Presidencia Donald Trump

Diana Noelia Gonzales Zeballos.

Negocios Internacionales.

Qué ocurre con el nuevo presidente de Estados Unidos

El pasado martes 8 de noviembre del año en curso, se realizaron las elecciones para el nuevo presidente de Estados Unidos. En representación del partido demócrata se encontraba Hillary Clinton y, por el lado del partido republicano se postulaba Donald Trump; quien fue el ganador de votos y es ahora el nuevo presidente del país. Es ahora cuando más incertidumbre existe en EE.UU., y en el mundo entero, por ahora sólo existen especulaciones acerca de lo que vaya a ocurrir.

En primer lugar, Estados Unidos cuenta con un sistema de votación bastante complejo. Los ciudadanos eligen a un elector que tendrá la oportunidad de votar por uno de los partidarios a presidente y vicepresidente, un voto para cada uno. Posterior a los votos de los ciudadanos, el Colegio Electoral compuesto por 538 electores, tiene el poder para elegir al nuevo presidente, que obtenga una cantidad de votos mayor a 270. Es decir, los ciudadanos no eligen directamente a su gobernador sino el Estado.

Por ese motivo, Hillary Clinton no fue lo suficientemente apoyada por los electores y perdió contra Donald Trump. Quien a lo largo de su campaña política transmitió intransigentemente que eliminaría tratados de libre comercio y adoptaría una política proteccionista. Además, hizo énfasis en “hacer frente a la competencia ‘desleal’ de China”, y a la vez, regresará a sus países a todos aquel inmigrante que no cuente con sus papeles para residir en EE.UU (Barrón, 2016). Es por esto que se generó incertidumbre en el mundo entero, ya que si Trump cumple con lo propuesto, muchas economías se verán afectadas y sufrirán cambios radicales.

El país que desde antes de la victoria de Trump ya va sufriendo consecuencias, es México. Su economía promete decaer un 4,9% en el PIB para el próximo año, en consecuencia a la reducción de las exportaciones hacia Estados Unidos; viéndose el sector automotriz el más afectado en ambos países ya que se encuentra estrechamente vinculado en cuando a la producción y comercialización (Forbes, 2016). Según resalta Roger Noriega, ex jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, “Latinoamérica es el mercado económico natural de EE.UU.” (Lissardy, 2016), por lo que Trump precisa mantener relaciones con México y en general, con América Latina.

Por otra parte, Trump promete ser la voz de todo aquel individuo que en algún momento perdió sus empleos gracias a la inmigración de personas que ofrecían trabajar a un precio mucho más bajo. Si bien Trump fue catalogado como una persona déspota, narcisista y grosera, supo atender y escuchar a aquellos que esperaban un cambio en Estados Unidos y que anhelan recuperar a la antigua América. Las personas que optaron por él, fueron aquellas que se vieron amenazadas por la globalización y Trump a pesar de su excéntrica personalidad, les transmitió fuerza y seguridad a través de sus palabras; ofreció una vía para mejorar su autoestima (Bassets, 2016).

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