La internacionalización desde la perspectiva económica

La internacionalización desde la perspectiva económica:

La internacionalización es un proceso fortificador que genera que los países alrededor de globo, participen y se integren a la economía global, ello gracias a la mejora del rendimiento empresarial dentro y fuera de estas naciones. Este proceso trae consigo muchos beneficios económicos, entre ellos la eliminación de barreras al libre comercio, con ello ayudando a la expansión de los negocios internacionales, para que así las empresas de diferentes países puedan expandir sus actividades a otras naciones, pudiendo salir de su plano geográfico del país donde ejerce su comercio.

Esta internacionalización desde la perspectiva económica se fundamenta en diversas teorías pronto detallas una a una, las cuales intentan explicarnos el despliegue de la internacionalización en las diferentes empresas, así como también como estas pueden delimitar la selección de mercados internacionales. Estas teorías nacidas en los años setenta y ochenta nos tratan de aclarar y enseñar la existencia de la empresa multinacional bajo términos económicos-racionales, estableciendo que la toma de decisiones y el comportamiento de las organizaciones son procesos totalmente racionales.

Teoría de la Ventaja Monopolística o de la organización industrial:

La teoría de la ventaja monopolística se argumenta e interpreta en la década de los 70s con la aparición de las empresas multinacionales, las cuales, si optaban por tener instalaciones productivas en otros países, se debía dominar algún tipo de ventaja competitiva exclusiva.   Esta ventaja competitiva puede fundamentarse en factores de producción, tecnología, organización, estilo de dirección y/o comercialización y sobre todo tener un carácter de naturaleza MONOPOLISTICA. Estas particulares facultan a las empresas que puedan competir con otras monopolísticas bien constituidas en sus propios mercados, en el extranjero, estando de alguna manera en circunstancias forzosas de aceptar el cose de extender ventajas semejantes. El desperfecto dentro de las antes mencionadas ventajas competitivas, significarían un tipo de falla en el mercado.

En el caso de desarrollarse un contrato para que una empresa pueda establecerse, se deberá evaluar la clase del mismo, dependiendo el nivel de defecto del mercado en el que se desarrollara, pero no solo ello sino también se tendrá que elegir la forma de licencia o filial propia. En cuanto a las relaciones horizontales las cuales son caracterizadas por ser oligopolio o duopolios, el pacto entre organizaciones empresariales puede llegar a incrementar las rentabilidades de estas mismas, siendo normal el desenvolvimiento de la integración o fusión. Por otro lado, tenemos los casos de las relaciones verticales, en donde si es que hay una existencia de escasos compradores y pocos vendedores, crearía que la integración y algunos acuerdos cooperativos obtengan como resultado más rentabilidad que en su desenvolvimiento como una empresa auto eficiente, generando que los procesos de concentración en estructuras de mercado imperfectas al transferir sus fronteras nacionales beneficiarían el desarrollo y emergencia de empresas multinacionales.

Para los autores Kindleberger en 1969 y Hymer en 1976, mencionan que en esta teoría las compañías de índole multinacional, tienen que tener como requisito una ventaja competitiva exclusiva como antes se ha mencionado, las cuales pueden poseer una base en la producción, la tecnología, la organización, el estilo de dirección, la comercialización, el acceso a crédito, o en la diversificación de productos para poder tener instalaciones productivas afuera del área nacional. Con todos estos factores, las empresas ya podrían disputarse su propio mercado con otras empresas locales, las cuales se podrían ver incapacitadas por competir con compañías internacionales, que a pesar de poder estar mejor constituidas y tener un superior entendimiento del mercado tendrían que asumir el coste de desarrollar dicha ventaja. Ventajas las cuales conducirían a una inversión directa, la cual deben ser de índole especifico de una impresa inversora, como también fácilmente permutable mediante las fronteras nacionales, no olvidando el ser de suficiente magnitud y durabilidad como para sostener la actuación competitiva de las empresas rivales locales.

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