No puedo dejarte

No puedo dejarte

Que miedo me da este capítulo, describe comportamientos que tengo a día de hoy, mi vida está rodeada de mi teléfono y mi computadora, cuando me levanto lo primero que reviso es mi teléfono para ver si alguien me dejo algo en la madrugada, me levanto tomo un desayuno rápido pero siempre acompañado por mi fiel celular pues el día laboral para mí ha empezado.

Enseguida es estar en mi computadora, checando los correos y mi agenda para ver todas las tareas que deben de ser cubiertas antes de dormir, paso alrededor de 8 a 10 horas con mi celular y computadora ya que son mis herramientas de trabajo y de distracción, y algo básico en persona, como cuando salgo a la calle, tres cosas básicas debe de haber en las bolsas de mi pantalón mi cartera mis llaves y el celular y debo admitir que de esas tres la ultima es más importante.

Nos mencionan un ejemplo de donde se queda el celular una vez que nos vamos a dormir, y en mi caso es cerca de mi cama, y si escucho una notificación en la madrugada, tengo que levantarme para ver qué pasa, ya que ha de ser algo muy importante, hago muchas actividades que tienen que ver involucro como teléfono y he dejado otras que tenía que era como leer, y esto es una alerta de que tengo que dejar la dependencia a mi teléfono.

Hace más de dos años deje de beber y hace unos meses deje de fumar y sé que personas como yo de impulsivas y obsesivas solemos cambiar una adicción por otro, y creo que empiezo hacerlo con el teléfono, creo que es importante conocer que pasa con nuestra persona, para poder cambiar para bien.

Nos crean necesidades y una solución a esta, hace muchos años no había celulares y no los necesitábamos al igual de cientos de aparatos, que en verdad no los requerimos, pero la sociedad nos impulsa a tener todos estos artefactos para no sentirnos desplazados.

Cuando estoy tomando fotos y grabando un evento social y me siento muy presionado, me dan ganas de regresar a fumar y siento una sensación en mi boca de querer fumar inmensas una compulsión que solo puede ser calmada por una un cigarro, pero sé que pasara, supongo que es la misma sensación para una persona que es adicta a comprar, a saciar esa necesidad material interminable, y creo que todos tenemos parte de ello.

¿No les pasa que cuando recibir un sueldo por algún trabajo quieren quemar el dinero en ciento de cosas que no son necesarias?

Pero las sensaciones que el cerebro da a estas personas según el libro es como si consumieran drogas o alcohol, y esto es increíble y tiene mucha razón que con fuerza de voluntad no es suficiente para poder salir del problema, porque no es nada fácil rendirse ante nuestros deseos, algo que nos brinda un placer vano de la vida.

El mercado se aprovecha de esta compulsión que tiene a la gente a comprar y que se ha vuelto un vicio, pero estas

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