Las Siete Llaves De La Imaginación

Las siete llaves de la imaginación

No es un secreto que la mayoría de nosotros convive con un conjunto de paradigmas aprendidos en el colegio, la universidad o en nuestras propias casas. Muchas de estas barreras son implantadas por nosotros mismos a través de creencias. Por otro lado las experiencias vividas durante nuestra existencia nos marcan para imaginar, sentir y crear aquello que algunos llaman “imposible,” a ello podemos llamarlo “La mentalidad superadora doble”, la cual basa su éxito en la “empatía,” proceso por el cual estamos en capacidad de conocer lo que nuestros clientes sienten y desean.

El concepto de mentalidad es definido por los científicos como la concepción que tiene la persona de sí misma, la cual guía su pensamiento e interpreta la realidad. También existen mentalidades colectivas en ciertos grupos, organizaciones e incluso sociedades enteras que explican razonamientos y rasgos de personalidad conjunta diferentes.

Morisini (2010) indica que “la mayoría de personas estamos definidas en una o más de los siguientes cuatro tipos de mentalidad estratégica para imaginar el futuro: Mentalidad de diferenciación constringente, productos ordinarios y baratos, mentalidad monopolista y mentalidad superadora doble”, este análisis lo encuadra en dos variables: el valor de una experiencia más enriquecedora para el cliente, que fluctúa desde muy negativa a muy positiva, y la otra variable es el costo unitario de proporcionar la experiencia al cliente, que fluctúa también por encima o debajo de la media.

Estos tipos de mentalidades, influyen en nuestras decisiones y forma de vida; una de las más comunes, y en la que incurrimos diariamente, es la mentalidad constringente que “es aquella que cree que cuando se desea más de algo se ha de renunciar de forma automática a otra cosa” (Morosini, 2010), es decir, busca generar el mayor valor posible para el cliente, aún a costa de elevar los costos unitarios muy por encima de los de la competencia. Respecto a esta mentalidad, Porter, M. (1980) nos dice “Cuando se logra la diferenciación, se convierte en una estrategia útil para conseguir rendimientos superiores al promedio” y lo aplican las empresas que consideran estrategias muy marcadas en lo que respecta al valor diferenciado percibido por el cliente vs. los mayores costos.

Por otro lado mentalidad estratégica de productos ordinarios y baratos hace referencia a que se ofrece el menor coste unitario, a costa de reducir el valor de la oferta para el cliente. Existe también la mentalidad monopolística, la cual se denomina mentalidad de pérdida de valor, consiste en imaginar elecciones estratégicas que perjudican tanto al cliente como a la empresa: “ofrecer una experiencia al cliente de menor valor a un coste mayor para la organización” (Morosini, 2010), y la denominó así, ya que sólo las organizaciones en una posición de monopolio o cercana a él pueden sobrevivir con ella a largo plazo.

Por último la mentalidad superadora doble “imagina opciones y fórmulas que creen experiencias de gran valor para el cliente y generen bajos costes para la empresa al mismo tiempo” (Morosini, 2010); lo cual significa, tener la capacidad sorprendente de imaginar lo inimaginable y abrir las fronteras mentales para crear un futuro que beneficie a todo el entorno en general (clientes, organizaciones, países, etc.).

No todas las personas desarrollan este tipo de mentalidad, por lo general esta creatividad surge de analizar experiencias positivas y negativas (llamado por el autor como rotación emocional), y que han marcado la vida de todas aquellas personas que redefinieron su visión logrando hacer posible lo que para algunos era imposible.

Existe otro grupo de personas que a pesar de analizar lo vivido, mantienen una mentalidad pesimista y para ellos el cambiar, implica tener que demostrarles con casos reales, que si es posible tener una mentalidad superadora :“tormento emocional”.

Un claro ejemplo que nos brinda el autor, es la comunidad de San Patrignano creado por Vicenzo Muccioli en 1978; el cual la define como una comunidad familiar para la inclusión de los marginados (farmacodependientes), ésta posee la mayor tasa de rehabilitación de drogas del mundo, y a su vez ha alcanzado altos niveles de excelencia en las distintas actividades económicas que se han llevado a cabo dentro de ella.

La segunda llave: La obsesión por el cliente, indica que naturaleza humana es todo un misterio, incluso en este tiempo de grandes avances tecnológicos

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