En el tiempo de Demóstenes ya se realizaban operaciones bancarias, es decir, que ya se otorgaba crédito a un interés muy elevado; había operaciones e que se llegaba a cobrar hasta el 36%. Mennipo, filosofo que se dedicaba también a operaciones bancarias, cobraba una cuota más baja que era el 20%.

Malet, al hablar de los impuestos, nos cuenta que en Roma, los habitantes de las provincias se veían obligados a soportar pesadas cargas, pues eran muchos los impuestos que se les cobraban.

Para el cobro de estos impuestos se confiaba en compañías recaudadoras. A las personas que cobraban se les llamaba publicanos y eran las más beneficiadas, pues exigían sumas mayores a las que establecían los edictos; y como podían disponer de la fuerza armada, en muchas ocasiones realizaban verdaderos saqueos. Al estar imposibilitados para hacer el pago, los causantes solicitaban préstamos a los publicanos, quienes los otorgaban con intereses tan elevados que llegaban al 48%. Muchas veces, este dinero lo obtenían ellos en Roma, a un interés mucho menor, y si vencido el plazo no se cubría el adeudo, recurrían al ejercito. En una ocasión, este, en Chipre sitio al Senado por no pagar una deuda, y murieron de hambre cinco Senadores.

En el año 219 una ley prohibió que los senadores fueran hombres de negocios, por lo qie se formaron dos grupos, el de los senadores y el de los caballero. De estos últimos, algunos se dedicaban al comercio y otros a operaciones bancarias.

Podemos afirmar que el crédito es tan antiguo como la civilización. En sus comienzos, el préstamo se efectuaba en especie, y fue hasta la aparición y empleo de la moneda cuando surgieron los primeros signos crediticios de una manera ya tabulada.

Antes de la era cristiana, en la antigua Roma encontramos los primeros signos del desarrollo crediticio. Hoy constancia de leyes y decretos que establecían penas corporales para el deudor insolvente o que no cumplía lo pactado con el acreedor; también existen documentos históricos que indican penas variables entre la confiscación de los bienes del deudor, en encarcelamiento, la pena de muerte y su venta como esclavo.

Además de los prestamistas se generalizaron los banqueros. Estos actuaban como cambistas y mercaderes de metales preciosos, cobraban los créditos de sus clientes cuando los deudores radicaban en el extranjero, y se encargaban de pagar las deudas de sus clientes locales a los acreedores radicados en otros lugares, pero no practicaban operaciones de préstamo. Fue hasta el siglo XII cuando aparecieron los bancos casi como los conocemos en la actualidad.

En Roma no fue muy notable el desarrollo del comercio debido a que la nobleza no se dedicaba al trabajo, pues era un pueblo guerrero en el que los nobles tenían prohibido dedicarse a una ocupación distinta de la de las armas, y la fuente de su riqueza era el botín de guerra.

En ese tiempo, los pueblos dedicaban la época de paz a reunir fortunas que permitieran cubrir los gastos que ocasionara la guerra; pero el trabajo necesario para el logro de esas fortunas no era desarrollado por los nobles, sino por esclavos.

No obstante lo dicho anteriormente, Alberto María Carreño dice: “El crédito ha dejado huellas inconfundibles

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