Importacion De Autos Usados
danieliogp27 de Noviembre de 2013
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Cornelio Martínez López
Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública
Documento de Trabajo núm. 142
Septiembre de 2012
Las opiniones expresadas en este documento no reflejan la postura oficial del Centro de Estudios
Sociales y de Opinión Pública, o de la Cámara de Diputados y sus órganos de gobierno. Este docu-
mento es responsabilidad del autor. Este documento es una versión preliminar, favor de citarlo
como tal.
Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública
Los vehículos usados
de procedencia
extranjera en México.
Centro de Estudios Sociales
y de Opinión Pública
Dra. María de los Ángeles Mascott Sánchez
Directora General
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Francisco J. Sales Heredia
Director de Estudios Sociales
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Documento de Trabajo, núm. 142, septiembre de 2012. Publicación del Centro de Estudios Sociales y de Opinión
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que, México, D.F., Tel. 5036 0000 ext. 55237, correo electrónico cesop@congreso.gob.mx
LOS VEHÍCULOS USADOS DE PROCEDENCIA EXTRANJERA EN
MÉXICO
Cornelio Martínez López1
1 Candidato a Doctor en Ciencia Política por la FCPyS de la UNAM.
2 En el presente documento se utilizan los términos de automóviles ilegales importados y auto
chocolate en referencia a los vehículos usado de procedencia extranjera ilegal que circulan en el
país de forma permanente.
El presente documento pretende sistematizar la
información existente sobre los vehículos de
procedencia extranjera ilegales en México
respecto a su cantidad, distribución en las
entidades, modalidades de uso así como las
diferentes medidas implementadas para su
regularización en las últimas cuatro décadas.
El año 2004 el Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública presentó su primer
informe sobre el tema, con la intención de ofrecer una sistematización sobre la
información hasta entonces existente. Al igual que entonces el presente
documento presenta información que por su naturaleza no es de carácter oficial,
pero es la única existente. Esto implica que gran parte de la información son
estimaciones sistematizadas por actores relevantes del sector automotriz con
posturas y un discurso elaborado sobre problemas públicos como la introducción
de autos ilegales2 a nuestro país.
En el presente documento se presenta un seguimiento a las diferentes las
disposiciones emitidas entre 1978 y 2012 para regular este tipo de vehículos, que
han sido emitidas por diferentes autoridades. También pueden encontrarse
cálculos sobre la dimensión del problema frente al crecimiento del parque
vehicular registrado, así como la estimación del número de vehículos ilegales
importados en las entidades federativas; la estructura porcentual de la edad del
parque vehicular calculado por segmentos de diez años. De la misma manera se
presentan estimaciones de la composición de los vehículos legales, regularizados
e ilegales. Un cálculo más reciente sobre la evolución de la importación de autos
ilegales de los últimos seis meses también se incluye en el documento.
Finalmente, se presentan algunos comentarios finales sobre la nueva dinámica en
que se desenvuelve el tema de la importación de autos usados.
LAS MEDIDAS DE REGULARIZACIÓN DE VEHÍCULOS USADOS DE
PROCEDENCIA EXTRANJERA DE 1978 A 2011.
Además de la zona fronteriza, en la década de los años 80 del siglo pasado, fue
muy popular entre los habitantes de los estados del altiplano adquirir vehículos
usados de procedencia extranjera en relativamente buenas condiciones, debido a
que el desembolso requerido era considerablemente inferior a la alternativa de
comprar un vehículo usado hecho en el país.
Uno de los factores que explicaban esta posibilidad era la menor carga
impositiva existente en los Estados Unidos, así como una mayor oferta de los
vehículos de la que se podía encontrar en nuestro país.
En los últimos 34 años ha habido un total de 19 medidas de regularización
de vehículos ilegales de procedencia extranjera. De ellas, destaca que los
primeros acuerdos únicamente permitían la regularización para los propietarios
avecindados en las zonas fronterizas. Con el paso del tiempo se fue ampliando el
beneficio a los campesinos al permitir la regularización de vehículos destinadas a
actividades agropecuarias y forestales como pickups y camiones tipo estacas,
hasta llegar a la Ley expedida en marzo de 2001.
En dicho ordenamiento se definía a los propietarios de vehículos usados de
procedencia extranjera como las personas que acreditaran la titularidad de un
vehículo de procedencia extranjera de los modelos comprendidos entre 1970 y
1993, inclusive, con las características siguientes: vehículos automotores,
camionetas pick-up y vagonetas con capacidad hasta de doce pasajeros; que los
vehículos en referencia hubieran sido internados al país antes del 31 de octubre
de 2000, así como que los automotores hayan sido destinados al servicio público
de transporte y carga, y cuya capacidad no exceda los 3,500 Kg.
Las restricciones a este beneficio apuntaba a los vehículos modelos 1994
en adelante, y a los vehículos 1969 y anteriores; los considerados de lujo y
deportivos, los introducidos al territorio nacional a partir del 31 de octubre del año
2000; asimismo, los embargados a la fecha de expedición de la Ley, los de tipo
vivienda, además de los ubicados en la franja fronteriza de 20 kilómetros paralela
a la línea divisoria internacional del norte del país.
En su artículo 4, la Ley de marzo de 2001 estipulaba que los interesados en
inscribir los vehículos deberían pagar el impuesto sobre tenencia o uso de
vehículos, a partir del ejercicio fiscal de 2001 y los subsecuentes, además que se
eximiría parcialmente del pago de los demás impuestos y derechos a ser pagados
con motivo de la importación, a efecto de pagar una cantidad única especificada
en la propia Ley.
A partir de esta regulación y otra más que se gestó en 2005, se generó un
parte aguas a los años de restricción al mercado mexicano de automóviles. Al
concluir la primera mitad de ésa década, el entonces presidente Vicente Fox
autorizó el proceso de legalización de los vehículos usados de procedencia
extranjera con más de 10 años de antigüedad.
En primera instancia, se argumentó que esa medida representaba un
beneficio para muchas familias mexicanas, que mediante la adquisición de este
tipo de vehículos podría adquirir parte de sus instrumentos de trabajo o bienes
familiares a precios sensiblemente más bajos.
Sin embargo diversas problemáticas se asociaron desde entonces a las
medidas de legalización definitiva de ese tipo de autos, tales como:
. La contaminación ambiental -debido a que no se puede contar con que las
unidades mantengan en funcionamiento los instrumentos de control de
emisiones reglamentados por ley (los convertidores catalíticos tienen una
duración aproximada de 10 años)-,
. A la falta de refacciones en algunos casos (por tratarse de modelos o
versiones que no se comercializaron en el país).
. El consiguiente daño a la industria automotriz nacional al preferir una parte
de la población este tipo de unidades más baratas, que el adquirir un auto
mexicano por los diversos canales de venta existentes.
El asunto de los vehículos de procedencia extranjera ha pasado de ser un asunto
focalizado a ciudades y regiones específicas de las entidades fronterizas a un
asunto presente en la mayoría de las entidades de la República.
Esto ha sido más evidente a partir del decreto publicado en 2005, tal como
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