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Enviado por   •  21 de Mayo de 2014  •  1.181 Palabras (5 Páginas)  •  180 Visitas

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En la ley 43 de 1990 entes económicos están siendo realizadas y reveladas adecuadamente de acuerdo a los principios y normas generalmente aceptadas en el país.

En consecuencia, el Contador Público debe tomar las decisiones sobre la aplicación de las técnicas y los métodos más adecuados para el tipo de ente económico, también cumplir con el trabajo que se le ha encomendado, teniendo en cuenta para todos éstos los principios básicos de ética profesional: integridad, objetividad, independencia, responsabilidad, confidencialidad, observaciones de las disposiciones normativas, competencia y actualización profesional, difusión y colaboración, respeto entre colegas y conducta ética.

Las prácticas contables pueden interferir en el ejercicio de la profesión e incluso en la ética de profesional, en el desarrollo de sus funciones y atribuciones en una organización y con el entorno que lo rodea

Por otro lado también el contador tiene la opción de revelarse y manifestar las desviaciones de los principios contables sustentándolos en su nivel ético y profesional de alta calidad, lo cual le permite enfrentar las consecuencias y de esta manera contribuye a la formación de una cultura contable, basada en la búsqueda de un mejoramiento continuo mediante prácticas contables sólidas.

Acercándose un poco al origen de este tipo de comportamientos, Carvalho (2003) profesor de la Universidad de Antioquia en su trabajo sobre elementos de la cultura contable dice: la educación se debe fundamentar en cuatro aprendizajes, que constituyen los pilares de la formación para el resto de la vida: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos.

Para el cumplimiento de estos cuatro principios básicos se precisa de una cultura en el conocimiento, la práctica, las aptitudes de profesor y la capacidad de interactuar con solidez intelectual en un mundo cada vez más difícil, no podrían excluirse ninguno de estos elementos fundamentales cuando se habla de un conocimiento interdisciplinario y transdisciplinario.

Para la formación contable, los elementos señalados son tan importantes como para el resto de las disciplinas, desde su origen la educación del Contador Público ha estado acompañada de los más refinados valores y conocimientos éticos que hacen parte de la propia función de este profesional.

Así, queda claro que aunque las normas existan se hace necesaria una revisión constante sobre cómo están respondiendo a las necesidades del entorno y en qué medida aportan a la construcción o destrucción de las culturas y prácticas establecidas.

La Contaduría Pública es una profesión cuya responsabilidad está en función del manejo de los sistemas de información financieros y económicos en las organizaciones, para respaldar el proceso de toma de decisiones dentro de las compañías y así asegurar a la sociedad que la información económica presentada por las empresas es real, que se acoge a la regulación contable colombiana y presenta fidedignamente la situación económica - financiera de la empresa.

Ahora bien el Contador Público, es aquella persona natural quien mediante inscripción en la junta central de contadores, después de acreditar su competencia profesional, está facultado para dar fe pública de los hechos propios del ámbito de su profesión, dictaminar sobre su información económica – financiera, realizar las actividades relacionadas con la ciencia contable, los sistemas de información, las finanzas, los costos, la investigación, la docencia, la creación intelectual, los aspectos legales; Pero ante todo, soporte de la gerencia y partícipe de las decisiones estratégicas.

El ejercicio de la profesión contable en Colombia es un reto, porque implica obtener una preparación académica integral que lo capacite para plantear, analizar y dar soluciones óptimas a las necesidades de los entes económicos.

El Contador de hoy debe asumir un papel diferente al del contador tradicional de escritorio preocupado únicamente por los soportes contables, es decir, aquel que concibe la contabilidad solo en su parte financiera, ha de ser una persona capaz de entablar diálogo constante con los diferentes agentes sociales de la empresa y establecer relaciones entre el conocimiento y la practica en el entorno en que el actúa.

El Contador Público moderno debe poseer una visión integral de los negocios, la globalización del mercado cambió el modo de hacer negocios, de tal forma que la parte operativa es importante, pero fue relegada a un segundo plano. La sociedad colombiana e internacional requiere contadores con una formación integral que lideren los cambios en los sistemas de información y coadyuven a la alta gerencia en los procesos administrativos básicos, razón de ser de las organizaciones de hoy y del futuro.

Si se admite que la contabilidad no es una herramienta de cálculo con la característica de la neutralidad, sino que se desarrolla ante las diversas necesidades de implantar un control, se admitirá también que la investigación cultural, trata de analizar los procesos de ejercicio de poder cuando estos se canalizan a través de una determinada materialización de la disciplina contable y es que, a través de la contabilidad, se hacen visibles unas transacciones económicas para un determinado grupo social más o menos amplio, al cual, de esta forma, se le abren las vías para ejercer el control sobre otros individuos, en fin, si se admite que la contabilidad constituye relaciones sociales, así mismo, se admite que esta puede entenderse como cultura.

Ejercer el control en un ambiente económico difícil de sobrellevar por las empresas, genera necesidades de presentación de información que ayuden a mostrar una imagen que les permita estar acorde con el entorno. Dado que no siempre dicha información responde a las necesidades, los empresarios recurren a un “salvavidas” que en muchos casos es el Contador Público, quien a su vez, tiene una vida, una familia y un estatus social y económico que mantener, razón por la cual, se adecua a las necesidades de las compañías, dejando de lado el sentido de la éticas que lo obligarían a dar un rotundo “NO” a las propuestas de manipulación de quienes ejercen el control en las organizaciones.

Es probable que esta situación empiece con pequeñas desviaciones del código de ética y de las prácticas establecidas, hasta que sin pensarlo, se convierten en una bola de nieve, que obliga tanto al controlador como al controlado, a llevar una dependencia que se aleja mucho de la independencia mental que debe asistir las prácticas de un contador idóneo.

Por lo anteriormente expuesto se observa como en muchos lugares y para el objeto de investigación en Colombia, la desviación a los principios básicos de ética profesional ha sido el comienzo de lo que ha ido generando un detrimento gradual de la profesión contable, obstaculizando el desarrollo de unas prácticas contables que aporten un nivel de confianza y de mayor profesionalismo al trabajo que ofrece el contador público dentro de las organizaciones y la sociedad. La distorsión ética se ha convertido en un problema que se presenta en el ejercicio contable y merece una gran consideración e interés en el actuar del Contador Público ya que está afectando su cultura y prácticas contables.

Para mejorar el desempeño actual de los contables, el Contador Público de hoy debe cuantificar su competencia respecto a la funcionalidad de las normas que lo rigen, su disposición para acatarlas y estar acorde con los desarrollos tecnológicos y los continuos cambios culturales y sociales a los que se ve expuesto.

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