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LA ESPERANZA Y LA REALIDAD DE LA PROMESA DE LA VIDA PERUANA


Enviado por   •  15 de Agosto de 2013  •  Ensayos  •  2.617 Palabras (11 Páginas)  •  367 Visitas

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Los Comentarios

LA ESPERANZA Y LA REALIDAD DE LA PROMESA DE LA VIDA PERUANA*

Basadre en su extraordinario trabajo sobre nuestra peruanidad, me refiero a la: “Promesa de la vida peruana” nos recuerda que León Pinelo, Antonio de León Pinelo, jurista y cronista mayor de las indias, (el paralelo de los historiadores de ahora), en un enjundioso trabajo que iba más allá del simple entusiasmo ya que usó las herramientas del raciocinio de esa época, pretendió demostrar que el paraíso terrenal, el edén, aquél de donde expulsaron a Adán y Eva, quedaba en América del Sur y más concretamente en el Perú. El trabajo se titula “El paraíso en el nuevo mundo”.

Pero no solamente estuvimos presentes en el pensamiento de León Pinelo. Voltaire, escritor y filósofo francés del siglo de las luces escribió una obra teatral Alzira cuyo argumento es peruano y está referido a una lección de tolerancia, bondad y paciencia que incorpora al indio a la cultura occidental. Y así como la descrita hubo más obras con motivos peruanistas.

Había la idea del noble salvaje, del hombre bueno al que corrompe la civilización. Que distinta es la idea que tiene buena parte de mundo sobre nosotros y sino recordemos el nombre de sudacas con la que una parte del pueblo español trata despectivamente a nuestros migrantes.

Planteado el tema de la Independencia, el gran esfuerzo nacional no está referido solamente a liberarnos políticamente de España, va más allá.

Nuestros fundadores señalan que el proceso era la “promesa de vida próspera, sana, fuerte y feliz”.

Basadre afirma que heredamos de los incas una parte del pueblo y de nuestro territorio, otra parte se la debemos al virreinato y además el contacto con la cultura occidental. A la emancipación el sentido de la independencia y la soberanía, pero no solamente eso… hay algo más, un elemento sicológico, sutil que es la promesa.

Cuál fue esa promesa, esa esperanza. Basadre literalmente señala: Se concretó dentro de un ideal de superación individual y colectiva que debía ser obtenido por el desarrollo integral de cada país, la explotación de sus riquezas, la defensa y acercamiento de su población, la creación de un “mínimo común” de bienestar para cada ciudadano y oportunidades adecuadas para ellos”

La promesa de la vida peruana recogió elementos de la cultura inca como aquel que ofrecía beneficios a las culturas que se incorporaban a su dominio. Del virreinato tomó la famosa frase “vale un Perú” que servía para designar la cuantiosa riqueza que nuestro territorio tiene.

La independencia aporta como lema “firme y feliz por la unión”. Nuestro escudo de armas es una exhibición de plena abundancia. La vicuña para señalar la extraordinaria riqueza de nuestro reino animal, el árbol de la quinua que muestra las bondades de nuestro reino vegetal y la cornucopia que nos dice mucho de la gran cantidad de minerales que están prestos a ser sacados del donde están esperando pacientemente su explotación.

Solo para referirnos a los países que participaron junto con nosotros en la aventura de la emancipación. Bolivia tiene como lema nacional: “la unión hace la fuerza”. Colombia “libertad y orden”. Chille lleva la frase “por la razón o la fuerza”, Ecuador: “Dios, patria y libertad” Venezuela no tiene una frase señera y Argentina dice “en unión y libertad”

El Perú tiene un lema distinto, somos felices por estar unidos. Hablamos de la felicidad de tener una nueva patria, de nuestra independencia, de ser felices por estar en un nuevo país. Tal idea no está presente en ninguna de las frases emblemáticas de los países que apostaron junto con nosotros por la independencia.

Incluso nuestro propio escudo es el que exhibe mayor número de riquezas. El de Colombia tiene también más que los de los otros países mencionados, pero el nuestro es el que tiene mayor cantidad de recursos para la prosperidad.

Preguntémonos junto con Basadre ¿para que se funda la república peruana?

El dijo y creo que todos estamos de acuerdo: para cumplir la promesa que en ella se simbolizó” y que para nuestro gran historiador no fue otra cosa que un estado eficiente y un país progresista.

Sigamos con Basadre y también coincidiremos que si un país quiere desempeñar una función activa en el mundo más allá de tener una masa poblacional, necesita tener un mando que inicialmente nacía de la sangre –nobleza hereditaria- y que hoy con la construcción de la sociedad democrática debe nacer del sufragio, pero en este último caso, democracia no quiere decir que nadie gobierne, que los dirigentes sean entelequias inútiles, no. La teoría del mando es necesaria. La democracia implica que es el pueblo quien elige a sus dirigentes, es decir, a quienes lo van a dirigir.

Hay una nueva pregunta que surge de inmediato: como son o deben ser esos dirigentes. Basadre afirma “ni la juerga ni el látigo son el símbolo de las élites auténticas”

“Comandar no solo es impartir órdenes. Es preparar, orientar, comprender las situaciones que han surgido y adelantarse a las que van a surgir, unir a la fuerza de la voluntad el sentido de la coordinación, vivir con la conciencia del propio destino común, sentir la fe en lo que puede y debe ser, en aquello por lo cual es urgente vivir y por lo cual, cuando llegue el momento, es preciso morir” Nos dijo Basadre en la promesa de la vida peruana.

La élite necesita en su relación con la masa, ahondar y fortalecer su conciencia colectiva, crear en ella una unidad consciente, interpretar y encarnar sus esperanzas, resolver sus urgencias y sus necesidades. Debe alentar sus empresas, desarrollar sus posibilidades, presidir sus avances y defenderla de los peligros que vengan de afuera o de adentro. Y aquí también seguimos a Basadre.

Nuestros incas tuvieron conciencia de su nobleza y en consecuencia se sustraían a toda crítica pero paralelamente por respeto hacia ellos mismos se sometieron a la más férrea crianza que en ocasiones hizo que afrontasen la muerte con la serenidad de la verdadera nobleza y sino recordemos la majestuosa y serena frase de Atahualpa frente a Pizarro: “usos de la guerra es vencer y ser vencidos” o la de Túpac Amaru, otro miembro de la nobleza peruana. El visitador Areche pregunta por los culpables y Túpac Amaru responde: “aquí solo hay dos culpables, tu por oprimir a mi pueblo y yo por intentar liberarlo”

Nuestra

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