Políticas Públicas y gestión compartida

Políticas Públicas y gestión compartida

Como sabemos, el Estado es producto de un proceso gradual de construcción social, por lo que no es uniforme y su consolidación no se da de un momento a otro.

En lo que conocemos como estado se involucran diferentes relaciones sociales, instituciones, organismos y funciones, y además el mismo como ya se mencionó no es uniforme sino que se va modificando de manera continua. Es por ello, que a lo largo de la historia han surgido diferentes modelos de Estado, cada uno de ellos con sus particularidades en cuanto a cuestiones políticas, económicas, sociales y educativas.

El Estado es entonces una relación social, por lo que se constituye como un escenario de negociación al cual se conoce como “arena política”. En éste se lleva a cabo la negociación de compromisos en la que intervienen distintas fuerzas políticas, así como también diversos grupos sociales.

En esta articulación que se da entre Estado y sociedad surgen las Políticas Públicas, siendo las mismas formuladas por el Estado con el propósito de impactar en la sociedad.

Ahora bien… ¿de qué hablamos cuando hablamos de Políticas Públicas?

Lo cierto es que no existe una definición única de Políticas Públicas, sin embargo, diversos autores las definen como aquellas acciones o inacciones del Estado para solucionar determinados problemas públicos.  

Una posible definición es la expuesta por Manuel Tamayo Saenz, quien considera las Políticas Públicas como el conjunto de objetivos, decisiones y acciones que lleva a cabo un gobierno a fin de dar solución a los problemas que en un momento determinado, los ciudadanos y el gobierno consideran como prioritario.

Otra definición que podemos considerar es la formulada por Eugenio Lahera, quien las expone como un curso de acción y flujo de información relacionado con un objetivo público definido de manera democrática, y que son desarrolladas por el sector público, con frecuente participación del sector privado.

¿Qué características presentan las Políticas Públicas?

1. Un contenido: toda política supone una sustancia, un contenido.
2. Un programa: la política no se reduce a un acto concreto, sino que detrás de ese acto existe un marco más general en el que se integra (y adquiere sentido) ese acto.
3. Una orientación normativa: toda política supone la expresión de las finalidades y preferencias de los decisores, sean estas consientes o no.
4. Un factor de coerción: toda política pública posee una naturaleza autoritaria que proviene de la legitimidad que posee el actor gubernamental y del monopolio de la fuerza que este actor puede legítimamente movilizar.
5. Una competencia social: toda política se define por su competencia, por los actos y disposiciones que afectan la situación, los intereses y comportamientos de los administrados.

Del problema a la cuestión 

Cuando hacemos referencia a los problemas sociales, podemos decir que no todos ellos pueden ser abordados por el Estado, sino que sólo algunos logran ser socialmente problematizados e incorporados en la agenda gubernamental. En ese momento estos problemas pasan a ser cuestiones.

Nos preguntamos entonces… ¿cuándo un problema se convierte en una cuestión?

• Tiene que ser objeto de atención amplia o al menos de amplio conocimiento del público,
• la sociedad debe considerar que el mismo requiere de algún tipo de acción,
• debe ser competencia de alguna entidad gubernamental,
• tiene que tener un carácter conflictivo o potencialmente controvertido y polémico.

A partir de las cuestiones se desarrolla un proceso complejo de intermediaciones a través de las cuales emergen y toman forma los intereses e intenciones de agentes privados y públicos en pugna por imponer su visión y sus proyectos en torno a las mismas.

Las cuestiones y la agenda pública

Los problemas que logran convertirse en cuestiones ingresan en la agenda pública. La formación de agenda evidencia quienes son los que efectivamente definen y justifican los problemas públicos, que grupos tienen la fuerza, la organización, los recursos –tanto materiales como simbólicos- la capacidad de movilización y la de establecer alianzas y estrategias de acción para convertir las cuestiones sociales en públicas y en prioridad de gobierno. Revela en suma cuál es la estructura de poder que domina efectivamente la realización de una política.

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