Producción En Masas
consueloam2312 de Mayo de 2014
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Henry Ford
Nació en 1863 en una granja de Dearborn, Míchigan, en una época de cambios durante la guerra estadunidense.
Cuando tenía 12 años emprendió un viaje a Detroit con su padre en la carreta. En el camino se encontraron con una locomotora a vapor (desde entonces empezó a soñar con fabricar una versión más ligera y pequeña de esa máquina para aliviar el trabajo en la granja y reducir el aislamiento del campo).
Estudiaba ingeniería en su tiempo libre, luego comenzó a trabajar como técnico en la Compañía Eléctrica de Detroit.
Encaminándose hacia el éxito
Con sus primeros sueldos adquirió un garaje donde empezó a trabajar para realizar su sueño.
Sustituyó la energía que generaba el vapor por la que generaba la gasolina, y empezó a experimentar con motores de combustión interna. La idea de Ford era fabricar un vehículo rápido y barato.
En junio de 1896 Ford abrió por primera vez las puertas de su garaje y puso en marcha su primer intento de automóvil. El Cuadriciclo
El nacimiento de su propia fábrica y el comienzo de su fama
En 1903 Ford, estrella de las carreras, pudo reunir la financiación necesaria para fundar su empresa de automóviles llamada Ford Motor Company (Empresa de automóviles Ford), aprovechando su fama.
Mientras sus coches se vendían a pleno, Henry Ford pensaba en un coche para las grandes masas con los mejores materiales posibles y la mejor mano de obra que pudiese contratar, para que cualquier hombre de clase media pudiera irse de paseo al campo y disfrutar de los grandes placeres de Dios.
Nace el Modelo T
El sueño de Henry Ford era construir un vehículo tosco pero sencillo y a un precio que todo el mundo lo pudiera adquirir. Aquel vehículo de ensueño era el Modelo T, el automóvil más famoso de la historia.
La fabricación de un automóvil a tan bajo precio y para un mercado amplio se vio posibilitada, únicamente, por la puesta en marcha de un método de montaje en cadena que permitía optimizar tiempo y recursos.
Ford Motor Company producía la mitad de los automóviles que se hacían en Estados Unidos. Para poder cumplir con la demanda, Ford inició la producción en serie en la fábrica. Ford sostenía que con un trabajador asignado en cada puesto, con una tarea específica que hacer, el automóvil tomaría forma de una manera más rápida y ahorraría más horas de trabajo.
Para probar esta teoría, se arrastró un chasis con cuerda y cabrestantes por el suelo de la planta de Highland Park, Michigan, en verano de 1913. ¡Había nacido la producción en serie! Finalmente, el Modelo T salía de las cadenas de montaje a una velocidad de uno cada 10 segundos de cada día laborable.
El primer año se vendieron más de 10.000 unidades, todo un record para la industria automotriz.
Su ideal fue convertir al obrero en un robot. Adopto a las teorías de Taylor, instauró la producción en cadena y la multiplicación de las máquinas.
El proceso, basado en el principio de la cadena de montaje, comenzaba por la estandarización de todas y cada una de las piezas que componen un automóvil. Una vez fabricadas, las piezas convergen ordenadamente sobre una cinta transportadora, que lleva el producto de obrero en obrero, cada uno de los cuales cumple una función específica durante el reducido tiempo en que el objeto se encuentra ante él. Se pudieron así ensamblar más de un centenar de unidades diarias. Ford optó igualmente por el pago de elevados salarios a sus trabajadores, lo que permitió que se conviertan en una clientela que compraba masivamente el Ford T. En un intento de democratizar y extender aún más el automóvil, Ford creó posteriormente una tupida red de concesionarios, estableciendo un sistema de venta a crédito a muy largo plazo con el objeto último de fomentar el consumo.
Gracias
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