Sistema Financiero Mexicano Y La Globalización
kasver14 de Febrero de 2013
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MATERIA
FINANZAS II
DOCENTE
L.C. ROGELIO SANCHEZ THOMAS
TEMA
ENSAYO
“SISTEMA FINANCIERO MEXICANO Y GLOBALIZACION”
ALUMNA
SANDRA CERVANTES RAMOS
LICENCIATURA EN CONTADURIA PÚBLICA
CUATRIMESTRE: VIII MODULO: 1o.
La Paz, B. C. S. 08 de Febrero del 2012.
INTRODUCCION
Las economías de los diferentes países están más estrechamente interrelacionadas que nunca gracias al intercambio de bienes y servicios y a los flujos internacionales de dinero, y la noción de globalización ha ganado cada vez más aceptación, entendiendo como tal la tendencia de las diferentes economías nacionales y regionales a integrarse en una gran economía global.
En el mundo real no hay una clara delimitación entre los temas comerciales y financieros, porque la mayoría de los intercambios comerciales tienen como contrapartida transacciones financieras.
La creciente necesidad de recursos para inducir una nueva etapa de crecimiento del producto y ante los escasos resultados obtenidos con la reprivatización bancaria, el gobierno asumió la tarea de acelerar el proceso de apertura en el sistema financiero. Para ello se han eliminado las restricciones que impedían a la inversión extranjera participar en la intermediación financiera.
Esto termina con una etapa de desarrollo del Sistema Financiero Mexicano en la que había existido una exclusión absoluta para que los prestadores de servicios financieros del extranjero pudieran operar en el territorio nacional.
SISTEMA FINANCIERO MEXICANO
Son instituciones encargadas de proporcionar financiamiento a personas físicas y morales y a las actividades económicas del país.
El Sistema Financiero Mexicano no cumple con sus funciones, los créditos son escasos y caros, lo cual provoca que los inversionistas recurran al financiamiento no bancario, los recursos bancarios no se distribuyen equitativamente en el país, solo en el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey, hay desconfianza del público, por lo que hay fuga de capitales, hay una fuerte cartera vencida, exceso de personal administrativo y escasez de personal operativo, para hacer una operación bancaria se tienen que hacer largas filas y esto ocasiona fuertes disgustos entre los usuarios por la pérdida de tiempo, los recursos bancarios mexicanos están distribuidos en tres bancos: Banamex, Bancomer y Santander Serfín.
Un grave problema que aun se sigue arrastrando es el ocasionado durante el mandato de Ernesto Zedillo, cuando hubo un rescate bancario FOBAPROA con el aval del gobierno federal, por la falta de liquidez de los bancos, que al implementarlo como solución llego a ser un dolor de cabeza, al traspasar esa deuda como pública, pero es del dominio público que se malversaron fondos de parte de los encargados de este sistema, donde declararon una cantidad mayor a la que realmente era la deuda, tomando el resto para ellos, por lo que aunque siempre se pidió una revisión nunca se llevó a cabo precisamente para que no saliera a la luz esos malos manejos.
El sistema financiero mexicano sufrió considerables transformaciones en la década de los noventa. Entre otras acciones la banca fue reprivatizada y el sistema se desreguló de manera radical. Algunos bancos fueron intervenidos y otros absorbidos por otra institución, solo unos pocos permanecieron sólidos.
En Mayo de 1990 se llevo a cabo el anuncio de la reforma constitucional para privatizar la banca.
Se necesita rescatar al sistema financiero, aportar con lo que se debería al desarrollo de nuestra nación, volver a creer en el sistema. México requiere de instituciones bancarias más sólidas, con mejores recursos y mejor administradas, que sean capaces de facilitar el acceso al crédito, de incrementar la intermediación financiera y de promover activamente el crecimiento económico del país.
GLOBALIZACIÓN FINANCIERA: ¿BENDICIÓN O AMENAZA? EL CASO DE LA BANCA MEXICANA
Southwest Economy
Si bien los mercados de capital internacionales se han estado desarrollando durante algún tiempo, la entrada extranjera directa en el sector de la banca nacional de muchos países ha ocurrido sólo recientemente. De manera similar, si bien la consolidación del sector de servicios financieros no es nueva, está ahora empezando a trascender las fronteras nacionales de una manera más substancial. Estos cambios han ocurrido a medida que un creciente número de países ha relajado considerablemente las perdurables restricciones a la propiedad extranjera de bancos, permitiendo así que la globalización financiera avance a una escala sin precedentes.
Los cambios significativos en las políticas tienen partidarios y adversarios, y la reciente liberalización que permite la prestación de servicios de banca a nivel mundial no es la excepción. Los partidarios dicen que la banca global fomenta mejores prácticas y estabilidad financiera. Pero los oponentes afirman que los bancos extranjeros podrían carecer de un compromiso para con el país anfitrión o ser desmesuradamente competitivos con los bancos nacionales, resultando en un riesgo demasiado alto y fuera del control de los supervisores de bancos nacionales. A medida que crece la banca mundial, el debate continúa.
La situación de México puede arrojar luz a este debate. La globalización de la banca mexicana comenzó a principios de 1994 con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que representó un paso importante en dirección contraria a la historia del país como un sistema de banca cerrado. La devaluación del peso ocurrida en diciembre de 1994 posteriormente puso a los bancos mexicanos al borde del fracaso. Desde entonces, no obstante, México ha hecho numerosos intentos por estabilizar tanto su economía como su sistema financiero, inclusive una mayor liberalización de las restricciones a la banca extranjera.
Este proceso de desregulación, aunado a factores tecnológicos y económicos que impulsan una tendencia general hacia la globalización, recientemente culminó en la adquisición extranjera de los tres bancos mexicanos más grandes, todas ellas ocurridas en un lapso de 18 meses. En consecuencia, México es la economía más grande del mundo en la que la abrumadora mayoría de los activos bancarios comerciales, casi el 80 por ciento, es controlado por instituciones extranjeras. Siendo así, México ofrece un campo de prueba fértil para evaluar los méritos de los argumentos a favor y en contra de la globalización. Si bien este nuevo capítulo en la historia moderna de México es solamente el principio, las pruebas iniciales contundentemente favorecen una política abierta hacia la banca global.
Un poco de historia
Antes del TLCAN, los bancos extranjeros individuales no podían poseer más del 5 por ciento de un banco mexicano, y la propiedad extranjera total de cualquier banco estaba limitada al 30 por ciento. La única excepción se otorgó a una institución estadounidense, Citigroup, cuya presencia data de 1929, cuando abrió una sucursal bancaria en México. A esta sucursal se le permitió continuar operando, aunque bajo enormes restricciones regulativas.
El TLCAN abrió el sistema bancario mexicano a la banca extranjera, permitiendo la entrada a través del establecimiento de sociedades recién formadas. En 1994, Citigroup convirtió su sucursal en una subsidiaria legal independiente, y Banco Santander Central Hispano (BSCH) de España estableció una presencia en México. En 1995, 13 bancos estadounidenses, europeos y japoneses ingresaron en el mercado mexicano a través del establecimiento de nuevas sociedades. La mayoría de estos bancos formaron una compañía controladora, o grupo financiero, poseedor de los intereses bancarios además de otras subsidiarias financieras, como compañías arrendadoras y casas de bolsa.
A fines de 1994, se devaluó el peso mexicano, enfatizando la creciente presión en el sistema bancario, que se vio seriamente perjudicado por la crisis económica que sobrevino. Para atraer el capital necesario, el congreso mexicano aprobó una reforma financiera que permitió a inversionistas extranjeros adquirir una parte o la mayoría de los bancos existentes. Aun así, la adquisición extranjera de los tres bancos más grandes estaba efectivamente prohibida. Estas reformas llevaron a la adquisición de bancos comerciales de tamaño medio (de entre 5 y 10 mil millones de dólares) por parte de Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) de España en 1996 y BSCH en 1997.[2] Además, Citigroup se expandió a través de la adquisición de Banca Confía, un banco mediano, ocurrida en 1998. Cada adquisición involucró alguna forma de asistencia financiera por parte del gobierno mexicano. El gobierno, mientras tanto, tomó el control gerencial de otros 14 bancos en problemas.
Para finales de 1998, México ya tenía más bancos extranjeros que nacionales. Sin embargo, los bancos extranjeros controlaban sólo el 20 por ciento de los activos del sistema bancario. BBVA, BSCH y Citigroup controlaban el 7, el 6 y el 5 por ciento de los activos totales de los bancos comerciales, respectivamente. Ninguno de los demás bancos extranjeros tenía una participación de mercado superior al 1 por ciento.
En diciembre de 1998, la legislación eliminó todas las limitaciones restantes a la participación de mercado por parte de entidades extranjeras y creó un seguro de depósito y una entidad para la resolución de activos denominada Instituto para la Protección al Ahorro
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