Mercadotecnia

Marco de circunstancia: #19 hablando de nuestras creencias a un compañero de estudios.

L- Marian todos los muchachos vamos a ir a la procesión, me gustaría que fueras con nosotros.

M- Gracias por tomarme en cuenta Luzkiana, pero como te explique hace tiempo yo no adoro imágenes... ¿Lo recuerdas?

L- Ah sí, sí verdad que tú ya me has comentado y me dijiste algo de que son cosas irreales ¿no?

M- Sí, el ejemplo que te di fue el de los israelitas que pidieron un Rey de carne y hueso como tenían las naciones vecinas, ese deseo indicaba que estaban rechazando a Jehová como su soberano, y aunque Jehová les permitió tener a ese gobernante les avisó a través del profeta Samuel que corrían el grave peligro de “desviarse para seguir las cosas irreales” te voy a leer esa advertencia Luzkiana, se encuentra en 1 Samuel 12: 21.

M- Como cayeron en el error de pensar que un rey visible sería más real que Jehová y que podría ayudarlos mejor, ahora era más fácil que fueran detrás de muchas fantasías promovidas por Satanás, por ejemplo sus reyes podrían llevarlos a adorar ídolos.

L- Ah es decir que los llevarían a adorar imágenes..

M- Exacto, la idolatría Luzkiana lleva a las personas a pensar que estas imágenes son más reales y más dignas de confianza que Jehová el Dios verdadero. Pero ¿De qué vale poder verlos y tocarlos, si ellos mismos no ven, no oyen, no hablan ni pueden ayudar a nadie?

L- Bueno yo misma me hecho a veces esa pregunta Marian.

M- Adorarlos sería ir detrás de algo irreal, de una fantasía.

L- Marian pero allí se menciona en plural “las cosas irreales”, y quiero saber qué otras cosas son irreales ¿podrías explicarme más?

M- Que bueno que lo preguntas Luzkiana porque esto no solo implica ir tras ídolos sino también tras las riquezas, con respecto a esto satanás consigue que muchos crean que en este mundo su seguridad depende de los bienes materiales.

L- Bueno pero no hay que negar que las riquezas, las posesiones y los trabajos bien pagados nos ofrecen ciertas ventajas.

M- es cierto Luzkiana pero cuando llega una enfermedad grave, una crisis económica o un desastre natural, ¿les valdrán de tanto como creen? ¿Les infunde tranquilidad cuando se ven ante la muerte?

L- La verdad que tienes razón pues la vida no se puede prolongar indefinidamente, y la enfermedad y la muerte no perdonan a nadie.

M- Y observa el consejo que se encuentra en Proverbios 23: 4,5 tú lo puedes leer.

M- Como vez no hay duda son cosas irreales,

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