Influencia del entorno sobre la responsabilidad social y empresarial en el desarrollo económico y social nacional

La influencia del entorno sobre la responsabilidad social empresarial en el

desarrollo económico y social nacional.

Uno de los conceptos modernos más interesantes dentro de la gestión

empresarial es el que se refiere a la responsabilidad social dentro de las compañías

y asociaciones civiles dedicadas al comercio y a la industria. Para abordar este

tema, lo primordial es tener claro en qué se basa este concepto específico.

La responsabilidad social empresarial consiste en la contribución de las

empresas en su contexto, contribuyendo a solucionar o tratar los problemas sociales

y ambientales de su comunidad, región o país. Muchas de las iniciativas parten

directamente de la producción habitual, por medio de productos nuevos que traen

beneficios frontales a la salud, educación o seguridad del entorno. En otros casos,

las compañías organizan actividades sociales de impacto en las comunidades

aledañas, como lo son jornadas de reparto de libros educativos, entrega de

alimentos a familias de pocos recursos, saneamiento de cuerpo de agua, entre

otros.

El empresario Andrew Carnegie (1889), aplicó esta idea a su empresa en los

dos principios de “caridad y custodia”. Como parte del principio de caridad, daba por

sentado que las personas con una mayor fortuna tenías que compartir de alguna

manera su riqueza con aquellos a los que no les tocó una mejor posición

socioeconómica, dentro y fuera de su empresa. En el caso del principio de custodia,

proponía que los recursos acumulados por los más ricos pertenecían a toda la

sociedad y que los afortunados eran sus administradores, lo que los hacía

responsables de hacer que estas riquezas tuvieran un impacto positivo.

Ahora, los principios que afectan el concepto de responsabilidad social

empresarial parte de la ética en las actividades humanas, de una obligación de tipo

moral. Este término “moral” hace referencia a los valores que guían los actos de una

persona a lo largo de su vida, como las pautas de conducta que dan base a sus

decisiones y sus juicios. Ahora, surge una pregunta: ¿Una empresa puede tener

principios morales? La pregunta simple sería que no, al tratarse de un concepto

abstracto, pero debemos comprender que toda empresa o compañía está

conformada por un conjunto de personas. ¿Cómo puede una empresa realizar sus

actividades con ética? Esto es responsabilidad casi exclusiva de los individuos que

conforman la misma. La moral es un tema de individuos, aunque custodiada por la

sociedad, y ese es uno de los debates que ha surgido en los últimos años acerca

de la responsabilidad empresarial: la supervisión.

Teniendo en claro estos conceptos básicos dentro del punto que nos trae acá,

hay que tocar el siguiente punto, antes de alcanzar una conclusión. Es precisamente

el entorno y su influencia en la responsabilidad social empresarial para el desarrollo

social y económico. El entorno de una empresa está definido por la nación en la que

se asienta, con aspectos económicos, naturales y demográficos. Las condiciones

internas de una compañía que se ubica en un país en vías de desarrollo no serán

nunca las mismas que las de una que se ubica en algunas de las principales

potencias financieras del mundo. Otro aspecto es referente al público objetivo del

producto de la empresa, siendo en este caso parte de su entorno financiero y

definiendo sus actividades económicas y las ganancias obtenidas por dichas

actividades.

El entorno nacional de la empresa es un condicionante también en lo que

respecta al estado, sus leyes y la aplicación de las mismas a las empresas. Estas

condiciones de base afectan también las decisiones del empresario o de los

ejecutivos, como lo referente a la nómina, la inversión, las ventas y, en general, la

retroalimentación entre la compañía y la zona en la que se establece.

De estos aspectos condicionantes, que pueden afectar tanto el desempeño

como la responsabilidad social, destaca el rol del estado. Para Rothbard (1970), la

economía privada, que surgía por medios totalmente privados, difería

considerablemente de la economía que dependía de la intervención del gobierno.

Según sus consideraciones, este segundo grupo tiene la tendencia a favorecer a

las élites sociales, dando a la plutocracia un carácter político. Para este economista,

el mercado capitalista del siglo XX (Al igual que el actual) no es un libre mercado,

sino un conglomerado de mercados que opera bajo un grado menor o mayor de

intervención política. Esto resulta en que la intervención del estado puede aumentar

la proyección de una empresa o poner trabas en el crecimiento de otra.

Comprendiendo el importante rol del estado en la

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