La palabra abogado tiene su origen en el latín “advocare”

La palabra abogado tiene su origen en el latín “advocare” cuyo significado literal es convocar, es decir el abogado está llamado a ser, alguien que sirva como un intercesor o un mediador entre quienes puedan requerir sus servicios o asesoría como profesional. Como tal debe conocer el ordenamiento jurídico que rige la vida en sociedad; no para radicalizar una controversia o conflicto entre quienes tiene desacuerdos como equivocadamente se cree, sino para superar el problema. Son los abogados quienes deben prestar asesoramiento aquellos que en una determinada circunstancia necesitan conocer sobre el verdadero sentido de aplicación de una ley.

Para entender mejor la labor de un abogado en la sociedad, es oportuno recordar la función que se le asignó en la época de auge del Derecho del Imperio romano cuando se adoptó la terminología de Jurisconsulto; era aquel Abogado destacado dentro de la sociedad que como profundo y especializado conocedor del Derecho, era a quien se consultaba los más importantes asuntos de interés de la sociedad de aquel entonces y su versada opinión era considerada como un criterio irrefutable que debía ser respetado por todos. Es por ello, que en los textos de la Historia del Derecho se sostiene que la opinión de un Jurisconsulto en aquella época tenía el peso de una sentencia o cosa justa.

El abogado está muy lejos de ser un promotor o instigador de conflictos, de desencuentros entre personas, un fabricante de problemas, alguien que perniciosamente busca como enfrentar los unos con los otros sino que más bien debe procurar se superen esas diferencias de criterios o intereses, buscando con sus conocimientos y buscando la sana y saludable disposición de la ley solucionar aquellos desacuerdos o conflictos entre personas, grupos, instituciones u organizaciones de la sociedad; es más ese debe ser su razón de ser.

En las películas: “Yo soy Sam”, “El abogado del diablo” y “Acción civil”; se identifican las distintas labores o roles que toma un abogado en las distintas circunstancias que se presentan comúnmente. Es decir, que a partir de hechos que pasan a diario en nuestra sociedad, los cuales muchas veces creemos nimios, es entonces donde los especialistas en justicias toman un rol importante para resolver esos conflictos sociales, los cuales pueden tomar los distintos distintas dirección; bueno o malo, la verdad o la mentira, lo justo o lo injusto, etc. A continuación pasaremos a analizar cada una de estas películas; y el rol del abogado como regulador de justicia.

En “Yo soy Sam”, la historia muestra el contexto de vida del sujeto Sam Dawson presenta un déficit de la función intelectual desde su nacimiento, el cual limita su capacidad para aprender y adaptarse a la vida, y por ende para criar a su hija Lucy de manera autónoma.

Desde muy pequeño, el padre de Sam Dawson los abandonó a él y a su madre, dejándolos solos. Durante su infancia su madre enfermó y fue internado a una institución mental, de la cual él no tiene gratos recuerdos.

Él tiene una hija Lucy, de la cual quieren quitarle la tenencia puesto que su capacidad mental es cuestionada. Es entonces que aparece Rita, la mayoría podríamos describirla como una “prestigiosa abogada”, se comenta que trabaja en una importante firma de abogados, de la cual es socia, en donde sus colegas la consideran egoísta e interesada; también sabemos que no podría tener una posición así sin ser haber desarrollado su intelecto y sus habilidades; su presencia en la cinta es determinante, pues al inicio aparece como un personaje que viene a “rescatar” a Sam; así lo vemos en muchos momentos,

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