Motivacion a empleados capaces

DESCRIPCIÓN DE LA SITUACIÓN

La escena descrita a continuación proviene de la película de carácter biográfico con matices ficticios Jobs, basada en la vida del cofundador de Apple, Steve Jobs, que fue estrenada en el año 2013 y protagonizada por el actor Ashton Kutcher.

Corría el año 1976. Para ese entonces Steve Jobs se desempeñaba como diseñador de videojuegos para la compañía Atari. Mientras trabajaba con un colega en un nuevo juego llamado “Asteroids”, Jobs entró en una acalorada discusión porque consideraba que debían incorporar colores al diseño del mismo. Su colega argumentaba que Pong, el primer videojuego de la historia y hasta la fecha uno de los productos más exitosos de la compañía, no contaba con colores, así que ¿para qué cambiar con este nuevo producto? Para Jobs esto no era excusa para no intentar crear un producto que fuese mejor.  Finalmente su colega admitió: “No puedo ponerle color”.  La respuesta no satisfizo a Jobs.

Jobs estaba furioso. Le gritó a su colega (quien decidió salir de la oficina en señal de desprecio a las exigencias de Jobs) que nunca estaba dispuesto a asumir nuevos retos o salirse de su zona de comodidad, a lo que éste respondió que Jobs no era su jefe y  no contaba con la autoridad para hacer ese tipo de comentarios. Jobs le replicó con un “pues debería serlo, sin duda”.

Ante este escándalo, Al, el Jefe de ambos, se acercó Jobs para saber qué estaba pasando. Al reconoció que Jobs era un trabajador excelente, un diseñador brillante, pero que no sabía relacionarse con sus compañeros de trabajo. En palabras literales, era un “imbécil”.  Había tenido que llegar a acuerdos con Jobs para hacer más llevadera su relación con sus compañeros, entre los cuales una condición era incluso ducharse regularmente y usar zapatos; pues era su costumbre no bañarse ni calzarse, y sus compañeros se quejaban de su mal olor. “Tienes que aprender a trabajar bien con otros, Steve”, le decía Al.

Jobs se defendió, argumentando despectivamente que ninguno de los presentes sabía diseñar. “Sólo quiero hacer las cosas bien, Al”, le expresó Jobs. Al sabía que necesitaba a Jobs dentro de su equipo y debía buscar la manera en que pudiera explotar todo su potencial sin afectar a los demás. “Dame mi propio proyecto, y crearé el mejor juego que hayas visto en tu vida”, pidió Jobs. Al lo pensó por un momento... quizás sería mejor si alguien como Jobs, quien tenía una marcada dificultad para trabajar con otras personas, tuviese un proyecto en solitario. Recordó que había un proyecto engorroso que consistía en reprogramar un videojuego que había resultado problemático y los lapsos de entrega eran muy ajustados.

Al decidió darle el reto de ese proyecto a Jobs, a quién ofreció un pago de 5.000 dólares si cumplía con el plazo satisfactoriamente. Jobs aceptó inmediatamente.

IDENTIFICACIÓN Y ANÁLISIS DE LOS PROCESOS ORGANIZACIONALES

COMPETENTES INSOPORTABLES

Según el artículo de Harvard Business School Publishing Competent Jerks, Lovable Fools, and the Formation of Social Networks, de Tiziana Casciaro y Miguel Sousa Lobo, en las organizaciones

Estos dos criterios de competencia y simpatía, se combinan para producir cuatro arquetipos: el competente insoportable, que sabe mucho, pero es desagradable a tratar; el tonto adorable, que no sabe mucho, pero es un placer tenerle alrededor; la estrella adorable, que es a la vez inteligente y simpático; y el incompetente insoportable, que ... bueno, eso es autoexplicativo.

Y los resultados de su estudio arrojaron que es una premisa común que “todo el mundo quiere trabajar con la estrella adorable, y nadie quiere trabajar con el incompetente insoportable”. Para la escena estudiada, tomaremos el concepto del competente insoportable.

Steve Jobs es un competente insoportable. Es muy inteligente y talentoso, lo cual es beneficioso para la empresa, pero sus compañeros no desean trabajar con él. Es egoísta, insolente, trata mal a la gente, se molesta cuando no se cumplen sus deseos. Es desconsiderado y desaseado. Es despectivo y se cree superior. Interrumpe a sus interlocutores, reclama en voz alta delante de todos los presentes. Exige un proyecto propio porque cree que trabajando por su cuenta, al no estar rodeado de “inútiles”, arrojará mejores resultados, y mayores beneficios personales también.

Y ¿qué hacer con estos competentes insoportables? Casciaro y Sousa Lobo plantean cuatro opciones para “trabajar en el insoportable”:

Vuelva a evaluar su contribución. El rendimiento individual del insoportable competente es grande. Pero ¿cómo puede contribuir al desempeño de la organización en su conjunto? ¿Ayuda a las personas que trabajan con él o un obstáculo real?

Premiar el buen comportamiento; castigar el mal comportamiento. Si los aportes del competente insoportable son significativos, probablemente vale la pena tratar de convertirlo en un tolerado, incluso si no querido activamente, trabajador estrella.

Socializar y entrenar.

Reposicionar. Si las personas agradables pueden mejorar una organización cuando operan en funciones altamente interdependientes, insoportables competentes probablemente lo harán mejor cuando trabajan de forma independiente. A menudo hay un lugar para la gente que no necesitan ser queridos, siempre y cuando consigan realizar su trabajo -incluso si eso implica sacrificar el acceso generalizado a sus conocimientos.

En la escena estudiada, El Jefe reconoce que “ser un insoportable (…) puede ser una característica intrínseca de la persona, casi independientemente de la situación” y busca “trabajar en lo insoportable”. Reevaluó la contribución de Jobs en la organización y la consideró importante. Por tanto, premia su buen comportamiento (el uso de zapatos) y le hace coaching; y castiga el mal comportamiento (supervisa su trato con los demás). Adicionalmente, El jefe decide reposicionar a Jobs en un proyecto independiente, donde podrá trabajar sin la necesidad de un equipo. Le impone metas altas, con un plazo corto y motivaciones extrínsecas (USD 5.000).

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