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Pobreza y Distribución de la Renta


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2018  •  Informes  •  2.944 Palabras (12 Páginas)  •  170 Visitas

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Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Facultad De Economía

Asignatura: Contexto Económico-Social

Nombres:

                          Stephanie Cueva

Roberto Vásconez  

                          Anthony Vásconez

Curso: Primero       Paralelo: 1

Tema: Pobreza y Distribución de la Renta


Durante los últimos tiempos, en el centro de debates económicos y sociales, hemos encontrado dos términos que están siendo abordados, tanto a nivel mundial, como nacional de cada uno de los países: la pobreza y la distribución de la renta.

En el presente trabajo nos centraremos en distinguir los conceptos de estos términos, aplicándolos para establecer la situación actual del nuestro país, Ecuador, y comparándolo con otros países, tanto países con características similares al Ecuador, como países con un nivel de desarrollo superior.

Pobreza

El término “pobreza” tiene distintos significados en las ciencias sociales. Se identifica once posibles formas de interpretar esta palabra: “necesidad, estándar de vida, insuficiencia de recursos, carencia de seguridad básica, falta de titularidades, privación múltiple, exclusión, desigualdad, clase, dependencia y padecimiento inaceptable” (Paul Spicker, 2009). Todas estas interpretaciones serían mutuamente excluyentes, aunque varias de ellas pueden ser aplicadas a la vez, y algunas pueden no ser aplicables en toda situación.

Necesidad. Entiende a la pobreza como carencia de bienes o servicios materiales. La población “necesita” cosas tales como comida, vestido, combustible o techo.

Para Vic George, “la pobreza consiste en un núcleo de necesidades básicas y en un conjunto de otras necesidades que cambian en el tiempo y en el espacio” (George, 1988). Baratz y Grigsby hablan de la pobreza como “una privación severa de bienestar físico y bienestar mental, estrechamente asociada con inadecuados recursos económicos y consumos” (Baratz, 1971).

Ambas visiones concuerdan en que la pobreza es una carencia de algo, y comparten parcialmente qué es aquello de lo que se carece.

Estándar de vida: la idea de “necesidad” supone que algunos artículos o bienes son particularmente importantes o necesarios. Aunque la idea de nivel de vida está íntimamente ligada a la necesidad, es un concepto de índole general que refiere no tanto a las formas específicas de privación sino a la experiencia general de vivir con menos que los demás.

La Organización Internacional del Trabajo considera que “al nivel más básico, individuos y familias son considerados pobres cuando su nivel de vida, medido en términos de ingreso o consumo, está por debajo de un estándar específico” (OIT, 1995). Ringen sostiene que la pobreza es un “nivel de consumo que está por debajo de lo que generalmente es considerado el mínimo decente” (Ringen, 1988).

El Banco Mundial define a la pobreza como “la incapacidad para alcanzar un nivel de vida mínimo” (Mundial, 1990). La distinción entre ese nivel de vida general y lo que la población “necesita” debería ser clara. Podríamos no “necesitar” té, periódicos o conciertos –tres ejemplos usados por Rowntree en su definición de las condiciones de pobreza primaria– pero la población que no puede comprar lo que no necesita de todas maneras podría ser considerada pobre.

Insuficiencia de recursos: Las necesidades mantienen un vínculo estrecho con los recursos; toda necesidad lo es de algo. Puede considerarse que la pobreza refiere a circunstancias donde las personas carecen de ingreso, riqueza o recursos para adquirir o consumir las cosas que necesitan.

Booth afirmaba que “los ‘pobres’ son aquellos cuyos medios de vida pueden ser suficientes, pero son apenas suficientes para una vida decente e independiente; los ‘muy pobres’ serían aquellos cuyos medios de vida resultan insuficientes de acuerdo a un nivel de vida considerado normal en ese país” (Booth, 1971).

Ashton sostiene que “sin duda, la privación refiere a necesidades ‘esenciales’ que no son satisfechas. Esto puede atribuirse a una falta de recursos monetarios –pero no es necesariamente así, ya que los recursos adecuados pueden ser malgastados–La pobreza, por otra parte, debe referirse a una falta del dinero necesario para satisfacer esas necesidades” (Ashton, 1984).

Carencia de seguridad básica: aunque la carencia en la seguridad básica ha sido definida como necesidad, también puede ser vista como vulnerabilidad ante los riesgos sociales. Charles Booth describía a las personas pobres como aquellos que “viven en lucha para satisfacer las necesidades básicas de la vida y cumplir sus metas, mientras que los ‘muy pobres’ viven en un estado crónico de necesidad” (Booth, 1971).

Wresinski identifica a la pobreza con una:

Carencia de seguridad básica entendida como la ausencia de uno o más factores que permiten, a individuos y familias, asumir responsabilidades básicas y disfrutar de derechos fundamentales, la pobreza crónica resulta cuando la carencia de seguridad básica afecta simultáneamente varios aspectos de la vida de la población, cuando es prolongada y cuando compromete seriamente sus oportunidades para recuperar sus derechos y para reasumir sus responsabilidades en un futuro venidero. (Duffy, 1995)

Mediante este argumento, sería posible considerar pobre a alguien que no está necesitado; la distinción entre esta definición y la primera es muy marcada. Aunque la carencia de seguridad básica y la limitación de recursos están relacionadas, ese vínculo no es directo. Existen casos, en particular en países en desarrollo, donde el aumento de recursos tiene como efecto el aumento de la vulnerabilidad.

Falta de titularidades: La definición previa de Wresinski alude a la carencia de seguridades como una falta de derechos. Drèze y Sen sostienen:

Tanto la privación como la carencia de recursos reflejan carencia de titularidades más que ausencia de artículos esenciales en sí mismos. La falta de vivienda es el resultado de la falta de acceso a la vivienda o la tierra, no de la inexistencia de viviendas en sí; las hambrunas, no son el resultado de la falta de alimentos, sino de la incapacidad de la población para comprar los alimentos existentes. La ausencia de titularidad es fundamental para la condición de pobreza: las personas con titularidades no son pobres. (Drèze, J. y Sen, A, 1989)

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