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Privatizacion


Enviado por   •  21 de Febrero de 2014  •  1.959 Palabras (8 Páginas)  •  302 Visitas

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¿A qué nos referimos con privatización?

En administración pública, cuando se habla de privatización, el objetivo es reestructurar el papel del Estado en la economía; es decir, el tamaño y las funciones del gobierno. Desde Miguel de la Madrid, y más aún con Salinas, el proyecto nacionalista entró en crisis, se tomó la decisión de replegar al Estado en su margen de maniobra de actor a simple regulador.

Ya no se buscaba convertir al Estado en el más importante motor de la economía, sino de privatizar, de adelgazar el Estado, de acabar con el Estado de bienestar. Se trataba de adoptar el modelo americano de hacer política, privatizando, aceptando abiertamente y sin restricciones las leyes del libre mercado.

La privatización en México forma parte del rediseño del gobierno iniciado en los primeros años de la década de los ochenta y tuvo como contexto una severa crisis económica cuyo detonante fue el peso de la deuda externa, lo que implicó la reestructuración funcional del gobierno: pasó de productor y distribuidor a regulador.

5 ventajas de privatizas:

Primera.- La gobernabilidad corporativa. La empresa sería como cualquier otra, con un consejo de administración como los que conocemos en firmas como Grupo Alfa o Coca Cola Femsa; con una asamblea de accionistas; con accionistas minoritarios, quizá, que validarían —o cuestionarían con seriedad— las decisiones de la alta gerencia. Quedaría atrás la intersección política de Pemex con el gobierno en turno.

Segunda.- Autonomía financiera. El mayor daño que ha sufrido Pemex es haber sido la fuente de ingresos número uno del aparato gubernamental. Si Pemex fuera privada o cotizara en la bolsa esto dejaría de ser así.

La empresa tendría el mandato de ser rentable por sus propios fueros, de generar un EBITDA robusto y creciente; de entregar dividendos; de realizar inversiones de capital que garanticen su viabilidad, y de hacer inversiones en tesorería que le permitan contener la volatilidad de su industria.

Tercera.- Flexibilidad. No hay mayor amenaza para la viabilidad competitiva de una empresa que las rigideces en su operación y en su modelo de negocio. Pemex vive aprisionada. Si quiere incursionar en el 'fracking' para explotar el gas shale, no es claro que pueda; si desea comprar barcos flotantes o meterse en el negocio de las refinerías extranjeras, es sujeta de un bombardeo indiscriminado por tomar esas decisiones. Una Pemex privada tendría flexibilidad para mutar de propósitos estratégicos sin depender de cambios en el Congreso.

Cuarta.- Inversión en investigación y desarrollo. No hay empresa privada global de alta especialidad que no invierta cantidades millonarias en investigación y desarrollo. El I+D es el camino para garantizar vida de largo plazo para una empresa en el sector energético. Claramente Pemex no puede, como está hoy, privilegiar el I+D; cosa que cambiaría sustantivamente de ser privada.

Quinta.- Un gobierno federal más normal. De ser privada Pemex, el gobierno mexicano sería algo más consistente con el modelo de gobierno prevaleciente en países desarrollados. Tendría que cobrar más impuestos, preocuparse más por obtener otras fuentes de ingreso y dejar de depender eternamente de una empresa de la que han chupado recursos indiscriminadamente por décadas.

Los objetivos para privatizar son:

1) Desregular la economía, con el fin de iniciar o incrementar la competencia en determinados sectores (telecomunicaciones, aeropuertos, transporte ferroviario, eléctrico, tabaco, hidrocarburos, siderurgia, minería…). De esta forma se intenta conseguir que el mercado estimule la economía, permitiendo un mayor crecimiento económico. Los menores costes provocados por la mayor competencia incrementarán la productividad y la eficacia de las actividades empresariales, mejorarán la calidad y diversificarán la oferta de bienes y servicios. Por tanto, las privatizaciones pueden generar fuertes incrementos de la producción y de la productividad en los sectores y empresas públicas monopolizadas por el Estado, introduciendo incentivos para invertir y producir más y mejor, como consecuencia de la competencia. Ello va a suponer una mejora para los consumidores, que podrían disfrutar de más y mejores bienes y servicios.

2) Reducir las distorsiones económicas provocadas por las interferencias políticas que habitualmente se producen en el Sector Público Empresarial. Se trata, en definitiva, de evitar la politización de nombramientos de presidentes, consejeros y directivos que se suelen producir en las empresas públicas. Es decir, se elimina la posibilidad de que las empresas sustituyan su “objetivo natural” (maximización de beneficios) por el objetivo “político” de “colocar a los suyos” o la maximización del número de votos para el partido político del Gobierno. Se puede demostrar que en mercados competitivos o adecuadamente regulados (en el caso de “fallos de mercado”) la maximización del beneficio supone, al mismo tiempo, la máxima eficiencia.

3) Reducir Deuda Pública. Desde mi punto de vista, los ingresos por privatizaciones no deben ser dirigidos a disminuir el Déficit Público. Esta opinión se apoya en la lógica económica de la contabilidad. La venta de un activo (privatización de una empresa pública) debe ir, en ortodoxia contable, a reducir pasivos (deuda pública) y no a aumentar los ingresos corrientes.

4) Las privatizaciones no sólo contribuyen a disminuir parte de la deuda pública, sino que también reducen el déficit público al quedar eliminados los déficits operativos (subvenciones) que las empresas públicas con pérdidas suponen para las arcas del Estado. Si, además, y tal como se ha demostrado, las empresas una vez privatizadas realizan una mejor gestión empresarial, se podrán cobrar mayores impuestos por los beneficios mayores que generan. Con la transferencia y prestación de servicios por parte de empresas con capital privado, los ingresos del Estado serán previsiblemente mayores, en forma de impuestos. En este sentido, las privatizaciones no suponen sólo un ingreso puntual en el erario público como fruto de una venta.

Pero además de ingresos fiscales directos, las privatizaciones generan ingresos indirectos, ya que estimulan un flujo sostenido de riqueza suplementaria. Este efecto se realiza de tres maneras: En primer lugar, la

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