Los presupuestos participativos

Presupuesto participativo

        Los Presupuestos Participativos han sido definidos como una herramienta de participación y gestión de la ciudad, mediante la cual la ciudadanía puede proponer y decidir sobre el destino de parte de los recursos municipales.

        Habida cuenta de lo anterior, los Presupuestos Participativos son la expresión de nuevos espacios de participación en la vida local, pero además de apropiación de los asuntos públicos por parte de la ciudadanía, lo que en el fondo constituye la esencia de la democracia.

        En ese sentido, antes de comenzar a andar sobre la sendas jurídicas y conceptuales del presupuesto participativo, un concepto si se quiere de connotación revolucionaria, que nace con la culminación del Siglo XX y que se esgrime como uno de los elementos principales para oxigenar la crisis de los sistemas políticos de América Latina, es preciso hacer un recorrido histórico del concepto de presupuesto público en Venezuela, cuyo hilo conductor sea el rol del Estado en la planificación del desarrollo económico y social y la expresión de este proceso en la democracia. Entendiendo la vinculación que existe entre planes y presupuestos para la materialización de los objetivos del Estado.

        Contemplamos como ejercicio metodológico para este ensayo tres momentos históricos. El proceso de refundación de la democracia (1960-1980), el proceso de profundización de la democracia (1980-1989) y la Democracia participativa y protagónica (1999-2015)

        Partiendo del proceso denominado “refundación de la democracia representativa” que tiene lugar en Venezuela a partir del año 1958, con la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez, se inicia en el país mas que un plan de gobierno, un programa de inversiones que enfatizaba, entre otras cosas, en un programa de industrialización basado en los principales polos de desarrollo. Sobre este escenario se da un proceso de reforma administrativa del sector público, que se materializa en la gestión del presidente electo para entonces, Rómulo Betancourt, quien manifestó su intención de hacer una utilización racional del presupuesto público para atender problemas masivos y de primera magnitud como el desempleo, la vivienda, el analfabetismo y la salud pública.

        Para ello, fue necesario la modernización del sistema de presupuesto a partir de algunos hitos importantes como por ejemplo, la entrega al Congreso de la República del Presupuesto por Programa, como un anexo explicativo de la Ley de Presupuesto, se institucionaliza la planificación regional, se crea CORDIPLAN como ente rector del sistema de planificación y presupuesto y con ello se le imprime importancia a la elaboración de los Planes Nacionales de Desarrollo Económico y Social.

        En este escenario, la vinculación Estado-Sociedad se da mediante un proceso de conciliación entre los partidos políticos y la toma de decisiones sobre los asuntos públicos se establecen dentro de la élite política.

        A finales de la década de los 80, en un contexto de restricción financiera y ante un inminente agotamiento del sistema político, se emprende en Venezuela un proceso de Reforma del Estado que llevaba implícito la descentralización político-administrativa. Con ello se inicia la clasificación del país en regiones administrativas y la transferencia de competencias desde el nivel central al ámbito subnacional. Durante este periodo se concibe “acercar las instituciones a la ciudadanía”en un intento por darle poder de decisión a las comunidades organizadas, de allí que para algunos autores este proceso represente un periodo de profundización de la democracia y para otros se conciba como una salida para adelgazar al Estado frente a un modelo que se perfilaba neoliberal.

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