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La financiarización y la contabilidad

noramirez13Ensayo14 de Marzo de 2021

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La financiarización y la contabilidad

La Financiarización y la Contabilidad.

Carolina Zuluaga Quintero

Hernando Gómez Gómez

Nelson Oswaldo Ramirez Mejia

Teoría y Regulación Contable

Mayo 2020

Universidad de Manizales.

Facultad de Ciencias Contables, Económicas y Administrativas.

Contabilidad Intermedia.


Resumen

Con este trabajo, se busca dar a conocer las opiniones, según las investigaciones realizadas, frente a la globalización y la financiarización. Aunque no se pretende llegar a conceptos estrictos, sí se busca dar a conocer un panorama amplio acerca de la desigualdad en la mayoría de los países latinoamericanos y la multiplicación de la riqueza normalmente para la banca.

La financiarización, ha generado un desplazamiento del sector de la producción como principal generador de desarrollo y crecimiento de la economía, para darle paso a la intervención bancaria en los mercados financieros y las economías especulativas. Por su parte, ha traído al mundo contable, una serie cambios y unificaciones, las cuales pretenden ser las reguladoras por excelencia de los mercados financiarizados y de las economías de los sectores de producción.


La Financiarización y la Contabilidad.

El neoliberalismo, ejercido directamente en el desarrollo urbano y rural de los países latinoamericanos, unos, en proporciones mas altos que otros, viven una gran transformación social, económica, tecnológica y de comunicación; gran parte gracias a la globalización.

La inyección ejercida por la globalización capitalista, y la regulación neoliberal, en las grandes metrópolis latinoamericanas han modificado estructuralmente el presente económico, y el desarrollo urbano de estos; echando abajo, en parte la teoría de Keynes, que hace mención, en su libro “Teoría General del empleo, el interés y el dinero”, publicado en 1936 y que data principalmente de la intervención estatal en la economía y en la capacidad industrial de influenciar en la demanda de los bienes y servicios en la sociedad y en el urbanismo; trasladando el crecimiento imparable de las ciudades metropolitanas al sector privado y a las empresas financieras; menguando así, la participación activa del presupuesto publico y la inversión estatal.

Pero para entender el porqué de estos cambios, es necesario conocer desde lo general a lo particular, y de manera global; las reestructuraciones impuestas por la economía desde el ultimo cuarto del siglo pasado.

Uno de estos cambios, según Michael Janoschka [1]; ha sido la adaptación de las organizaciones y el funcionamiento de las ciudades, y en la que se evidencia la estrecha relación que se tiene entre la reestructuración de la economía y el proceso globalizado de los mercados; acrecentando cada vez mas la brecha de las económicas productivas de clase media y los altos organismos de las economías privadas de los países latinoamericanos. Los sectores privados dominan el mercado de las pensiones, la salud, las cesantías, los servicios públicos, entre otras empresas, siendo financiados o apalancados por las empresas estatales, que juegan, en este sentido, el papel de prestamistas económicos de estos sectores. Dejando claramente entre ver, la ineficiencia del sector público en la administración de los servicios públicos, entregándolos al sector privado y dejando a un lado la solidaridad y el bien común, por las ganancias y las utilidades en los mercados financieros; empobreciendo así, cada vez mas a las clases medias y trabajadoras.

Por otro lado, la financiarización, hace de las suyas en el desarrollo de las economías actuales, donde según de Mattos[2]; hace referencia a la creciente imparable de los capitales, fuertemente especulativo e inmensamente oligopolizado; donde en las metrópolis de las grandes ciudades Latinoaméricanas y europeas, se evidencian las grandes inversiones inmobiliarias de las compañías que reciben esta cantidad incalculable de ganancias, gracias a la especulación y participación (a veces de manera ilegal) en los mercados financieros.

Las inversiones realizadas por las entidades privadas en el sector financiero, han sometido el resultante de sus operaciones a inyectarles fondos en gran escala al sector inmobiliario de las grandes ciudades del continente americano y europeo, esto ha repercutido en los altos costos hipotecarios y los intereses bancarios pagados por las sociedades del común. “La titularización”; como es conocida actualmente, es la actividad que desarrollan los bancos, dejando su modelo tradicional de “originar para mantener”; usando las hipotecas originales, que al agruparlas, se transforman en activos líquidos con los que se pueden negociar en los mercados abiertos.

Bien fue mencionado por Lapavitsas[3] en su escrito, y de la que se puede resumir que la financiarización se distingue por una visión empresarial hacia los mercados financieros abiertos y la participación activa de los bancos hacia los prestamos a personas del común y hacia la intermediación de dichos mercados; donde se deja ver los altos volúmenes de ganancias financieras obtenidas por la extracción directa de los salarios, lo que también se puede denominar como “Expropiación Financiera”. Y es claramente deducible si se comparan los porcentajes de utilidad financiera de la banca versus el incremento salarial de los trabajadores.

En el caso de Colombia, Según Villabona[4], informa que para el año 2009, los bancos nacionales (según información de la Superfinanciera), tuvieron unas utilidades del 136,2% del capital social; entendiendo con esto que, no solo recuperaron la inversión del año, sino que obtuvieron una ganancia del 36,2% adicional.

Agrega además Villabona que en los últimos diez años, la recuperación de los gastos en los intereses son del 107,87%, es decir, que su recuperación es asombrosamente útil para la banca colombiana.

Claramente, se observa que, los bancos, se han dedicado a obtener utilidades primeramente de las inversiones de los trabajadores, y en segunda instancia, se dedicaron a intermediar los mercados financieros, usando cada vez, las funciones de la banca de inversión. Los créditos de libranza, que aplican los hogares latinoamericanos, no son mas que la estrategia de los bancos en el actual modelo capitalista, que busca en ultimas, extraer utilidades de los hogares e inmediatamente invertirlas en los sistemas financieros.

Algunos estudios, han intentado estudiar la relación entre el desarrollo económico y el sistema financiero (Estudios desarrollados por la Corporación Andina de Fomento – CAF), esto se ha hecho a través del conocido “indicador de profundidad”, esto se hace revisando el valor de los activos de las entidades financieras versus el PIB; es decir, la cantidad de créditos del sector privado y las proporciones del PIB; sin embargo, se deja por fuera la relación que se tiene con la distribución de los ingresos, aspectos macroeconómicos e institucionales; indicadores claramente determinantes para una verdadera medición y control de los ingresos financieros y la financiarización.

Se puede entonces entender, con lo mencionado anteriormente que, la financiarización ha hecho de la banca, el administrador idóneo en los recursos de capital comercial e industrial y además, de su creciente “autonomía” en los recursos financieros, y  aunque no solo participan activamente en la libre consecución de recursos en los mercados financieros; también, las instituciones financieras han utilizado nuevas formas de rentabilidad a través de los hogares del común que buscan satisfacer sus necesidades básicas como, la vivienda, la educación, la salud, entre otras.

Y es que los estudios desarrollados por la CAF, si bien, ayudan a entender que la financiarización, como instrumento de crecimiento y desarrollo para los países latinoamericanos, son importantes; también permite entre ver, que sin la regulación adecuada de estos ingresos y utilidades, ampliarán cada vez mas, la brecha entre las clases ricas y las poblaciones mas pobres de los países.

Como hipótesis, se podría entonces afirmar que la economía, como promotora de la equidad y la distribución justa de la riqueza, ha fracasado; porque gracias a estos fenómenos ya mencionados con anterioridad (la globalización y la financiarización), se agudiza cada vez mas las desigualdades socio-económicas de los países, ya que el dinero fortalece a quienes ostentan su adquisición, volviéndolos mas ricos tras valorar más los mercados de especulación que los mercados industriales o mercados reales. La educación y la salud (por nombrar algunas necesidades básicas) son instrumentos volátiles y fluctuantes; estos recursos se han convertido en visos de fraude, y se pueden denominar así, porque son productos financieros que se pretenden vender en el futuro, un futuro que es incierto y que no existe.

Por estas razones, la financiarización se puede denominar como la prerrogativa existencia del mercado financiero sobre los demás mercados; y esta, por su misma naturaleza, le quita importancia a los demás sectores de la economía, haciendo del dinero, un producto en si mismo y cambiando su naturaleza propia, esta es, ser un moderador del cambio y el medio de pago por excelencia. Al contemplar el dinero como un producto en si mismo, automáticamente, mueve y/o desplaza a la producción de bienes y servicios como el principal generador del crecimiento, lógicamente, minimizando los costos de producción y captando mayores ganancias. Los bancos utilizan los dineros de los sectores de la economía real para ser invertidos en los mercados de capitales; y, por la poca, o casi nula, intervención estatal en el control de estas actividades, muchas de estas inversiones, terminan en mercados ficticios, dineros que no son invertidos en el sector real, y finalizan apalancando indirectamente el desempleo. La complejidad de su regulación se debe a que las operaciones del mercado se virtualizaron, y al contar con millones de operaciones financieras, tanto en ofertas como en demandas, las localizaciones de las riquezas se hacen casi irrastreables, los dineros de la globalización pasan de un país a otro sin mayores restricciones; busca países estables, con una economía sostenible y con tasas de interés aceptables; pero, cuando estas economías se tornan tensas y se desequilibran, en este momento, el dinero de la globalización, así como llegó, se va, y lo que fue bonanza, se convierte en recesión, desempleo y desigualdades socio-económicas profundas.

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