Sindicalismo
nanhy161 de Octubre de 2012
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SINDICALISMO
Sindicalismo, movimiento revolucionario que defendía que el control del gobierno y la industria debía estar en manos de los sindicatos, lo que se lograría mediante acciones directas como huelgas generales y sabotajes. Según una segunda acepción, muy común en Francia —país donde apareció este término—, el sindicalismo es sinónimo de la acción de sindicarse o de afiliarse a un sindicato, mientras que la asociación de trabajadores revolucionarios se denomina sindicalismo revolucionario.
En la práctica, se considera que los sindicatos son instrumentos que han de servir para mejorar las condiciones de los trabajadores dentro de la organización social existente. Sin embargo, el sindicalismo busca la creación de una sociedad sin Estado, donde la producción se destina a satisfacer las necesidades de la comunidad y no a obtener beneficios. Esta producción sería gestionada por sindicatos y asociaciones empresariales autogobernadas por los trabajadores. Así, el sindicalismo acepta la teoría marxista de la lucha de clases, que culminará en la propiedad colectiva de los bienes y los medios de producción, aunque rechaza el concepto marxista de una dictadura del proletariado. En este sentido, el sindicalismo acepta el concepto anarquista de que cualquier forma de gobierno centralizado es indeseable.
Las doctrinas que podrían considerarse como marxistas fueron desarrolladas en Londres en la década de 1860 por Karl Marx y presentadas en la inauguración de la Internacional, o Primera Internacional socialista, en Ginebra en 1866. El revolucionario ruso Mijaíl Alexándrovich Bakunin desarrolló estas teorías bajo sus postulados anarquistas y fue expulsado de la Internacional en 1872. Sin embargo, el verdadero sindicalismo surgió en Francia a finales de la década de 1870. Estaba muy influenciado por la obra del anarquista francés Pierre Joseph Proudhon y por la del filósofo social francés Georges Sorel, quien añadió la idea de la acción violenta. En la década de 1890, dos organizaciones sindicalistas francesas, la Confédération Générale du Travail (Confederación General del Trabajo) y la Fédération des Bourses du Travail (Federación de Intercambios Laborales), fueron ganando apoyos; terminaron fusionándose en 1902. El movimiento alcanzó su máximo esplendor antes de la I Guerra Mundial. En Inglaterra, durante este mismo periodo, existía un movimiento análogo, el socialismo corporativo, que tuvo cierta importancia.
El encarcelamiento de algunos pacifistas y sindicalistas durante la I Guerra Mundial y la posterior conversión de muchos sindicalistas al comunismo durante la década de 1920 redujo la efectividad del movimiento. Solamente en España, donde la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) logró tener afiliados a un millón de trabajadores, siguió creciendo el movimiento sindicalista. El sindicalismo español defendió la causa republicana durante la Guerra Civil, pero fue exterminado con la victoria fascista de 1939. A partir de entonces, el sindicalismo se redujo a una utopía intelectual.
Maferrr
El movimiento obrero es un movimiento social. A partir de la Revolución Industrial se generó un nuevo orden social, el cual estuvo marcado por el surgimiento del proletariado y que por lo tanto, se consolidaba la burguesía como grupo social hegemónico, al tiempo que se producía una expansión de los sectores medios: profesionales, pequeños industriales, comerciantes y funcionarios públicos.
[editar]Orígenes del movimiento obrero (los trabajadores urbanos)
Con la Revolución industrial, los tejedores ingleses, antiguos artesanos, se organizaron en cofradías o hermandades que tomaban el modelo de los gremios medievales. Estas cofradías agrupaban a los trabajadores que se asociaban para ayudarse mutuamente. Aunque este movimiento no cuestionaba la industrialización, sino que reclamaba mejoras en las condiciones laborales, las primeras manifestaciones del movimiento obrero se plasmaron en el ludismo: la destrucción de máquinas, a las cuales se las responsabilizaba de la pérdida de la capacidad adquisitiva del pequeño artesano. Éste término debe su nombre a Ned Ludd, primer trabajador inglés que rompió un telar. A medida que los obreros tomaron conciencia de que no era la máquina su enemiga sino el uso que de esta se hacía, fue cuando comenzaron a dirigir sus quejas a los empresarios con criterios contemporáneos (exigencias de mejoras salariales, de jornada y de condiciones de trabajo y métodos como la huelga). A partir de entonces nacieron las Trade Unions, el sindicalismo entendido como un movimiento de resistencia contra el capitalismo.
La reacción del gobierno inglés fue prohibir cualquier tipo de asociación obrera (Combination Acts). Parte de la historia del movimiento obrero ha estado marcada por la persecución y la clandestinidad.
En los primeros decenios de la industrialización se produjo una degradación de las condiciones de vida de los trabajadores:
Aumento de la jornada laboral.
Pérdida salarial.
Generalización del trabajo infantil.
Negación ante la ayuda económica para enfermedades, paro forzoso o vejez.
Por todo esto se crearon los sindicatos en los que se reunía la gente trabajadora de un mismo oficio para defender sus reivindicaciones mediante huelgas. Constituían sociedades de ayuda mutua, las cuales disponían de cajas comunes con capital proveniente de las cuotas de los asociados.
En 1834 se formó la Great Trade Union (unión de sindicatos de oficios) en las que las cuotas de afiliación para posibles nuevos socios eran demasiado elevadas.
El sindicalismo británico optó, en sus orígenes, por las reivindicaciones económicas, sin adherirse a ideales políticos revolucionarios.
Durante las décadas de 1830 y 1840 se fundaron asociaciones obreras en los países del continente europeo, entre los que se encontraban Alemania, Francia, España y Bélgica.
Este movimiento obrero se manifestó en la mayoría de países industrializados mediante otras organizaciones, ej: cooperativas.
En los años 1838 y 1848, el movimiento obrero británico pasó a la acción política utilizando el cartismo (consistió en un movimiento en Inglaterra que trató de presionar al parlamento mediante la recogida de firmas en apoyo a determinadas cartas donde se reivindicaban ciertos derechos. En una de ellas, concretamente en el año 1838, se definía un programa democrático basado en elsufragio universal masculino). El cartismo organizó huelgas, pero el movimiento fracasó a causa de la represión, de las divisiones internas y la derrota de la revolución de 1848 en Europa.
Los obreros se reunieron en organizaciones republicanas y de izquierdas a favor del sufragio universal masculino. Después de aquella revolución, las doctrinas socialistas empezaron a crear partidos de clase, de carácter exclusivamente obrero
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[El número de artesanos de algunas ciudades latinoamericanas había ido adquiriendo una cierta entidad a lo largo de estas décadas, sí bien la población seguía siendo mayoritariamente rural. En México, de acuerdo con los datos del censo de 1910, había 873.436 artesanos y obreros, lo que representaba cerca del 16 por ciento de la población activa. En la última década del siglo XIX y en la primera del XX se produjo el surgimiento del movimiento obrero (urbano) en aquellos lugares donde se había producido un cierto desarrollo artesanal o manufacturero, aunque habrá que esperar a décadas posteriores para poder hablar con entera propiedad de la existencia de un proletariado, vinculado a un sector fabril importante. México, Buenos Aires y Santiago de Chile fueron algunas de las ciudades que conocieron el desarrollo de un sindicalismo temprano. En México, los obreros industriales pasaron de 45.806 en 1895 a 58.838 en 1910. En Brasil, sobre una población total de 30 millones de habitantes, había en 1920 más de 275.000 trabajadores fabriles, siendo la media de trabajadores por establecimiento de veintiuno. El promedio era inferior en Argentina, diez, ya que en 1914 había 242.138 personas que trabajaban en el sector industrial (incluyendo al personal administrativo) y 24.203 establecimientos catalogados como industriales. Dada la escasez relativa de trabajadores manuales en relación con los sectores medios, especialmente en los centros urbanos , las tempranas movilizaciones sociales del proletariado fueron mínimas, lo que era posible comprobar por la escasa incidencia que tenían las huelgas sobre la vida cotidiana de la población. La fuerza sindical se hacía notar básicamente en aquellos sectores vinculados directamente con la actividad exportadora , como la minería o los transportes. Algunos gremios del sector llegaron a adquirir un poder de presión o negociación considerable, como los ferroviarios o los mineros del salitre chileno , pero casi ninguna los que estaban fuera de él, dada la facilidad para importar los productos que podían ser afectados por el movimiento huelguístico. Los sindicatos debían desarrollar sus actividades en un contexto bastante hostil, caracterizado por la intransigencia de los industriales a la hora de negociar en todo lo referente a las condiciones de trabajo y los salarios. La actitud del Estado en los enfrentamientos entre el capital y el trabajo era ambigua y contradictoria y es imposible hablar de una tendencia general. La historia del movimiento obrero latinoamericano está jalonada de hechos caracterizados por la dureza represiva de los gobiernos, facilitada por el carácter extranjero de buena parte de los militantes sindicales, que eran deportados cuando se podía. Algunos militantes sindicales, especialmente los de filiaciónanarquista ,
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