Politica Comercial
maggysalas6 de Marzo de 2014
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POLITICA COMERCIAL
DEFINICIÓN DE POLÍTICA COMERCIAL
La política comercial se define como el manejo del conjunto de instrumentos al alcance del Estado, para mantener, alterar o modificar sustantivamente las relaciones comerciales de un país con el resto del mundo; comprende, entre otros, la política arancelaria, que es un mecanismo protector y de captación de recursos para el erario nacional bajo la forma de impuestos indirectos, que gravan las operaciones del comercio exterior.
POLITICA COMERCIAL DE MEXICO
El GATT (Acuerdo general sobre comercio y aranceles) es un tratado multilateral, creado en la Conferencia de La Habana, en 1947, firmado en 1948, por la necesidad de establecer un conjunto de normas comerciales y concesiones arancelarias, y está considerado como el precursor de la Organización Mundial de Comercio. El GATT era parte del plan de regulación de la economía mundial tras la Segunda Guerra Mundial, que incluía la reducción de aranceles y otras barreras al comercio internacional.
Al incorporarse México en 1986 al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y de Comercio, GATT, se comprometió a eliminar los precios oficiales de referencia, a continuar la sustitución de los controles directos por aranceles y a reducir el arancel máximo a 50% (que en 1988 ya había descendido a 20%). No obstante, los términos del acuerdo le permitían a nuestro gobierno conservar temporalmente licencias de importación en algunos productos agrícolas y otros bienes sujetos a programas de promoción industrial.
Es importante mencionar que México es el único país en el mundo que ha firmado y mantiene en vigor tratados de naturaleza comercial con países de distinto nivel de desarrollo, con quienes por lo general se establecen compromisos de construir zonas de libre comercio, procurando la integración económica con el fin de eliminar trabas arancelarias al comercio entre el grupo de países signatarios de estos protocolos.
Podría decirse que los tratados comerciales se han convertido en el complemento a la reducción iniciada en la década de los ochenta de las barreras comerciales, ya que en la actualidad son el eje rector de la política comercial e industrial de México: por su conducto se realiza cerca de 90% del comercio exterior mexicano.
Como se puede inferir, en ese foro de negociaciones internacionales se pretendía reducir o eliminar las barreras arancelarias (impuestos) y no arancelarias: cuotas, como también una de sus modalidades: las licencias, así como resolver las controversias entre los países miembros, ya que era un tratado internacional que regulaba el comercio mundial.
Se estimaba que la adopción de estructuras arancelarias uniformes brindaba la oportunidad de aumentar la eficiencia en su administración y de transparentar estas actividades, evitando así o reduciendo el riesgo de que ciertos sectores con gran capacidad o poder de negociación influyeran en los flujos comerciales, como había sucedido en el pasado en que determinados grupos habían exigido altos niveles de protección y propiciado estructuras arancelarias dispersas, cuyas consecuencias fueron los altos costos en términos de bienestar e incertidumbre en las decisiones de inversión, producción y distribución de bienes en el país.
Así, México se beneficiaría de códigos de conducta del GATT, que son:
a) licencias de importación;
b) normas técnicas;
c) dumping y derechos antidumping;
d) Valoración aduanera.
La información analizada revela que México no firmó:
e) subsidios e impuestos compensatorios;
f) compras gubernamentales, sin que mediara explicación alguna.
Lo anterior tenía una explicación; por una parte, México primero debía prepararse jurídica y administrativamente para combatir las prácticas desleales de comercio internacional; por otra, debía diseñar los mecanismos comerciales que hicieran viable la adquisición gubernamental de bienes y servicios del sector privado.
La Organización Mundial del Comercio, OMC, sustituyó al GATT desde el 1 de enero de 1995. A manera de conclusión debe decirse que el GATT no decía nada específico sobre las PYMES, de manera que su influencia fue modesta e indirecta en este segmento empresarial; sin embargo, aquí se menciona y se analiza como el origen de la apertura comercial de México, basada en el proceso de eliminación del Sistema de Permisos Previos, que gradualmente fueron sustituidos por aranceles (impuestos) al comercio exterior.
México es un país de ingreso medio-alto que se ubica entre las primeras diez economías más grandes del mundo y que posee el ingreso per cápita más alto de Latinoamérica. Es, asimismo, uno de los principales países exportadores a nivel mundial.
La actividad económica en México es dinámica, inmersa en un entorno de estabilidad financiera y de precios, a la cual han contribuido la disciplina en el manejo de las finanzas públicas y la prudencia de la autoridad monetaria.
En la década de los 80, México inició un proceso de estabilización económica, de reformas estructurales y de modernización, pasando de ser una economía relativamente cerrada a uno de los países más abiertos del mundo. Además de instrumentar una serie de medidas internas para desregular la economía y fomentar la inversión privada, el país adoptó una estrategia de apertura comercial para fortalecer la competitividad industrial e impulsar el crecimiento orientado a la exportación. Esta etapa dio inicio con la entrada de México en el GATT (General Agreement on Tariffs and Trade, por sus siglas en inglés), hoy en día la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Como resultado de esta estrategia, México es en la actualidad el país que ha firmado el mayor número de acuerdos de libre comercio en el mundo, que incluyen a 43 países en América, Europa y Asia, y que le brindan un acceso preferencial a un mercado de cerca de mil millones de consumidores potenciales. En sólo dos décadas, México se ha convertido en una de las diez primeras potencias comerciales en el mundo y la primera en América Latina.
POLITICA COMERCIAL DE MEXICO CON NORTEAMERICA
En forma recurrente se tiene una fuente de confusión en relación con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y ésta tiene que ver con las expectativas que se construyeron para la economía nacional.
A partir de la firma del Tratado, éstas fueron muy superiores a las que pudieron derivar de la operación de un tratado que sólo ha originado una zona de libre comercio y que ha beneficiado en gran medida a las empresas norteamericanas y por ende a la economía de los Estados Unidos.
No todos los enfoques conducen a percibir al “éxito exportador” de la economía mexicana, como variable dependiente del TLCAN, ni a dicho crecimiento de las ventas al exterior como un detonante del desarrollo, sobre todo, a la luz de los efectos sobre los indicadores básicos de la economía.
Antonio Gazol establece que ni en la tasa de crecimiento, ni en el nivel de empleo, ni en los salarios, el TLCAN ha tenido un efecto positivo pues el elevado contenido de importación de las exportaciones las ha desvinculado del resto de la actividad productiva y por ello su impacto ha sido tan limitado.
Gazol también establece que si en el pasado reciente el tratado ha sido ineficaz en la tarea de estimular el desarrollo económico, mayor será esa ineficacia en el futuro, nuevos competidores están desplazando a México como proveedor de Estados Unidos como ya lo es China, la inversión extranjera directa está acudiendo a nuevos destinos, mientras que las tendencias de la política comercial externa de Estados Unidos apuntan en la dirección de acuerdos bilaterales o regionales con otros posibles competidores de México en ese mercado.
El autor establece también que para bien o para mal el TLCAN ha dado de sí cuanto podía dar, ni las exportaciones van a crecer más de lo que ya lo han hecho, ni aumentará el flujo de inversión foránea4. Todo lo que tenía que suceder ya sucedió, y ahora el tratado es un dato más en y para la economía mexicana.
Sergio Luna apunta que al TLCAN le acompañan otras complejas características relacionadas con el prolongado proceso de integración al sistema económico estadounidense. “Primera regularidad: los ciclos económicos de México y Estados Unidos convergen. Segunda: la balanza comercial de México se torna procíclica. El hecho de que la mitad de las importaciones totales de México tenga relación con la demanda exportadora obedece al hecho de que está determinada por el efecto absorción de los Estados Unidos: exportaciones e importaciones son función directa de la demanda originada en los Estados Unidos y este es un gran indicador de la fuerte dependencia de la economía mexicana con la estadounidense.
En esta tesitura, debemos decir que dicho fenómeno de integración dependiente se encuentra presente con algunos factores menos con los fundamentales como bienestar económico y social y en productividad, la integración dependiente deriva del cortoplacismo y de la parcialidad de los “estrategas” de la economía mexicana.
Ahora bien, los productores norteamericanos, en especial, en el sector agropecuario y forestal se han visto mayormente beneficiadas ante la entrada en vigor del TLCAN toda vez que hay al menos dos variables que juegan a favor suyo: 1).- los altos subsidios que el gobierno norteamericano otorga sus productores lo que provoca que su precios finales sean mas baratos en el exterior (México) y por ende, más competitivos por la vía precio, ahora bien; 2).- ante el contexto del libre comercio en donde los aranceles han sido
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