PLANIFICACION DEL PROYECTO

PLANIFICACIÓN DEL PROYECTO

Ya sabemos hacia dónde vamos, tenemos definidos los objetivos, y contamos con los recursos necesarios, pero ¿por dónde empezamos? Ha llegado el momento de planificar: qué debemos hacer, cuándo y cómo.

El proyecto y la planificación

Aunque todo lo visto hasta ahora es también tarea de planificación, hemos hecho referencia más a la definición del proyecto en sí que a la labor de planificación detallada en la que se define paso a paso cómo se deben hacer las cosas para conseguir los objetivos esperados.

Es impensable hoy en día un proyecto en el que no exista planificación. De hecho, en muchos entornos es frecuente que se entienda por “proyecto” a un plan en sí mismo. Lo que aquí entendemos por planificación persigue varios propósitos.

En primer lugar ayudará a determinar la duración y el coste del proyecto. Es el momento de tomar las decisiones más importantes, partiendo de la decisión de seguir adelante o no con el proyecto.

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También se distribuye el trabajo y se establecen los mecanismos para controlar su progreso. En este momento se definen las responsabilidades de las distintas partes implicadas en el proyecto.

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Por otro lado, se determina con detalle el nivel de recursos que será necesario en cada partida del proyecto.

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Y por último, en esta etapa es conveniente predeterminar el posible impacto de cualquier cambio en el proyecto, delimitando en lo posible la incertidumbre.

La planificación no es un fenómeno aislado en el proyecto. No quiere decir que se planifique una vez y no se vuelva a hacer. Las circunstancias cambiarán a lo largo de la vida del proyecto, y surgirán imprevistos que obligarán a rehacer parte de la planificación.

Esto no significa que la planificación inicial fuera defectuosa o que el director de proyecto sea un mal gestor. De hecho, según va pasando el tiempo en la vida del proyecto, siempre hay más información disponible y se va perdiendo parte de la incertidumbre inicial. Cuanto mayor sea esta incertidumbre inicial, más necesaria será la tarea de rehacer parte de la planificación en adelante.

Lo importante en este caso es estructurar el proyecto para minimizar la posibilidad de “vuelta atrás”.

En la actualidad existen bastantes herramientas informáticas de ayuda a la planificación de proyectos, que evitan los cálculos tediosos, sobre todo en lo que se refiere a la replanificación. Pero en cualquier caso, el director de proyecto debe hacer la tarea de gestión. Por muy sofisticada que sea la herramienta, no se puede meter la definición de un proyecto y obtener como resultado una planificación ordenada y detallada que solucione

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