PRESUPUESTO PARTICIPATIVO

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

VICERRECTORADO ACADÉMICO

DECANATO DE INVESTIGACIÓN, EXTENSIÓN Y POSTGRADO

SAN JOAQUÍN DE TURMERO-ESTADO ARAGUA

EL PRESUPUESTO PARTICIPATIVO COMO EJE PROMOTOR DEL DESARROLLO LOCAL

PROYECTO FINAL DE INVESTIGACIÓN PARA OPTAR AL TÍTULO DE MAGÍSTER EN CIENCIAS POLÍTICAS MENCIÓN PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO REGIONAL

San Joaquín de Turmero, Julio, 2013

CAPÍTULO I

CONTEXTO EMPÍRICO

Caracterización del Objeto de la Investigación

Actualmente la sociedad demanda de sus gobernantes locales una atención eficiente, las ciudades, los pueblos tienen problemas y la cultura de sus habitantes ha cambiado significativamente en las últimas décadas; la sociedad civil exige y necesita un nuevo paradigma de descentralización y procesos de democratización.

En este sentido, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999) en su artículo 184 promueve la participación ciudadana cuando expresamente señala que:

La ley creará los mecanismos abiertos y flexibles para que los Estados y Municipios descentralicen y transfieran a las comunidades y grupos vecinales organizados los servicios que éstos gestionen previa demostración de su capacidad para prestarlos, promoviendo: …. 2. La participación de las comunidades a través de las asociaciones vecinales y organizaciones no gubernamentales en la formulación de propuestas de inversión ante las autoridades estatales y municipales encargadas de la elaboración de los respectivos planes de inversión, así como en la ejecución, evaluación y control de obras, programas sociales y servicios públicos en su jurisdicción….

De acuerdo al artículo anterior, la participación ciudadana es el mecanismo mediante el cual se involucra a los ciudadanos en los asuntos públicos, para facilitarle el desarrollo como ser humano al convertirlo en activista de la comunidad donde se desenvuelve, ya que le permite hacer aportes importantes en la toma de decisiones sobre los procesos de planificación y ejecución de los ingresos públicos, todo ello sobre la base del conocimiento de las necesidades de sus comunidades. En opinión de Useche (2004):

Los ciudadanos en su calidad de agentes sociales, deben crear formas de organización para la participación sobre los principios de la ética pública, la democracia, la libertad de pensamiento. La participación activa augura una transformación de las relaciones entre los ciudadanos y sus representantes políticos y posiblemente una modificación de la actuación de éstos.

Es decir, la participación protagónica del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública municipal es el medio necesario para garantizar su completo desarrollo tanto individual como colectivo, dentro del Municipio. En cuanto a Sánchez y González, (2006), opinan que

La participación comunitaria es concebida como un proceso de información, planificación, realización y evaluación del cual la comunidad es protagonista en cada una de sus fases, detectando sus prioridades y recursos para producir las acciones encaminadas a corregir sus problemas. Al ser la comunidad participe de las acciones sociales, analiza, reflexiona y propone alternativas dirigidas a superar los puntos críticos diagnosticados

Es así como, la participación ciudadana se puede concebir como un mecanismo mediante el cual las comunidades organizadas intervienen en la toma de decisiones, en los procesos de planificación, ejecución y control de los recursos públicos que deberán invertirse en la solución de sus necesidades prioritarias.

En este sentido, el proceso de planeación local y presupuesto participativo ha permitido a los ciudadanos y ciudadanas materializar la participación ciudadana, al poder incidir en la destinación de los recursos municipales, mediante la priorización de las demandas y necesidades, para de esta forma, integral al desarrollo de la ciudad los propios procesos de desarrollo local de sus comunidades.

Este proceso permite a la gente soñar una ciudad posible, planearla, ser protagonista de su presente y su futuro, como un propósito colectivo que garantice la inclusión social y permita fortalecerla transparencia en la gestión de los recursos municipales.

Las organizaciones sociales a través de instrumentos locales, han desarrollado una metodología de participación democrática, con la construcción de escenarios deliberativos, en los que se posible la formulación de diagnóstico, la priorización de necesidades públicas y de la inversión y por tanto la concertación del desarrollo local.

Es decir, el planeamiento del desarrollo significa cambios a una sociedad con crecimiento y equidad. El principal desafío es iniciar y sostener un proceso que busque mejorar el bienestar de la población considerando las potencialidades y recursos existentes.

En este orden de ideas, el plan de desarrollo local es un instrumento de gestión útil para impulsar el desarrollo social de una comunidad. El Banco Mundial (2010) define al desarrollo aplicado al ámbito espacial, o sea, al desarrollo local como: "una estrategia diseñada para mejorar el nivel de vida, económico y social de grupos específicos de población". (pág. 52)

Asimismo, el plan de desarrollo debe ser concertado, es un instrumento de base territorial de carácter integral, orientador del desarrollo regional o local y del proceso de participación ciudadana. Además, debe contener acuerdos sobre la visión de desarrollo y objetivos estratégicos a mediano y largo plazo de la comunidad en concordancia con los planes nacionales y sectoriales. Nos permite construir una imagen colectiva sobre el tipo de desarrollo que queremos. Por otro lado, los ciudadanos(as) asumen el proceso de desarrollo dentro de las expectativas.

Ahora bien, el presupuesto es una herramienta para el desarrollo, pues ningún plan de desarrollo a corto, mediano o largo plazo, puede ejecutarse sin contar con acciones financieras precisas y dirigidas adecuadamente. En este caso, el presupuesto es la guía práctica de trabajo y el instrumento de desarrollo de los ayuntamientos, e elabora tomando en cuenta los proyectos y líneas de acción establecidos para el año fiscal, responde a las prioridades formuladas en el presupuesto participativo, junto a las metas y acciones concebidas en el plan de desarrollo local.

Cabe destacar que, su utilidad es mucho mayor, cuando se elabora dentro del marco de un plan de desarrollo plurianual que permita darle un seguimiento continuo a las políticas administrativas y financieras, logrando el mantenimiento en un período, de las metas que por alguna razón no pudieron finalizar completamente en el período anterior.

Así como un plan de desarrollo no puede hacerse realidad sin un presupuesto adecuado, si este no contiene planes definidos, aún sea para un período de un año, se convierte en un documento con números sin ningún sentido, que sólo proporcionará entradas y salidas de caja, sin expresar los fines para los cuales fue elaborado. De manera que cada uno de los dos, además de apoyarse en el otro, lo fortalece.

Aunado a ello, es el instrumento más poderoso de una Administración, en su etapa de ejecución proporciona las mediciones de la inversión municipal, el sostenimiento de los servicios básicos, las políticas sociales y otros más, que son indicios innegables del proceso de desarrollo comunitario.

Por otro lado, permite aplicar las disposiciones legales, como son la participación de la comunidad en las obras de inversión de sus localidades, o sea, el presupuesto participativo.

Así, todo el instrumento presupuestario debe estar sometido a los lineamientos de la dirección general de presupuesto en cuanto a los procedimientos de forma y fondo para la elaboración de los presupuestos, los plazos y fechas de entrega, la aprobación y los organismos a los cuales deben enviarse ejemplares de presupuestos debidamente fundamentados y aprobados por los Concejos Municipales respectivos y los reportes de ejecución presupuestaria trimestral. Se mantiene bajo la potestad del Concejo Municipal, la facultad de aprobación de los presupuestos y las ejecuciones trimestrales.

De acuerdo a lo expresado por Goytendia (2008), existe “un mecanismo de concertación entre autoridades y la población para la asignación equitativa, racional, eficiente, eficaz y transparente de los recursos públicos, que fortalece las relaciones Estado – Sociedad Civil”, (pág. 295) llamado Presupuesto Participativo. El carácter de participativo le viene dado por la incorporación de la comunidad, a través del Consejo Comunal u otras organizaciones de la sociedad civil existentes en el ámbito comunal, en la toma de decisiones en cuanto a los proyectos en los que debe realizarse la inversión en el municipio.

Para el mencionado autor, no se trata simplemente de incentivar la participación popular de una forma espontánea hacer obras o simplemente aceptar a los mecanismos de la democracia formal, se trata de integrar a los ciudadanos comunes en un nuevo espacio público. Es un mecanismo que permite a los ciudadanos ser más exigentes y más críticos.

Asimismo, el proceso de presupuesto participativo constituye un espacio de concertación, en el cual las autoridades locales y representantes de la sociedad civil definen en conjunto cómo y a qué se orientaran

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