Proyecto economico. La derrota del PRI

Aportes

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla aportes@siu.buap.mx

ISSN (Versión impresa): 1665-1219 MÉXICO

Introducción

En México, durante muchos años las elec- ciones fueron un rito donde no se decidía nada, en realidad los votos se asignaban y se evitaba lamolestia de contarlos. Por eso, el dos de julio del 2000 el país vivió una jornada electoral, al final de cuentas, histó- rica en tanto por primera vez en 71 años el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió la Presidencia de la República. Con ello, el partido creado por Plutarco Elías Calles en marzo de 1929 y que se autodesig- nó garante de los postulados de la Revolu- ción Mexicana, dejó el gobierno de manera pacífica en manos de una alianza conserva- dora encabezada por el Partido de Acción Nacional (PAN), fundado por Manuel Gó- mez Morín en 1939 para enfrentar el “radi- calismo” del presidente Lázaro Cárdenas y que, ahora, asume el poder desplazando a uno de los gobiernos más conservadores de la historia reciente mexicana.

La derrota del PRI, esperada y todo, no

1 Facultad de Economía de la Benemérita Uni- versidad Autónoma de Puebla. Miembro del Siste- ma Nacional de Investigadores.

dejó de sorprender. Muchos sin embargo que, preveían una fuerte resistencia del par- tido oficial para dejar el poder, se equivoca- ron. Se equivocaron también aquellos que esperaban la solución de los resultados elec- torales en el litigio ante los tribunales y no en las urnas. En cambio, acertaron quienes apostaron al hartazgo ciudadano ante más de siete décadas de un gobierno autoritario y que si bien decía actuar en representación de los intereses nacionales y de la Revolu- ción Mexicana, en los últimos 18 años se mantuvo más cerca de las posiciones de la derecha política que de los intereses popula- res, rompiendo así con la alianza impuesta por la fracción triunfante en la Revolución a los sectores populares desde la tercera década del siglo XX

Así, el último año del sigloXX contempló el triunfo electoral de un bloque político donde el PAN agrupó a buena parte de los empresarios del país encubiertos bajo el nombre de “Amigos de Fox”; a diversos grupos creados por la derecha ultramontana tales como Provida y la Asociación Nacio- nal Cívica Femenina (Ancifem); al oportu- nista Partido Verde Ecologista de México (PVEM) convertido por su propietario en

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un verdadero negocio familiar a grupos de priístas resentidos y/o coptados (por ejem- plo, Alfonso Durazo, quien en su momento fuera secretario particular de Luis Donaldo Colosio y ocupa el mismo cargo con el presidente Vicente Fox, o Francisco Gil Díaz, subsecretario de Hacienda en el go- bierno de Carlos Salinas y hoy titular de esa dependencia); a diversos grupos de izquier- da que, invocando el “voto útil” para derro- tar al PRI quisieron participar, por fin, en un desfile triunfal “aunque fuera de la dere- cha”; pero sobre todo, cabe destacar la participación de una corriente, la más com- pacta y poderosa en términos económicos, cuyo origen se encuentra en el conservadu- rismo del siglo XIX: “Nos referimos a la creencia hispanófila y defensora de la Colo- nia, que concibe a México como un bastión de la catolicidad romana y, en consecuen- cia, la necesidad de normar la vida pública con principios emanados de esa fe.” [Mar- tínez, 2001: 19]

Con todo y ello, también fue evidente la participación de muchos ciudadanos sin partido atraídos por el carisma de Vicente Fox sin considerar sus propuestas políticas, ideológicas o económicas. Quizá, la partici- pación popular en el proceso electoral – junto con derecha tradicional y buena parte del sector empresarial–, es uno de los he- chos más destacados del proceso electoral que culminó el dos de julio de 2000 con la derrota del PRI.

A partir de los hechos, la tesis de inicio para los propósitos de su interpretación consiste en considerar a la coalición encabe- zada por Vicente Fox sino la única sí la opción más viable para continuar con el proyecto neoliberal emprendido, a partir de 1982 por Carlos Salinas de Gortari desde la

Secretaría de Programación y Presupuesto con Miguel de la Madrid, formalmente, en la Presidencia de la República.

En efecto, la pérdida de legitimidad del PRI y de los gobiernos priístas debido a los resultados del ajuste estructural de orienta- ción al mercado iniciado en el gobierno de Miguel de la Madrid, permitían prever que aún ganando la elección el candidato del PRI, Francisco Labastida, el conflicto polí- tico que Vicente Fox y la derecha estaban dispuestos a emprender en caso de no ser reconocido su triunfo, impediría la necesa- ria estabilidad política para llevar adelante una segunda generación de reformas estruc- turales sugeridas al gobierno mexicano por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM)

Era pues imprescindible proponer un cambio para continuar el proyecto neolibe- ral con nuevo apoyo popular sustentado en el carisma del candidato y en la esperanza de, “ahora sí”, mejorar las condiciones de vida de la población. Es decir, el pragmatis- mo de la cúpula del poder (incluido el presidente Ernesto Zedillo), al reconocer la incapacidad del PRI para continuar el pro- yecto neoliberal requirió de la derecha polí- tica para garantizar la imposición de nuevas reformas estructurales tendientes a reforzar el modelo económico sustentado en el libre mercado. La similitud del proyecto de Vi- cente Fox con la estrategia seguida por los tres gobiernos anteriores, así como el apoyo decidido del FMI y el BM a esa propuesta, pueden ser claves para demostrar la hipóte- sis planteada.

Las elecciones, por otra parte, mostra- ron una notoria incapacidad de la izquierda para enfrentar política e ideológicamente las propuestas neoliberales. Agrupados en

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la “Alianza por México”, encabezada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que tuvo como candidato a la presi- dencia a Cuauhtémoc Cárdenas, los secto- res democráticos

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