LA INDUSTRIA TEXTIL EN CHILE.

LA INDUSTRIA TEXTIL EN CHILE.

Desde tiempos remotos, los pueblos originarios de nuestro país produjeron textiles elaborados con lanas, teñidas con hierbas silvestres, para confeccionar sus prendas de vestir y textiles utilitarios para el hogar. Con la llegada de los conquistadores se introdujeron nuevas técnicas de hilado y tejido, además de nuevas fibras, surgiendo una industria textil artesanal dedicada a la producción de paños, frazadas y alfombras.

A comienzo del siglo XX,  produjo una notable expansión de la industria del vestuario y del calzado nacional, comenzaron a aparecer cientos de talleres  y fabricas que se dedicaban a confeccionar todo tipo de vestimenta, no obstante como la mayoría de las telas era importada desde Europa, el país seguía postergando su crecimiento y desarrollo en la Industria Textil, pero esto cambio tras la Gran Depresión de 1930, crisis financiera donde el país buscó fomentar el crecimiento hacia adentro, con las nuevas políticas económicas se impulsó  a la expansión de la Industria Textil Moderna, fue así que empezaron a aparecer muchas fábricas en manos de emigrantes árabes e italianos.

Sin embargo en 1975, las nuevas políticas liberales desmanteló el régimen proteccionista que había facilitado el desarrollo de la industria textil nacional, obligando a este sector a enfrentarse a la dura competencia externa de los mercados mundiales. El impacto que provoco en la Industria Textil fue de enorme proporción y grandes fábricas textiles debieron cerrar sus puertas, con esto los empresarios se vieron en la necesidad de importar textiles y vestuarios para poder sobrevivir en el mercado nacional.

La diversificación de la Industria que sobrevivió a las nuevas políticas, debió incorporar nuevas herramientas para mejorar sus estrategias de venta en un mercado más globalizado, esto incorporo al análisis competitivo de la industria nacional técnicas como PORTER, FODA, PESTEL, entre otras, que incluyen todas las variables internacionales que pudieran influir o impactar en su negocio.

ANALISIS DE LAS 5 FUERZA DE PORTER EN LA INDUSTRIA TEXTIL.

1.- PODER NEGOCIADOR DE LOS PROVEEDORES.

La capacidad de negociación de los proveedores en esta industria dependerá de las características de su segmento, debido a que existen distintos y variados proveedores, lo que origina que las empresas textiles exijan e impongan condiciones favorables a sus intereses.

También es sabido que los grandes grupos o holding están integrados verticalmente, y que gran parte de sus procesos de producción se realiza en sus propias fábricas, subcontratando mano de obra solo para algunas fases de dicho proceso, según estas observaciones se deduce que los proveedores no tienen poder de negociación.

2.- POSIBILIDAD DE PRODUCTOS SUSTITUTOS.

En el caso de la industria textil, hablar de productos sustitutos puede ser complejo, debido a que esta industria cuenta con distintos productos que se agrupan bajo el concepto de “textil”, donde podemos destacar los mantas, paños, frazadas, ropa, alfombras, artículos de cuero, entre otros.

En este sentido se pondrá énfasis en el sub segmento correspondiente a prendas de vestir, que en rigor si su función es vestir, no podríamos hablar de productos sustitutos, sino más bien de marcas sustitutas.

Debido a las internalización de los productos provenientes de los países de industrias subsidiadas, el mercado se encuentra en una dinámica donde las marcas compiten de una forma más agresiva, buscando mejorar la calidad a costos cada vez menores.

Otro factor característico de esta industria es que las marcas tienen por lo general productos con ciclo de vida cortos, siguiendo las tendencias que cambian rápidamente.

3.-RIVALIDAD EN EL SECTOR.

En el sector de la distribución minorista de ropa, la competencia entre rivales es muy alta, ya que pueden competir agresivamente en precios, en calidad, en diseño, en innovación o en marketing.

También afecta que:

• El ritmo de crecimiento del sector es reducido.
• Las barreras de salida son bajas en la distribución y altas en la producción.
• Los costes de almacenaje son bajos al no ser productos perecederos.
• No existe grado de diversificación en cuanto a la calidad de los productos, por lo que la elección de los consumidores se basa en el precio y la marca.
• Pueden aparecer deseconomías de escala por la posibilidad de cambios rápidos en los hábitos de los consumidores.
• Altos costes de fabricación y materias primas en el mercado nacional.

4.- POSIBILIDAD DE COMPETIDORES POTENCIALES.

Para definir si el mercado cuenta con potenciales competidores se debe analizar sus barreras de entradas, como patentes, economías de escala, requisitos de capital importantes, costes de transferencias, acceso a la distribución, las políticas, entre otras.

Por lo general, las empresas textiles son empresas grandes que se benefician de economías de escala y consiguen contratos atractivos con proveedores, incluso en las medianas y pequeñas empresas logran acuerdos comerciales atractivos que los benefician, sin embargo debido al nivel de inversión que requieren una empresa textil podemos considerar que la amenaza de nuevos competidores es alta.

 En las últimas décadas el ingreso de competidores internacionales al mercado nacional ha sido una amenaza constante, volviendo más agresiva competencia en lo minorista por lo que la entrada de nuevos competidores es baja.

5.- PODER NEGOCIADOR DE LOS COMPRADORES.

Los clientes del sector son muy numerosos, pero están escasamente organizados para defender sus intereses, ya que realizan las compras de manera individual, por lo tanto el poder negociador de los clientes es bajo.

Un dato importante es que en distribución el cliente es el consumidor final, por lo que no aparece riesgo de integración hacia atrás; el caso contrario que ocurre en producción.

Vistos estos 5 puntos, se puede concluir según análisis PORTER, que la Industria Textil en Chile, desde la década de los noventa, ha aprovechado los diferentes tratados de libre comercio con otros países para importar grandes cantidades de vestuarios que en un principio ayudaron a cubrir una alta demanda de la población. En la actualidad la producción de telas, hilos y vestuario prácticamente no existe, y la importación de productos terminados a bajo costo se ha convertido en una infranqueable competencia para el reducido mercado nacional.

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